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SALUD

Un nuevo avance acerca del cultivo de células de la retina para curar la ceguera

4 de agosto de 2023

La visión es un proceso complejo que requiere de la integridad de las múltiples estructuras que componen la vía visual. Este camino comienza en los ojos, encargados de captar la escena y transformar esta información a través de neuronas super especializadas de la retina llamadas fotorreceptores. Ellos comunican esa información al cerebro quien finalmente nos permite ver nuestro entorno.

Las células fotorreceptoras, bastones y conos son la clave de la visión y se encuentran en la retina. Los bastones se encargan de la luz tenue y la visión periférica, y los conos de la luz más brillante, el color y la visión de alta definición. Las células de la retina y el cerebro se comunican a través de conexiones llamadas sinapsis.

Cuando estos fotorreceptores de la retina se encuentran enfermos, como ocurre en múltiples enfermedades de la retina como la degeneración macular relacionada con la edad y la retinitis pigmentaria entre otras, se produce una discapacidad visual severa que lleva a un deterioro importante de la calidad de vida de la persona.

Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, lograron que células retinianas cultivadas a partir de células madre puedan comunicarse y conectarse con sus vecinas, según una nueva investigación publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La sinapsis obtenida es un avance crucial para que las células puedan utilizarse en ensayos en humanos con trastornos oculares degenerativos.

Los especialistas crearon los organoides retinianos (RO) derivados de células madre pluripotentes humanas (hPSC), que tienen la capacidad de formar todas las células del cuerpo. El objetivo final es  utilizar las células de estos organoides o “retinas de laboratorio” como “piezas de repuesto” para los mismos tipos de células que se han perdido en el curso de las enfermedades de la retina y otras patologías oculares.

Según una nota de prensa, el grupo de investigadores liderado por David M. Gamm ya había podido comprobar que la variedad de células de la retina cultivadas, llamadas fotorreceptores, respondían como las existentes en una retina sana a diferentes longitudes de onda e intensidades de luz. Y que una vez que se separaban de las células adyacentes en su organoide, podían conectarse con sus vecinas y crear “cordones biológicos” llamados axones.

Pero el camino hasta lograr que estas retinas cultivadas puedan ser probadas en humanos es largo y complejo. Un próximo paso crucial será verificar que las células fotorreceptoras, conectadas mediante axones, tengan la capacidad de integrarse con otros tipos de células de la retina y comunicarse, estableciendo una sinapsis. Las sinapsis posibilitan la conexión entre nuestras neuronas, un requisito indispensable para que los impulsos nerviosos viajen a través de “autopistas” de redes neuronales. Sin ellas el cerebro humano estaría “desconectado” del resto del cuerpo.

Lo novedoso del estudio fue que los científicos pudieron demostrar la presencia de conexiones sinápticas, colocando a estas retinas de laboratorio a un paso de poder ser probadas directamente en seres humanos.

El análisis del experimento permitió descubrir además que los tipos de células retinianas más comunes que forman sinapsis son los fotorreceptores, bastones y conos, que se pierden en enfermedades como la retinosis pigmentaria y la degeneración macular relacionada con la edad, al igual que en ciertas lesiones oculares. El siguiente tipo de célula más común en formar sinapsis, las células ganglionares de la retina, se degeneran en trastornos del nervio óptico como el glaucoma. En consecuencia, este avance revolucionario podría hacer frente a las principales causas de ceguera a nivel mundial.

Autora: Dra. Betty Giselle Arteaga – M.N. 112049 – M.P. 332301

Jefa Baja Visión, Servicio de Oftalmología. Profesora Departamento de Clínica

Quirúrgica del Instituto Universitario.

Hospital Italiano de Buenos Aires.

facebook.com/bettygiselle.arteaga

SALUD

Nueva droga para el ACV

Se trata de la tenecteplasa que ofrece una administración más rápida y eficaz que la alteplasa, optimizando recursos y mejorando la atención médica en emergencias.

