Sociedad
Abrió la Puerta Santa
25 de diciembre de 2024
El papa Francisco presidió este martes a la noche en el Vaticano la tradicional celebración de Nochebuena, más conocida como Misa de Gallo, en la que se conmemora el nacimiento de Jesús. La ceremonia, que da inicio a la Navidad, comenzó a las 19 (16, hora de Argentina) en una basílica de San Pedro repleta de fieles.
Además, el Sumo Pontífice abrió la Puerta Santa del templo y, de esa manera, inauguró el Jubileo o Año Santo en Roma. En su homilía, Jorge Bergoglio llamó a «levantar la voz contra las injusticias a los pobres».

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El papa Francisco dio inicio al 27º Jubileo con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro. Estuvo acompañado de católicos de los cinco continentes y representantes de otras confesiones cristianas. El Sumo Pontífice arribó en silla de ruedas y afectado por un resfrío que le impidió celebrar al Ángelus el pasado domingo.
«La Puerta Santa, que se abre en la noche de Navidad, es una invitación a realizar un paso, una Pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo», dijo Bergoglio.
El evento cristiano convocó a más de 30 mil fieles, mientras que se espera que 30 millones de personas pasen por Roma para celebrar el Jubileo.
Durante este miércoles 25, el Papa presidirá la ceremonia desde el balcón de la basílica de San Pedro e impartirá la bendición Urbi et Orbi. En tanto, el día siguiente, Francisco tiene previsto visitar la prisión romana de Rebibbia, donde rezará el Ángelus con los presos.
Homilía completa
Un ángel del Señor, envuelto de luz, alumbró la noche y dio el anuncio gozoso a los pastores: «Les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor» (Lc 2,10-11). Entre el asombro de los pobres y el canto de los ángeles, el cielo se abrió sobre la tierra; Dios se hizo uno de nosotros para hacernos como Él, descendió entre nosotros para elevarnos y llevarnos al abrazo del Padre.
Esta, hermanas y hermanos, es nuestra esperanza. Dios es el Emanuel, el “Dios con nosotros”. El infinitamente grande se hizo pequeño; la luz divina brilló entre las tinieblas del mundo, la gloria del cielo se asomó a la tierra. ¿Cómo? En la pequeñez de un Niño. Y si Dios viene, aun cuando nuestro corazón se asemeja a un pobre pesebre, entonces podemos decir: la esperanza no ha muerto, la esperanza está viva, y envuelve nuestra vida para siempre. La esperanza no defrauda.
Hermanas y hermanos, con la apertura de la Puerta Santa damos inicio a un nuevo Jubileo. Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia. En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti! Hay esperanza para cada uno de nosotros. Pero no se olviden, hermanas y hermanos, que Dios perdona todo, Dios perdona siempre. No se olviden de esto, que es un modo de entender la esperanza en el Señor.
Para acoger este regalo, estamos llamados a ponernos en camino con el asombro de los pastores de Belén. El Evangelio dice que ellos, habiendo recibido el anuncio del ángel, «fueron rápidamente» (Lc 2,16). Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente. ¡Y hay tantas desolaciones en nuestro tiempo! Pensemos a las guerras, a los niños ametrallados, a las bombas sobre las escuelas y sobre los hospitales. Disponerse rápidamente, sin aminorar el paso, dejándose atraer por la buena noticia.
Sin tardar, vayamos a ver al Señor que ha nacido por nosotros, con el corazón ligero y despierto, dispuesto al encuentro, para ser capaces de llevar la esperanza a las situaciones de nuestra vida. Y esta es nuestra tarea, traducir la esperanza en las distintas situaciones de la vida. Porque la esperanza cristiana no es un final feliz que hay que esperar pasivamente, no es el final feliz de una película; es la promesa del Señor que hemos de acoger aquí y ahora, en esta tierra que sufre y que gime. Esta esperanza, por tanto, nos pide que no nos demoremos, que no nos dejemos llevar por la rutina, que no nos detengamos en la mediocridad y en la pereza; nos pide —diría san Agustín— que nos indignemos por las cosas que no están bien y que tengamos la valentía de cambiarlas; nos pide que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios; que es el sueño de un mundo nuevo, donde reinan la paz y la justicia.
