CARTA DEL LECTOR
El Campo bonaerense, pilar estratégico para la seguridad alimentaria
10 de agosto de 2024
La provincia de Buenos Ayres, con su vasta extensión de tierras fértiles y su histórica vocación agrícola-ganadera, ha sido durante siglos el epicentro de la producción agroalimentaria de Argentina. Sin embargo, resulta paradójico que más de la mitad de su población no tenga asegurado un acceso regular a cuatro platos de comida diarios. Esta alarmante realidad pone en evidencia la urgente necesidad de revisar y reestructurar las políticas agrarias y sociales, no solo para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sector productivo, sino también para garantizar la seguridad alimentaria de sus habitantes.
Un territorio estratégico en la pampa húmeda
El campo bonaerense, que abarca una parte significativa de la Pampa Húmeda, es responsable de una gran proporción de la producción de alimentos de Argentina. Desde la agricultura intensiva, con cultivos de papa, maíz, girasol, trigo y soja, hasta la ganadería de carne y leche, esta región ha sido el motor del desarrollo rural y económico del país. Sin embargo, a pesar de su capacidad productiva, la provincia enfrenta graves desigualdades que impiden que los beneficios de esta riqueza se traduzcan en una mejora sustancial de la calidad de vida de su población.
Desafíos y disparidades en el acceso a alimentos
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la provincia es la concentración de la riqueza y la falta de acceso equitativo a los recursos alimentarios. Esta situación se ve agravada por la ausencia de políticas públicas efectivas que prioricen la redistribución de la producción de alimentos para asegurar que todos los bonaerenses puedan satisfacer sus necesidades básicas. Además, el avance de un modelo agroindustrial orientado a la exportación, en detrimento de la producción destinada al consumo interno, ha generado tensiones entre la necesidad de generar divisas y la obligación de alimentar a la población.
El desequilibrio entre la abundancia de producción agrícola y la inseguridad alimentaria es un problema complejo que requiere una intervención decidida. La dependencia de mercados externos y la concentración de la tierra en manos de grandes productores han contribuido a una situación donde la producción está desalineada de las necesidades locales. Esto, a su vez, ha profundizado la desigualdad social y territorial.
Hacia un modelo de desarrollo sostenible y equitativo
La clave para superar estos retos radica en la implementación de políticas integrales que promuevan la sustentabilidad del sector agropecuario, la utilización de tecnología avanzada y el cuidado del medio ambiente. Esto incluye la promoción de prácticas agrícolas que respeten la biodiversidad y los ecosistemas locales, la inversión en tecnologías que aumenten la productividad sin comprometer la salud del suelo y el agua, y el apoyo a pequeños y medianos productores que se dedican a la producción de alimentos para el mercado interno.
Además, es crucial fomentar un modelo de desarrollo que priorice la equidad y la justicia social. Esto significa no solo mejorar la distribución de la riqueza generada por el sector agropecuario, sino también garantizar que los beneficios de la producción se compartan de manera equitativa entre todos los bonaerenses. En este sentido, es necesario desarrollar mecanismos de apoyo para los sectores más vulnerables, asegurando que tengan acceso a alimentos de calidad y que puedan participar plenamente en la economía provincial.
El campo bonaerense en la geopolítica alimentaria regional
En el plano regional, el campo bonaerense juega un papel crucial en la geopolítica alimentaria de América Hispana. La provincia tiene todo el potencial para ser un bastión de autonomía alimentaria, no solo para Argentina, sino también para toda la región. El fortalecimiento de su capacidad productiva y la adopción de políticas que prioricen la seguridad alimentaria nacional pueden convertirla en un modelo a seguir para otros países de la región que enfrentan desafíos similares.
La geopolítica alimentaria, que se refiere a la capacidad de una nación para garantizar la seguridad alimentaria de su población y, al mismo tiempo, influir en el suministro de alimentos a nivel internacional, es cada vez más relevante en un mundo donde las crisis económicas, políticas y climáticas amenazan con desestabilizar los sistemas alimentarios globales. En este contexto, Buenos Ayres tiene una oportunidad única de posicionarse como un actor clave, no solo en la producción, sino también en la gobernabilidad de los recursos alimentarios de la región.
