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Encuentro la Misión y el Servicio

16 de agosto de 2022

Homilía el padre obispo Mons. Gabriel Mestre en la Misa de culminación de las sesiones del Primer Sínodo Diocesano Catedral de Mar del Plata – Lunes 15 de agosto de 2022 – Asunción de la Bienaventurada Virgen María: Ap 11,19a;12,1-6a.10ab; Sal 45[44],10bc.11-12.15b-16; 1Co 15,20-27a; Lc 1,39-56

Queridas hermanas y queridos hermanos:

La providencia divina dispuso desde siempre que concluyéramos las sesiones de nuestro Primer Sínodo Diocesano de la mano de nuestra Madrecita del Cielo en la Solemnidad de la Asunción. Hoy culminan nuestras sesiones sinodales y comienza el desafío más importante de nuestro Sínodo: caminar juntos en la audacia del Espíritu con un proyecto común como Diócesis.

En la recepción y concreción de las propuestas sinodales en cada una de nuestras comunidades eclesiales se juega y se jugará nuestra fidelidad a Jesucristo, el Señor de la historia. La Fiesta de la Asunción posee diversos contornos y nos ofrece infinidad de tópicos para contemplar a nuestra Madre, a la Iglesia y a la humanidad. Desde la presencia de María en el dogma de la Asunción contemplamos con esperanza lo que todavía no se ha realizado en nosotros. La alegría es el denominador común de esta celebración que tiene su raíz y sentido en la Pascua de Cristo y en su gloriosa Ascensión. Por eso, al concluir las sesiones sinodales, quiero poner nuestra diócesis en la dinámica de la alegría del Evangelio. El Papa Francisco, fiel a la Palabra de Dios, ha insistido de manera sostenida en la centralidad de la alegría del Evangelio para el auténtico discípulo misionero del Señor. La alegría de la fiesta de la Asunción se ve reflejada en el texto evangélico de Lucas que acabamos de escuchar. Alegría, bendición, felicidad, canto, gozo, alabanza y acción de gracias se entrecruzan en el relato de la visitación y el hermoso himno del Magnificat. Una alegría que tiene en Dios su fundamento y por eso nadie la puede quitar. Una alegría que siempre llena de sentido la vida y que por estar cimentada en Dios se puede mantener incluso en la cruz, el dolor y la dificultad.

Dentro de poco estarán publicadas las orientaciones propias de nuestro Primer Sínodo Diocesano que no van a diferir en nada de lo que el Espíritu ha querido decir a través de ustedes en el Aula Sinodal. Ahora, simplemente quisiera compartir tres actitudes, básicas y de siempre, que deberán acompañar inexorablemente la aplicación de las orientaciones del Sínodo. Teniendo como horizonte claro esa alegría que viene de Dios y que hoy celebramos en la Asunción de la Virgen, propongo tres impulsos sintetizados en tres palabras:

ENCUENTRO, MISIÓN, SERVICIO.

Tres palabras acompañadas siempre con la alegría que solo Dios puede regalarnos.

  1. La alegría del ENCUENTRO
  2. La alegría de la MISIÓN
  3. La alegría del SERVICIO

1- La alegría del ENCUENTRO. El ícono bíblico de la visitación de María a Isabel está marcado por la alegría del ENCUENTRO. No son solo las dos primas las que se ENCUENTRAN. Juan Bautista y, sobre todo, Jesús en el seno de María generan un ENCUENTRO humano y teologal de intensa alegría. Es interesante notar como la alegría del ENCUENTRO se manifiesta en el alma y también en el cuerpo de los cuatro, incluso con Jesús y Juan Bautista en el vientre de sus madres. Este ENCUENTRO gozoso es imagen de la Iglesia, de la Iglesia que se hace presente en la vida de cada grupo y comunidad. Es el ENCUENTRO sinodal que hemos vivido, no solamente en las sesiones, sino en toda la etapa preparatoria. Es el ENCUENTRO sinodal como camino propio de la Iglesia que tendremos que sostener siempre, porque no existe otro modo de ser Iglesia que no esté marcado por el gozo del ENCUENTRO sinodal. En la escena de la visitación se ENCUENTRAN y se abrazan, sin tensión, el Primer y el Nuevo Testamento; lo nuevo y lo antiguo que lejos de oponerse se necesitan y se reclaman. En el sínodo hemos asumido nuestra rica historia diocesana pero no para quedarnos petrificados ni presos del pasado, sino para abrirnos a la novedad del Espíritu siempre presente y siempre renovador.

