Mundo
G7 para Joe Biden en pandemia
19 de febrero de 2021
El primer ministro británico, Boris Johnson, preside esta reunión que tendrá lugar en la tarde, de forma virtual, entre los dirigentes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Canadá, Italia y Japón y en presencia de los máximos representantes de la Unión Europea (UE).
Un mes después de llegar al poder con la promesa de una diplomacia estadounidense en las antípodas de Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, participa hoy de su primera reunión con sus aliados del G7, un encuentro que se centrará en la respuesta al coronavirus y sobre todo en las vacunas.
Londres asumió la presidencia temporal del grupo y espera albergar en junio una cumbre de dirigentes en la estación balnearia de Cornualles, en el suroeste de Inglaterra.
Este encuentro es el primero desde abril de 2020, pues la pandemia de coronavirus llevó a la anulación de la cumbre que organizaba Trump.
Mientras tanto, la llegada a la Casa Blanca de su sucesor demócrata ha puesto fin a cuatro años de unilateralismo forzado, como lo demuestra el anuncio de Washington de regresar a las organizaciones multilaterales como el acuerdo sobre el clima y la Organización Mundial de Salud (OMS).
En sus primeras entrevistas y discursos, Biden esbozó las grandes líneas de la evolución de la diplomacia estadounidense: posición más dura con Rusia, distanciamiento con Arabia Saudita, voluntad de volver al acuerdo nuclear con Irán y muestras de acercamiento con aliados maltratados.
Biden, en señal de una voluntad de reparar las relaciones trasatlánticas, tiene previsto intervenir hoy, con Johnson y la canciller alemana, Angela Merkel, en la Conferencia sobre Seguridad de Múnich, un hecho sin precedentes para un presidente estadounidense en este evento anual que reúne a jefes de Estado, diplomáticos y expertos en seguridad.
En su intervención en el G7, el demócrata espera «centrarse en la respuesta internacional a la pandemia de Covid-19, incluida la coordinación de la producción, distribución y entrega de vacunas», precisó la Casa Blanca en un comunicado.
Merkel, por su parte, espera que el «G7 asuma responsabilidades» sobre la pandemia, según su portavoz, informó la agencia de noticias AFP.
En particular, analizarán el dispositivo de la ONU Covax, creado por varias organizaciones internacionales, entre ellas la OMS y al que Washington prometió adherirse.
Dirigido por la OMS, este programa prevé distribuir vacunas contra el covid-19 para el 20% de la población de cerca de 200 países y territorios este año, e incluye un mecanismo de financiación para que 92 economías de ingresos medios y bajos puedan acceder a los inmunizantes.
Por su parte, la UE anunciará que duplica su contribución al Covax, hasta llegar a 1.000 millones de euros, y que aportará 100 millones de euros para apoyar la campaña de vacunación contra la Covid-19 en África, informó una fuente del bloque.
Aunque las grandes potencias han emprendido campañas de vacunación masiva contra el coronavirus, con diferentes niveles de éxito, preocupan los países pobres.
En vísperas de la reunión del G7, el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso en declaraciones a Financial Times que los países ricos envíen de 3% a 5% de sus dosis disponibles a África «rápidamente, y que la gente las vea llegar al terreno» al considerar «insostenible» que los países pobres sean abandonados a su suerte.
Johnson, que puede jactarse del éxito de su campaña de vacunación, prometió redistribuir la mayor parte de su excendente a través de Covax.
Más allá de la Covid-19, el dirigente británico tiene previsto abogar por una cooperación sanitaria reforzada, para reducir a 100 días el tiempo necesario para desarrollar vacunas contra nuevas enfermedades.
Biden también quiere aprovechar la reunión para reiterar la prioridad que da su administración a la cuestión climática.
Tampoco faltarán otros asuntos en la mesa de los dirigentes de las grandes potencias, como Irán, el golpe de Estado en Myanmar (antigua Birmania) y el encarcelamiento del opositor ruso Alexey Navalny, crítico del presidente Vladimir Putin. (Fuente Télam).
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Ecuador: asesinan a un jugador de fútbol en un ataque de sicarios
El fútbol mundial llora la muerte del jugador ecuatoriano, Mario Pineida, quien perdió la vida a los 33 años en un ataque de sicarios, según reveló el El portal El Expreso, de ese país sudamericano
Asimismo, el medio ecuatoriano detalló: “En las próximas horas informaremos de manera oportuna sobre los actos que se realizarán en su memoria. Por ahora, solicitamos a nuestros socios, hinchas y a la opinión pública elevar una oración por el descanso de su alma y por fortaleza para toda su familia en este momento de inmenso dolor".
El defensor pasó por el fútbol brasilero, más precisamente por las filas del Fluminense. Por eso, el elenco carioca también lo despidió con mucho amor: “El club recibió con profundo pesar la noticia del fallecimiento de Mario Pineida, deportista que jugó en el club en 2022”.