Propuesta de acción, un proyecto a mediano plazo para Buenos Ayres
Ante este panorama, resulta imperativo que la provincia de Buenos Ayres desarrolle un proyecto a mediano plazo que potencie su producción agroalimentaria y responda de manera efectiva a las demandas emergentes en el mercado global. Este proyecto debe enfocarse en la producción de alimentos manufacturados que puedan satisfacer la creciente demanda en África y otras regiones, asegurando que Buenos Ayres se posicione como un proveedor clave de alimentos de alta calidad.
La diversificación de productos, como la producción de pastas, fideos y otros alimentos procesados, no solo aumentará el valor agregado de las exportaciones argentinas, sino que también creará empleo y fomentará el desarrollo económico en la provincia. Este enfoque estratégico permitirá a Argentina capitalizar la demanda de alimentos de alta calidad en mercados emergentes, contribuyendo al repoblamiento de la provincia y mejorando la calidad de vida de sus habitantes.
Buenos Ayres como pilar del futuro alimentario nacional
La provincia bonaerense debe ser reconocida como la columna vertebral del sistema agroalimentario nacional. El campo bonaerense es una pieza clave en la geopolítica alimentaria, y su fortalecimiento es esencial para la autonomía de la región. Invertir en el campo de Buenos Ayres es invertir en el futuro de la nación, garantizando un sistema alimentario sólido y equitativo.
El desarrollo de una agroindustria firme, capaz de satisfacer la demanda global de alimentos, no solo fortalecerá la economía argentina, sino que también le permitirá posicionarse como un proveedor esencial en un mundo donde las crisis alimentarias serán cada vez más frecuentes. En este sentido, es fundamental que la provincia de Buenos Ayres asuma un rol protagónico en la construcción de un futuro alimentario seguro y sostenible para todos.
En definitiva, la transformación del campo bonaerense en un motor de desarrollo sostenible y equitativo requiere de una visión política audaz y comprometida, que coloque la seguridad alimentaria y la justicia social en el centro de sus prioridades. Solo así podremos constituir una provincia donde la abundancia se traduzca en bienestar para todos los bonaerenses, asegurando un futuro próspero para las generaciones venideras.
Por
Luis Gotte.
La trinchera bonaerense. Mar del Plata
Co-autor de “Buenos Ayres Humana I, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022; y “Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes” Ed. Fabro, 2024.
CARTA DEL LECTOR
CARTA ABIERTA A LOS COMERCIOS E INMOBILIARIAS DE MIRAMAR
Estimados comerciantes e inmobiliarias
Muchos turistas estamos preocupados por el creciente problema de motos con escapes libres y explosiones que se escuchan hasta la madrugada. Esta situación afecta descanso, la seguridad y la imagen de Miramar como destino tranquilo.
Además, ya esta corriendo la bola entre quienes veranean aquí, y varios comentan que podrán elegir otros destinos so no se controla. Sería una pena que la ciudad pierda visitantes por algo que puede resolverse con controles adecuados.
Por eso, creemos que quienes viven directamente del turismo en Miramar pueden tener un papel importante conversando con las autoridades correspondientes para que tomen medidas y se restablezca la tranquilidad de todos.
Cuidar la tranquilidad de Miramar es responsabilidad de todos.
Firma. Un turista más
Foto ilustración
NdR: a la queja de los vecinos por los ruidos de las motos por la noche en las avenidas, se de suma la inexistencia de controles por falta de cascos y el expendio de naftas en algunas estaciones de servicios a motociclistas que no lo utilizan para su seguridad.
CARTA DEL LECTOR
‘No le damos importancia a la problemática ambiental’
Bajo el título 'No le damos importancia a la problemática ambiental', Cristián Frers, Técnico Superior en Gestión Ambiental y en Comunicación Social, nos hizo llegar una nota sobre conciencia ambiental, que dice textualmente:
La falta de interés por el medio ambiente puede deberse a diversos factores, incluyendo la falta de percepción de los problemas, la distancia con la naturaleza, el individualismo y el consumismo, así como la falta de información y educación ambiental. Es un problema complejo que involucra factores psicológicos, culturales, económicos y sociales. Para fomentar una mayor preocupación, es necesario aumentar la sensibilización, promover la educación ambiental y abordar los intereses que obstaculizan la acción climática.