La lucha de la ciencia contra el accidente cerebrovascular (ACV) es una cuestión de vida o muerte. En ese camino, el desarrollo de nuevas drogas y tratamientos avanza para mejorar las formas de aplicación y la efectividad.

El ACV se posiciona entre las principales causas de discapacidad y fallecimientos a nivel global. Cada año, más de 11,9 millones de nuevos casos se registran y 7,3 millones de personas mueren por causas asociadas, según las cifras del último Congreso Iberoamericano de Enfermedad Cerebrovascular, que se celebró en Colombia.

Para los expertos, se llegó a una nueva era en el tratamiento del ACV, que se considera una urgencia médica, ya que cada minuto sin atención equivale a la destrucción de dos millones de neuronas.

Al respecto, la reciente aprobación en Argentina de un tratamiento innovador avalado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) representa un avance clave en el tratamiento del ACV isquémico agudo, la forma más frecuente de esta afección.

La nueva droga, tenecteplasa, ya se encuentra disponible en centros médico-científicos multidisciplinarios que cuentan con unidad de Stroke, pero no está disponible para el expendio a pacientes.

La tenecteplasa está recomendada por la Organización Europea de Accidentes Cerebrovasculares (ESO) y demostró ser muy eficiente en disolver trombos. 

Este tratamiento actúa descomponiendo los coágulos que bloquean el flujo sanguíneo al cerebro y se administra por vía intravenosa en solo 10 segundos, en contraste con el lapso de una hora que requiere el tratamiento estándar de alteplasa, que era la droga disponible hasta ahora.

La aplicación temprana del nuevo tratamiento permite reducir los tiempos de atención y optimizar los recursos hospitalarios, al requerir de menos personal y equipamiento. 

En nuestro país, para este nuevo tratamiento, es fundamental que el paciente llegue a tiempo, dentro de las cuatro horas. Con costos similares, la tenecteplasa representa una evolución significativa frente a la alteplasa, el tratamiento estándar utilizado hasta ahora para el ACV isquémico agudo, gracias a sus características avanzadas que optimizan tanto su administración como su efectividad.

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Entre las principales diferencias, la vida media de la tenecteplasa se extiende entre 20 y 24 minutos; mientras que la alteplasa tiene una vida media considerablemente más corta, de 5 a 10 minutos. Esta característica permite que permanezca más tiempo activa en el organismo, mejorando su acción terapéutica.

En términos de dosis, la nueva droga requiere una cantidad menor (0,25 mg/kg) en comparación con la alteplasa, que utiliza 0,9 mg/kg, lo que favorece su aplicación y reduce la complejidad del tratamiento. 

Además, el tiempo de administración es un aspecto crítico: la tenecteplasa se administra en segundos, frente a los 60 minutos que exige la alteplasa, lo que la convierte en una opción más rápida y eficaz, especialmente en situaciones de emergencia médica donde cada segundo cuenta.

La especificidad de la fibrina, una característica que influye directamente en la eficacia del medicamento para disolver coágulos, también es mucho mayor en el nuevo tratamiento, con una capacidad 14 veces superior a la de la alteplasa. 

Asimismo, la tenecteplasa presenta una resistencia al PAI-1 (un inhibidor que reduce la actividad del tratamiento) 80 veces mayor que la alteplasa, lo que potencia su efectividad.

En Argentina, el ACV es la segunda causa de muerte en la población general y la segunda causa de discapacidad en el país, después del Alzheimer. En Sudamérica, el número absoluto de muertes por ACV aumentó, considerando todas las edades y ambos sexos: creció de 184.251 fallecimientos en 1990 a 228.661 en 2019.

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SALUD

Argentina lidera el ranking mundial de trabajadores con síndrome de burnout

Lo reflejó la encuesta “2024 Global Workforce of the Future” realizada por el Grupo Adecco, entre más de 35.000 trabajadores. Otros países con altos niveles son Eslovenia, India y Brasil. En tanto que Japón, Alemania e Italia son los que menos lo sufren.   Además, los argentinos son los que están más preocupados por la estabilidad de sus empleos a largo plazo.