Hoy, aquí y ahora, somos invitados a ser parte de la alegría y de la danza del ENCUENTRO de Jesús, María, Isabel y Juan. Ser parte de esta fiesta para poder repensar nuestros lugares de ENCUENTRO en clave de gozo. Dos espacios son fundamentales: el ENCUENTRO con Dios en la oración y el ENCUENTRO con los hermanos en la vida de la comunidad. Para implementar las orientaciones del Sínodo será necesario fortalecer nuestro ENCUENTRO con Dios en la oración personal y comunitaria. No habrá vida de fe y de comunidad si nuestra identidad se desdibuja. Por eso, como hijos de un mismo Padre que nos hace hermanos, debemos poner en el centro de nuestra existencia el ENCUENTRO con Dios y los hermanos. La vida de Iglesia, de comunidad no es un dato accesorio a la vivencia de la fe sino que está absolutamente enraizado en la Escritura y la Tradición, es Dios mismo quien nos llama a seguirlo caminando como hermanos. Nuestro ENCUENTRO con Dios es personal y es comunitario al mismo tiempo: Creo-creemos decimos en la profesión de fe. Desde el ENCUENTRO, la Iglesia es comunión y participación en cada espacio eclesial, en la vida de la Diócesis y en la totalidad de la Iglesia de Cristo presidida por nuestro querido Papa Francisco.

Que gratificante es contemplar a la Virgen en este clima de fiesta y alegría por el ENCUENTRO. Esta es la verdadera imagen de María, incluso a los pies de la cruz viendo a su Hijo torturado, vemos como la alegría se transforma en firmeza, solidez en la fe y esperanza. ¡Qué bueno que nuestra Madre del Cielo nos enseñe desde la Palabra a disfrutar de la vida en el ENCUENTRO con Dios y los hermanos! ¡María es verdadera madre y maestra de la fiesta de la fe, como queda patente en el Evangelio de este día! ¡Como Pueblo de Dios entremos a la fiesta de María, a la fiesta de la Asunción que desde el Cielo nos hace bailar y danzar como creyentes en el cuadro de la visitación! El querido padre Julián Zini sintetizó de forma poética y popular este ENCUENTRO en la primera estrofa de la canción Dios familia, Dios Trinidad: Cada vez que nos juntamos siempre vuelve a suceder, lo que le pasó a María y a su prima la Isabel: ni bien se reconocieron, se abrazaron, y su fe se hizo canto y profecía, casi, casi un chamamé.

En la Misa de inicio de nuestro Sínodo, después de cada puntito, nos hacíamos preguntas en silencio acompañados por el canto meditativo. Hoy, los invito a que hagamos profesión de compromiso respondiendo juntos públicamente en clave de vivencia de fe. A cada una de las propuestas respondemos: ¡Sí, nos comprometemos!

1. ¿Se comprometen a una oración personal fecunda que busque siempre renovar con alegría el ENCUENTRO interior con Dios uno y Trino en todos los momentos y circunstancias de la vida?: ¡Sí, nos comprometemos!

2. ¿Se comprometen a vivir una oración comunitaria y litúrgica viva y vivificante que les permita disfrutar desde lo más profundo de su ser la alegría de ser de Cristo y para Cristo?: ¡Sí, nos comprometemos!

3. ¿Se comprometen a vivir el gozo de ser Iglesia comunión y participación, con sinceridad, paciencia y coherencia en cada espacio eclesial para reflejar la alegría del ENCUENTRO entre hermanos como lo enseña la Palabra de Dios?: ¡Sí, nos comprometemos!

4. Con escucha, diálogo y discernimiento: ¿Se comprometen a caminar juntos en cada espacio eclesial para la aplicación y concreción de las orientaciones sinodales que hemos madurado y propuesto con la audacia del Espíritu?: ¡Sí, nos comprometemos!

2- La alegría de la MISIÓN. El contexto de alegría de la visitación es fruto de la MISIÓN de María. María es la primera MISIONERA dado que lleva la presencia de Jesús a los demás. Es Jesús la raíz del revuelo gozoso y entusiasta del cuadro de la visitación. Con la intercesión de María renovamos hoy nuestro ser alegres MISIONEROS de Jesús en la evangelización renovada y en la catequesis renovada. No podemos privar a las personas de nuestro tiempo y de nuestros entornos de la alegría de la presencia de Jesús. Con María y como María somos MISIONEROS, nuestra vida es MISIÓN y no podemos dejar de MISIONAR, de anunciar el gozo de ser de Cristo, la belleza de la transmisión de nuestra fe en la evangelización renovada y la catequesis renovada. Por eso hemos trabajado firme en nuestras sesiones sinodales dejándonos impregnar por la audacia del Espíritu.