Se cree desde hace un tiempo que la gente se muestra a favor de la conservación de la naturaleza, que considera que el deterioro de la misma es un problema grave y que piensa que alguien debería hacer algo al respecto con urgencia. Aunque también se tiende a aceptar una responsabilidad difusa en la que los culpables somos todos y a expresar que la capacidad de actuar esta en unos pocos: Los profesionales relacionados con la problemática ambiental y el gobierno, es decir, los que SABEN y los que tienen el PODER.
He dedicado los últimos treinta años de mi vida al periodismo ambiental, escribiendo artículos sobre educación ambiental, contaminación de ríos y mares, implementación de políticas ambientales tanto locales como provinciales y nacionales, las consecuencias del cambio climatico, la implementación de la educación ambiental en las escuelas y en los colegios, la protección de la biodiversidad tanto vegetal como animal, entre otros. Algunas veces siento como si observara una lenta extinción y un panorama interminable de lo podría ser el del mundo, tal como lo conocemos.
No quiero decir que la tierra esté a punto de colapsar pero, en los próximos cien años, la que la hereden puede ser muy diferente: La temperatura está aumentando con fenómenos meteorológicos cada vez más violentes, los glaciares y los hielos de los polos están desapareciendo, muchas especies vegetales y animales ya no existen, solamente se las pueden ver en los museos como un recordatorio de lo que fueron, la composición química de los océanos está cambiando como la capacidad de los bosques para almacenar carbono.
Durante todos estos años me he preguntado: ¿Estamos implementando soluciones o simplemente estamos dispuestos a seguir con las acciones que en primera instancia causaron problemas?La respuesta es sencilla: nosotros, como especie humana, estamos fallando con respecto a los problemas ambientales, ya sean pequeños o grandes, me refiero a: la biodiversidad, los océanos, la deforestación, el agua, la política ambiental, la educación ambiental, la economía ambiental y el cambio climatico.Al día de hoy, los líderes políticos, tanto locales, como provinciales y nacionales, los dirigentes industriales y empresariales, los que tienen el poder en los medios de comunicación y la gente en general ven los temas ambientales, más como una molestia, que como una oportunidad para proteger la belleza del mundo que hemos heredado. Ven un conflicto entre el medioambiente y la economía. Ellos no entienden que el mundo, en solamente los últimos 50 años, ha cambiado drásticamente y que, sin un medio ambiente sostenible, nosotros, como especie, estamos llevando al mundo al desastre.Así que la responsabilidad es nuestra.
No podemos simplemente quejarnos de nuestros gobiernos, con sus cabezas metidas en la arena, o de las corporaciones que están deseando perfectamente agotar los bosques para obtener más altos márgenes de ganancia, todo en nombre delprogreso. No podemos regodearnos en la desesperanza, pero necesitamos movernos, estar ocupados y comenzar a efectuar cambios, ya sean éstos locales o regionales. Necesitamos comenzar a hablar y principalmente a actuar acerca de estos temas más franca y abiertamente, apoyar a los medios de comunicación y a la gente que actualmente exploran la complejidad de los temas ambientales y presionar nuestros gobiernos a través de acciones democráticas.Estamos muy enfermos, y no nos damos cuenta. Enfermos de soberbia, de materialismo, de codicia. Pero podemos reaccionar. Podemos hacer un examen de conciencia; entrar en conversiones con nuestro ser profundo, con la parte elevada que hay dentro nuestro y ver si podemos cambiar, aunque sea en algo. Antes de que sea demasiado tarde.
Si la Tierra está molesta, cada vez más enojada, es por culpa de todos. Cada vez le hacemos más daño. Y cuando la culpa es de todos, no significa que ella no sea de nadie en particular. Es de cada uno, según su grado de responsabilidad.