Cambios políticos, fin de año, incertidumbre económica e inestabilidad laboral, entre otros factores, colaboraron para que los trabajadores argentinos (60%) hayan manifestado haber sentido síntomas de burnout en los últimos 12 meses, transformándose así en el porcentaje más alto del mundo. Otros países que lo sufren en gran medida son Eslovenia, India y Brasil. Mientras que los porcentajes más bajos se encuentran en Japón, Alemania e Italia.

Los datos surgen de la investigación realizada por el Grupo Adecco “2024 Global Workforce of the Future”, donde se encuestó a 35.000 trabajadores de todo el mundo, incluyendo a 1.000 argentinos. 

El estudio también reflejó que los argentinos son los que más preocupados están por la estabilidad de sus empleos a largo plazo. Otros países donde los trabajadores muestran altos niveles de preocupación son Rumania, y pese a lo que podría creerse, Dinamarca y Suecia. ¿Dónde están menos preocupados?: Turquía, Alemania y Noruega.

Lo que se conoce como “burnout” o “estar quemado” es mucho más preocupante de lo que parece. Según la Organización Mundial de la Salud, quienes lo padecen pueden identificarse con sentimientos de agotamiento o falta de energía, distancia mental o sentimientos negativos hacia el empleo, y reducción de la eficiencia o productividad profesional. 

Esta realidad que afecta a cada vez más empleados suele aparecer en los primeros años del desarrollo profesional, traduciéndose en estadísticas que revelan que el porcentaje de jóvenes con síndrome del trabajador quemado es mucho más elevado que el de los mayores de 35 años.

“En el contexto argentino, enfrentamos desafíos únicos, donde lo mejor y lo peor puede suceder y vaya si sucede todo el tiempo y que, además, puede tener un impacto considerable en la confianza de nuestros equipos. Desde la alta rotación y la búsqueda constante de talentos, hasta la necesidad de adaptarnos a un entorno laboral cada vez más digitalizado y el impacto de la inteligencia artificial. Además, no podemos ignorar que la actualidad económica y la presión salarial añaden una capa adicional de complejidad y desafíos a nuestro día a día. Por todo lo mencionado, era muy probable que los resultados de este trabajo ubicaran a los trabajadores argentinos entre los más preocupados por el futuro de sus trabajos en el largo plazo y en los niveles más altos del mundo en materia de síntomas de burnout sufrido”, consideró Victoria Loza, directora de Recursos Humanos y Sustentabilidad de Adecco Argentina y Chile.

Ante esta realidad, ¿qué pueden hacer las organizaciones para fomentar el bienestar de sus empleados?

  • Armar reuniones uno a uno para asegurarse de que los trabajadores se sientan motivados a tomar todas sus vacaciones anuales.
  • Asegurarse de que los líderes reciban capacitaciones y controles periódicos sobre su bienestar, ya que corren un riesgo particularmente alto de agotamiento.
  • Alentar a todos los trabajadores a tomarse tiempo libre para cuidar su salud mental proporcionando pautas y comunicación claras.

Presente en el país desde hace más de 30 años, Adecco Argentina es líder absoluto en la contratación de personal y ofrece soluciones integrales en el área de Recursos Humanos. Cuenta con más de 40 sucursales ubicadas en las principales ciudades del país. Adecco Argentina dispone de una media semanal de 1.000 clientes activos en cuyas empresas prestan servicios más de 11.000 personas. Para más información, ingrese a: www.adecco.com.ar

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SALUD

Distinguen a bióloga marplatense

La investigadora marplatense Julieta Merlo, miembro del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, CONICET – Universidad Nacional) fue distinguida con la Beca L’ Oréal Unesco “Mujeres en la Ciencia” por haber desarrollado un stent cardiovascular con un material absorbible, capaz de desaparecer del cuerpo sin dejar rastros una vez que el tejido dañado de las arterias haya sanado.