Con el Papa Francisco soñamos con una opción MISIONERA capaz de transformarlo todo para que la vida de Cristo llegue a cada persona, a cada familia y a cada ambiente. Soñamos despiertos para que el sueño no sea fantasía sino verdadero anuncio en la MISIÓN que da sentido a la vida de tantas hermanas y hermanos heridos en el camino de la vida. El Santo Padre nos exhorta: Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo (EG 49). María es una mujer en salida y por eso es modelo de la Iglesia en salida que evangeliza y catequiza para que Cristo sea el centro de la existencia de cada persona, de cada familia y de cada comunidad.

La MISIÓN no ha sido fácil para María, no lo ha sido para el resto de la primitiva comunidad cristiana ni lo ha sido tampoco en varios momentos de la vida de la Iglesia. Hoy nos encontramos en un tiempo difícil, complejo, incierto… Lejos de desesperarnos y decaer, con María y como María, queremos asumir el desafío de la MISIÓN en la implementación de lo que hemos dialogado y discernido en nuestro Primer Sínodo Diocesano. Cada una de las orientaciones que hemos elegido el día de hoy para una evangelización renovada y una catequesis renovada, serán una referencia segura para actualizar la Palabra de Dios en cada una de las comunidades eclesiales que forman nuestra querida Diócesis de Mar del Plata.

La tradición bíblica y litúrgica nos ha regalado el amén como respuesta sólida de nuestra fe ante los distintos desafíos que se nos presentan. Decir amén es decir que apoyamos nuestra vida en Dios que es el único firme, sólido, seguro, estable y verdadero. Hoy queremos decir amén a la MISIÓN, queremos decir amén a la evangelización renovada y la catequesis renovada que tendrá que implementarse creativamente en cada uno de nuestras comunidades. Por eso, ante cada proposición MISIONERA, vamos a cantar cinco veces el amén. Lo hacemos una primera vez con el coro que nos guía: ¡Amén, amén, amén, amén, amén!

 1. ¡Soñamos con una evangelización renovada que se abra a la realidad concreta de cada persona para anunciarle el gozo de Cristo; de vivir por Él, con Él y en Él! Por eso cantamos: ¡Amén…!

2. ¡Soñamos con una evangelización renovada que sea sal y luz para dar sabor e iluminar con la fuerza del Señor cada situación de oscuridad y de falta de sentido que puedan experimentar las personas de nuestro tiempo! Por eso entonamos: ¡Amén…!

3. ¡Soñamos con una catequesis renovada que sea realmente vital, que toque las raíces de la sensibilidad humana para desde ahí cristificar toda la realidad personal y comunitaria! Por eso afirmamos: ¡Amén…!

4. ¡Soñamos con una catequesis renovada que asuma la vida como viene buscando siempre que la gracia de Cristo toque el corazón herido de cada persona y no sea una suerte de premio para los supuestamente más santos! Por eso aclamamos: ¡Amén…!

3- La alegría del SERVICIO. Con María asunta a los Cielos participamos de la alegría del encuentro y la alegría de la misión; ahora nos detenemos en la alegría del SERVICIO. Contemplamos el SERVICIO generoso de María que parte sin demora a acompañar a su prima Isabel. Contemplamos también en el canto del Magnificat una fe que se hace compromiso, una fe que se hace SERVICIO concreto y puntual especialmente con los excluidos y los descartados del sistema y de la historia. El SERVICIO de María es un verdadero faro para nuestro compromiso con la familia, los jóvenes y los pobres que han sido los tres temas transversales de nuestro Sínodo. El “enorme dragón rojo como fuego” que escuchamos en la primera lectura, es símbolo del mal que se mantiene a lo largo del tiempo y en múltiples formas. El “enorme dragón” hoy busca dañar a las familias, los jóvenes y los pobres. No hace falta describir mucho las situaciones de mal que aquejan nuestro mundo cotidiano: división y grieta; amenazas a la vida y violencia; hambre de diversos tipos y colores; destrucción de un sistema educativo que expulsa a niñas, niños y adolescentes del sistema y que no permite el crecimiento y la maduración de ciudadanos libres; la enfermedad y la falta de atención sanitaria adecuada para muchas personas; adicciones y todo tipo de consumismo despersonalizante; marginación y discriminación en diversos formatos; falta de trabajo e inflación asfixiante, relatos salvajes cotidianos y relatos políticos pulidos y muy caretas que no se comprometen con la realidad; corrupción y mentira; falta de cuidado y promoción de los valores esenciales de la vida humana.