El equipo que acaba de perder la final de la Copa Libertadores, en mano de su eterno rival Flamengo. Segpun el redactor Juan Martinich: “Pineida llegó al Fluminense al inicio de la temporada en la que se coronó campeón de Río de Janeiro. El Fluminense expresa su solidaridad con su familia y amigos”.
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Boris y Sofía, los rusos que quisieron evitar la masacre y mueren abrazados
En el caos del ataque terrorista de Bondi Beach, esta pareja ruso-judía de 69 y 61 años mostró un coraje instintivo al enfrentarse a un atacante armado, intentando frenar el espanto.
La tarde de terror en Bondi Beach, Sídney, que se ensañó contra la comunidad judía australiana, reveló el rostro más oscuro del odio, pero también un coraje civil extraordinario.

En medio del tiroteo, Boris y Sofía Gurman (de 69 y 61 años), una pareja ruso-judía residente en North Bondi, se convirtieron en el símbolo de la valentía al intentar detener a los atacantes armados, un gesto que les costaría la vida.
El horror comenzó cuando el terrorista principal, Sajid Akram, estacionó un Hyundai plateado con una bandera casera del Estado Islámico junto a la pasarela de Campbell Parade.
Mientras transeúntes y turistas disfrutaban de un día festivo, los Gurman advirtieron las intenciones del agresor.
Una cámara de vehículo capturó la secuencia: ante la presencia de Akram armado, Boris Gurman tuvo una reacción inmediata y heroica. Sin dudar, se abalanzó sobre el atacante y logró despojarlo de la primera arma, arrojándolo a la calle. Durante preciosos segundos, el hombre de 69 años sostuvo la escopeta, apuntando a Akram y tratando de neutralizar la amenaza. Sofía Gurman se unió a su lado, reforzando el intento de detener el inminente baño de sangre.
El acto de arrojo de la pareja en medio de la celebración de Janucá es recordado por sus familiares como la esencia de quiénes eran. "Esto resume quiénes eran Boris y Sofía: personas que, de forma instintiva y desinteresada, intentaban ayudar a los demás”, expresó la familia Gurman en un comunicado tras conocerse las imágenes.
Trágicamente, el enfrentamiento tuvo un desenlace fatal. Akram logró recuperar otro rifle y atacó a quemarropa a la pareja. La grabación posterior muestra a los Gurman, ejecutados, yaciendo abrazados junto al automóvil de los terroristas, mientras Akram y su hijo, Naveed, continuaban disparando contra la multitud.
El ataque, calificado de "terrorista" y "antisemita" por el primer ministro Anthony Albanese, dejó un saldo de 15 personas muertas y 42 heridas. Si bien los atacantes fueron neutralizados, su coche contenía explosivos improvisados y una segunda bandera del Estado Islámico.
El heroísmo en Bondi Beach no se limitó a la pareja Gurman. Ciudadanos como Ahmed al Ahmed (quien resultó gravemente herido al enfrentar a Akram) y Reuven Morrison (quien lanzó ladrillos antes de perder la vida) se sumaron al intento desesperado de proteger a la comunidad, demostrando que en el corazón del terror, la valentía y el sacrificio brillaron con fuerza inolvidable.

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Masacre en Australia
Australia volvió a quedar en shock este domingo tras un violento tiroteo en la playa Bondi, en la ciudad de Sídney. El ataque ocurrió durante una celebración judía por el inicio de Hanukkah, que reunía a cientos de personas en un espacio público y familiar. El saldo fue devastador: al menos 11 personas murieron y otras 29 resultaron heridas.
De acuerdo a la información oficial, dos hombres armados abrieron fuego de manera indiscriminada contra los asistentes. El hecho se registró cerca de las 18:40, según reconstruyeron los investigadores, y generó escenas de pánico y desesperación.
Uno de los tiradores murió en el lugar tras la intervención de un civil que se abalanzó sobre él y utilizó su propia arma para neutralizarlo. El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, destacó públicamente la acción y definió al hombre como un “verdadero héroe” por evitar una tragedia aún mayor.
Testigos relataron que se escucharon decenas de disparos —algunos estiman hasta 50— y que muchas personas quedaron tendidas en el suelo mientras otras buscaban refugio o escapaban hacia el mar y las calles cercanas.
La Policía confirmó que el segundo atacante fue detenido poco después del tiroteo y permanece internado en estado crítico bajo custodia policial. Las autoridades no descartan la participación de un tercer involucrado y continúan analizando registros de cámaras y testimonios.
Durante los operativos posteriores, los agentes encontraron un artefacto explosivo improvisado dentro de un vehículo vinculado al agresor que murió en el lugar, lo que refuerza la hipótesis de un ataque planificado. NA