Merlo, de 36 años, es bióloga de formación. Estudió en la Universidad Nacional (UNMDP) y realizó un doctorado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la misma casa de estudios, donde trabajó en una línea asociada a la Inmunología. Realizó estadías en Brasil, Estados Unidos y Alemania, y durante su posdoctorado se incorporó al grupo del INTEMA para aplicar su línea de estudio al desarrollo de implantes aplicados al área de Medicina.

“Mi formación en biología contribuye al grupo en tratar de entender cuáles son estas características de los materiales que hacen que un tejido se pueda regenerar, y que no genere una respuesta de rechazo, que haga que el implante falle”, señaló Merlo, según un comunicado del CONICET.

Sobre el premio, aseguró: “Me emociona mucho, por lo que significa recibir este reconocimiento y apoyo, pero también porque nos permitirá avanzar más rápido y realmente generar una solución para esta problemática que actualmente no la tiene”.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. La mayoría de las patologías que afectan al corazón se corrigen a través de lo que se conoce como stents, unas mallas metálicas que se colocan por medio de una intervención quirúrgica en las arterias, y ayudan a mantenerlas abiertas y asegurar que la sangre siga fluyendo adecuadamente cuando estas se estrechan debido a enfermedades cardíacas o problemas de circulación. Pero seis meses después de colocar un stent, las arterias se desobstruyen definitivamente. Sin embargo, estas mallas no suelen retirarse: quedan en el cuerpo como un material sin función.

El proyecto de Merlo, titulado “La nueva era de los stents cardiovasculares: bioabsorción y moléculas bioactivas para recuperar la función arterial” consiste en el desarrollo de un stent cardiovascular capaz de degradarse en el cuerpo humano, un producto que aún no existe en el mercado.

“Sabemos que hasta ahora, todos los stents que se colocan en Argentina son importados. Si somos capaces de desarrollar este tipo de dispositivos en Argentina, de industria nacional, vamos a contribuir además a que se reduzcan los costos de las operaciones, y que cada vez más personas puedan acceder a estos stents”, aseguró la investigadora.

La clave del proyecto liderado por Merlo es la utilización de una aleación metal de hierro combinado con manganeso, carbono y silicio, que es prometedor para ser utilizado en stents biodegradables. Sin embargo, la desintegración del hierro dentro del cuerpo libera algunas moléculas que podrían dañar los tejidos.

“Para evitar esto, estamos probando dos enfoques innovadores. Primero, vamos a recubrir el stent con un compuesto que pueda proteger las células del daño causado por la desintegración y que favorezca la curación del sitio afectado. Segundo, utilizaremos una técnica llamada electrodeposición para aplicar este recubrimiento de manera precisa, lo que nos permitirá controlar cómo se degrada el stent y cómo liberar sus componentes. Nuestro objetivo es probar cómo se comporta este nuevo stent en el laboratorio para asegurarnos de que sea seguro y efectivo. Queremos confirmar que el material no cause reacciones adversas en el cuerpo y que sea compatible con las células del sistema cardiovascular y la sangre”, apuntó.

Gráfico de un stent tradicional en una arteria.

“El hierro es el material más promisorio para este tipo de aplicaciones, porque tiene propiedades bio absorbibles en el cuerpo y excelentes propiedades mecánicas y físicas para soportar las fuerzas que ejercen las arterias”, indicó Merlo.

“Sin embargo, su tasa de degradación sigue siendo lenta, de años. Entonces nosotros trabajamos con un nuevo material, en esta aleación con manganeso, carbono y silicio, elementos que tampoco son tóxicos para el cuerpo, para luego incorporar en la superficie de esta nueva aleación moléculas que son bioactivas y así favorecer la regeneración del tejido donde el stent va a ser implantado. Normalmente, cuando se implanta el stent se genera un daño en la pared arterial. Entonces, cuanto antes el vaso incorpore este implante, más efectiva va a ser la recuperación del paciente y tendrá menores riesgos a largo plazo”, explica. 

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Propiedad : Editorial Arena del Atlántico S. A.

Director : Nicolás Roberto Miraglia

N°Edición : 1684

Fecha del ejemplar : 02/01/2025

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