Ante esta realidad, con María y como María, la fe nos da el poder que se transforma en SERVICIO y busca superar todo tipo de opresión física, social y espiritual. No podemos desentendernos de lo que está pasando. Toda nuestra Iglesia diocesana tiene que ser samaritana y cordial, organizando la solidaridad para salir adelante con la fuerza que nos viene de Dios. Ser una Iglesia SERVIDORA implica actitudes de apertura y de acogida cordial en cada comunidad y en cada grupo. El SERVICIO en este tiempo incierto se tiene que traducir en ofrecer en cada comunidad de nuestra Iglesia espacios de diálogo, de encuentro, de discernimiento y confrontación serena y madura para ser instrumentos y artesanos de la paz. El SERVICIO no es una característica solo de aquellos grupos que de forma carismática e institucional lo llevan adelante; el SERVICIO es una característica esencial del bautizado confirmado las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana: SERVICIO generoso con las familias, los jóvenes y los pobres; en lo micro y en lo macro; de palabra y con las obras; con mucha paciencia y en la audacia del Espíritu.

Con María, como María nos comprometemos a ser SERVIDORES de verdad. Busquemos ser una Iglesia diocesana que en cada comunidad pueda SERVIR de manera puntual y concreta, logrando que el SERVICIO se haga realidad ante cada situación de necesidad. Por eso vamos a cantar después de cada proposición el estribillo de la canción Queremos ser Señor: ¡Queremos ser Señor, SERVIDORES de verdad, testigos de tu amor instrumentos de tu paz!

1. Deseamos ser Iglesia SERVIDORA que asuma la realidad de todas y cada una de las familias desde el amor potenciando sus luces y también acompañando su fragilidad. Por eso cantamos: ¡Queremos ser Señor…!

2. Buscamos ser Iglesia SERVIDORA que tenga a los jóvenes como protagonistas reales y no dibujados, que deje que fluya la vida y las energías que tienen para renovación de toda la comunidad. Por eso entonamos: ¡Queremos ser Señor…!

3. Anhelamos ser Iglesia SERVIDORA que sea pobre y para los pobres, donde pongamos nuestra seguridad en Dios por sobre todas las cosas y no quedemos enroscados en los medios, los instrumentos o cualquier otra realidad secundaria. Por eso afirmamos: ¡Queremos ser Señor…!

4. Elegimos ser Iglesia SERVIDORA que sea samaritana y cordial haciéndose cargo de todas las personas en situación de necesidad porque vemos en ellas el rostro de Cristo al que elegimos socorrer. Por eso aclamamos: ¡Queremos ser Señor…!

Para concluir Quiero agradecer de corazón a cada sinodal por su esfuerzo y dedicación para ser instrumentos del Espíritu. Muchas gracias al padre Pablo Etchepareborda y al Equipo de Animación Sinodal que con mucha generosidad han sostenido, pandemia de por medio, la positiva tensión para la realización de las sesiones sinodales.

En la Solemnidad de la Asunción, Jesús, María, Juan e Isabel nos invitan nuevamente a la alegría de la fiesta de la fe. María es Madre y Maestra de la fiesta del Cielo que comienza aquí en la tierra y por eso somos invitados, al concluir las sesiones de nuestro Primer Sínodo Diocesano, a vivir la alegría del encuentro, la alegría de la misión y la alegría del servicio. La Asunción representa el final del peregrinar de María en la fe, ella ya contempla con todo su ser la gloria de Dios. Pero la alegría ha estado presente en María desde el principio, la alegría no es sólo llegar sino el estar con Dios en todo el camino de la vida.

El Sínodo nos da un lenguaje común que debe ser actualizado en cada espacio eclesial sin prisa y sin pausa, con paciencia y de forma sostenida. El proyecto común diocesano es vinculante y no admite ausencias. Sin embargo, no anula la libertad y creatividad de cada comunidad que siempre, en su propio contexto y animada por los pastores y líderes responsables, llevarán adelante lo que el Espíritu de Dios suscite sin ningún tipo de ataduras.