Firma Cristián Frers, Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista)
CARTA DEL LECTOR
Adicción a las pantallas: salud mental en peligro
Nunca estuvimos tan conectados… ni tan solos. La adicción a las pantallas se ha instalado en nuestras vidas casi sin darnos cuenta. Afecta a adolescentes, adultos y hasta niños. Y está poniendo en peligro algo esencial: nuestra salud mental.
Saltamos de una app a otra, de una notificación a un video, del celular al televisor y otra vez al celular. Dormimos con el teléfono al lado, comemos mirando una pantalla, trabajamos sin pausa entre chats, mails y reuniones virtuales, viviendo en un mundo de fantasía y obteniendo información de lugares remotos que nada nos incumben.
El problema no es la tecnología. El problema es que no saber parar. La adicción a la pantalla en los jóvenes está compitiendo con la adicción a las drogas y sobre todo en los menores de 15 años los padres asustados cuando los niños arman berrinches y les quitan el teléfono acuden cuando ya es tarde a pedir ayuda al psiquiatra.
Este uso compulsivo y constante tiene efectos claros: ansiedad, insomnio, irritabilidad, aislamiento, baja autoestima. Y lo más alarmante es que estos síntomas están apareciendo a edades cada vez más tempranas. Los adolescentes viven comparándose en redes sociales y perdiendo contacto con su mundo interno. Y los adultos no estamos tan lejos: llenamos el silencio con estímulos, sin espacio para la introspección.
Tampoco hay límite entre la vida personal y laboral. Vivimos en estado de alerta, siempre disponibles, siempre conectados, pero cada vez más desconectados de nosotros mismos. La mente sobreestimulada no descansa. El cuerpo tampoco. La salud emocional se deteriora cuando no hay pausas reales, cuando no hay respiro. ¿La solución? No es apagar todo y mudarse al campo. Es recuperar el equilibrio. Reaprender a usar la tecnología a nuestro favor, sin que nos controle.
Desde El Arte de Vivir, hace más de dos décadas enseñamos técnicas de respiración, meditación y manejo de la mente. Herramientas prácticas, accesibles, que permiten cortar con la inercia del ruido y reconectar con el momento presente. Porque cuando aprendés a calmar la mente, bajás el nivel de ansiedad. Cuando respirás conscientemente, recuperas claridad. Cuando meditás, volvés a vos.
El poder de decidir sobre nuestros deseos e impulsos sólo es posible con una mente serena. Solo con una mente en calma podés decir: ‘No voy a sacar el teléfono del bolso’ o ‘Este fin de semana voy a responder mensajes solo por la mañana o por la noche, y no voy a entrar a las redes’. Pero cuando la mente está agitada, te arrastra. La adicción toma el control, y perdemos la libertad de elegir.
Tips prácticos para reducir la adicción a las pantallas
● Realizar actividad física o yoga diariamente para calmar el cuerpo y liberar tensiones.
● Incorporar meditaciones cortas cada día para entrenar la mente y cultivar la atención plena.
● Establecer horarios de uso de pantallas, ya sea autoimpuestos o definidos por adultos responsables.
● Reducir el consumo de azúcar o alimentos excitantes, ya que aumentan la ansiedad y la impulsividad.
● Para menores, usar herramientas que limiten el tiempo de uso del dispositivo de forma clara y sostenida.
● Reconocer la adicción es el primer paso. Si se vuelve inmanejable, buscar ayuda profesional.
● Usar la cama únicamente para dormir: evitar el televisor, la tablet o el celular en ese espacio.
Los resultados demuestran que estas técnicas milenarias patrimonio cultural de la humanidad, reducen el estrés en un 56%, disminuyen la ansiedad en un 71%, y eliminan la depresión en un 67%. Además, elevan el sistema inmunológico, mejorando los niveles de presión sanguínea, aumentando las enzimas antioxidantes, mejorando el foco mental, y ayudando a lograr un sueño profundo hasta tres veces más reparador. Con nuestro equipo ofrecemos acompañamiento personalizado y grupal para niños y adultos que necesitan recuperar el control sobre sus hábitos y su bienestar emocional.
Beatriz Goyoaga, Instructora y Coordinadora de El Arte de Vivir