Termino con la primera parte de la Oración a N.S. de la Asunción compuesta por el Venerable cardenal Francisco Eduardo Pironio:

Señora de la Asunción, llévanos de la mano hasta la Casa del Padre. Señora de la Asunción, Virgen de la glorificación definitiva y de la Pascua, hoy queremos hablar contigo, muy filialmente, de un modo especial y nuevo, para decirte: Que cantamos contigo el Magníficat al Padre por todas las maravillas que Él ha obrado en tu pequeñez y tu pobreza, y que hoy se consuman en la gloria que Dios hace resplandecer sobre tu alma y tu cuerpo. Que agradecemos tu plena disponibilidad al Padre y la serena alegría con que, desde la Anunciación hasta la Cruz, has vivido tu Fiat, el “Sí” generoso y sencillo con que has recibido y practicado siempre la Palabra de Dios. Que nos consagramos a ti con toda el alma.

Amén.

 +Mons. Gabriel Mestre Obispo de Mar del Plata

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Internos de Batán restauran 80 sillas de la Universidad Nacional

Personas privadas de la libertad de una alcaidía penitenciaria bonaerense reacondicionaron 80 sillas para la facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en una acción solidaria y de servicio a la comunidad.

La experiencia tuvo lugar en la Alcaidía Penitenciaria de Batán, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y contó con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, conducido por Juan Martín Mena.

El trabajo fue realizado por internos que se desempeñan en la sección talleres, quienes aplicaron sus conocimientos en carpintería, tapicería y herrería para reparar y restaurar el mobiliario provisto.
Al momento de la entrega de las sillas restauradas se contó con la presencia de  la decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Esther Castro, y la subsecretaria de coordinación, Alejandra Narvarte.

“Quiero expresar mi más profundo agradecimiento por la invaluable donación del trabajo realizado por las personas alojadas en la Unidad Penal 44 de Batán.  Gracias a su dedicación y esfuerzo, hemos podido renovar completamente el tapizado y la pintura de la totalidad de sillas del Aula Magna de nuestra unidad académica”, dijo Castro.

Y agregó: “El impacto de su labor en nuestras instalaciones es significativo, y valoro enormemente la predisposición, habilidad y compromiso que han demostrado en este proyecto. Confío en que este sea solo el comienzo de una fructífera colaboración entre nuestras instituciones, y espero que en el futuro podamos llevar adelante muchos otros proyectos juntos”.

Estuvieron acompañadas por el director de la Alcaidía, Edgardo Flores, el Subdirector de Seguridad, Ariel Fontana, el Subdirector de Asistencia y Tratamiento, Germán Rodríguez, el Subdirector de Administración, Francisco Lapera y el Jefe de la Sección Talleres, Hernán Fontana.

Flores agradeció a las autoridades universitarias y resaltó la importancia del trabajo que realizan las personas privadas de la libertad a través de la donación de mano de obra, que se verá reflejado en la educación pública.

“Este es un trabajo que surge a raíz de las relaciones institucionales  y  acordaron continuidad  para seguir trabajando en conjunto y ampliar esta serie de acciones”, indicó Flores.

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Muerte en el basural: Intendente pide celeridad a la justicia para esclarecer el caso

Tras el sangriento episodio registrado en el predio de disposición final de residuos que derivó em una persona muerta en medio de un enfrentamiento entre recicladores, el intendente Guillermo Montenegro salió a repudiar los hechos y se solidarizó con el agente de policía detenido, quien presuntamente habría disparado a uno de los recicladores que participó en la brutal gresca.

“Todos vimos las imágenes de la decadencia: robar, agredir y no respetar a un agente de seguridad es un delito que tiene que ser investigado. Esto no sucede todos los días, pero crece en silencio en todas las ciudades, nadie hace nada, y al cabo de unos años se terminan perdiendo todos los valores”, sostuvo el Jefe Comunal en su cuenta de X.

Además, Montenegro le solicitó a la justicia que actúe con celeridad   “Frente a la acción, la respuesta. A eso se enfrentan día a día las fuerzas que nos cuidan. Le pido a la Justicia que actúe velozmente para esclarecer el caso. Y le pido a Dios que cuide de la familia del policía detenido que velaba por su seguridad, la de sus compañeros y la de todos los marplatenses”, concluyó.

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Portada digital del día 17/8/2024

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