Aprendamos del ejemplo de los pastores, la esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar —y muchos de nosotros, tenemos el peligro de acomodarnos en nuestro propio bienestar—; la esperanza no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse, ni el cálculo de quien sólo piensa en sí mismo; es incompatible con la vida tranquila de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres. Al contrario, la esperanza cristiana, mientras nos invita a la paciente espera del Reino que germina y crece, exige de nosotros la audacia de anticipar hoy esta promesa, a través de nuestra responsabilidad, y no sólo, también a través de y nuestra compasión. Y aquí tal vez nos hará bien interrogarnos sobre nuestra compasión: ¿tengo compasión?, ¿sé padecer-con? Pensémoslo.
Viendo cómo a menudo nos acomodamos a este mundo, adaptándonos a su mentalidad, un buen sacerdote escritor rezaba en la santa Navidad de esta manera: “Señor, te pido algún tormento, alguna inquietud, algún remordimiento. En Navidad quisiera encontrarme insatisfecho. Contento, pero también insatisfecho. Contento por lo que haces Tú, insatisfecho por mi falta de respuestas. Quítanos, por favor, nuestras falsas seguridades, y coloca dentro de nuestro ‘pesebre’, siempre demasiado lleno, un puñado de espinas. Pon en nuestra alma el deseo de algo más” (cf. A. Pronzato, La novena de Navidad). El deseo de algo más. No quedarnos quietos. No olvidemos que el agua estancada es la que primero se corrompe.
La esperanza cristiana es precisamente ese “algo más” que nos impulsa a movernos “rápidamente”. A nosotros, discípulos del Señor, se nos pide, en efecto, que hallemos en Él nuestra mayor esperanza, para luego llevarla sin tardanza, como peregrinos de luz en las tinieblas del mundo.
Hermanas y hermanos, este es el Jubileo, este es el tiempo de la esperanza. Este nos invita a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar. Que llegue a serlo para nuestra madre tierra, desfigurada por la lógica del beneficio; que llegue a serlo para los países más pobres, abrumados por deudas injustas; que llegue a serlo para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes.
Todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado, en el sufrimiento que devasta el alma; en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los lugares profanados por la guerra y la violencia. Llevar esperanza allí, sembrar esperanza allí.
El Jubileo se abre para que a todos les sea dada la esperanza, la esperanza del Evangelio, la esperanza del amor, la esperanza del perdón.
Volvamos al pesebre, contemplemos el pesebre, miremos la ternura de Dios que se manifiesta en el rostro del Niño Jesús, y preguntémonos: “¿Tenemos esta expectativa en nuestro corazón? ¿Tenemos esta esperanza en nuestro corazón? Contemplando la benevolencia de Dios, que vence nuestra desconfianza y nuestros miedos, contemplamos también la grandeza de la esperanza que nos aguarda. Que esta visión de esperanza ilumine nuestro camino de cada día” (cf. C. M. Martini, Homilía de Navidad, 1980).
Hermana, hermano, en esta noche la “puerta santa” del corazón de Dios se abre para ti. Jesús, Dios con nosotros, nace para ti, para mí, para nosotros, para todo hombre y mujer. Y, ¿saben?, con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda.
Sociedad
Cayó un helicóptero en una cancha de tenis en Palermo
Un helicóptero se precipitó este jueves a la noche sobre las canchas de tenis del Parque Manuel Belgrano (ex KDT), ubicado en el barrio porteño de Patermo y los tres ocupantes resultaron heridos.
Fuentes policiales revelaron a Noticias Argentinas que se trata de dos hombres y una mujer, que están “fuera de la aeronave, conscientes y con vida”, al tiempo que “son asistidos por personal de Bomberos y del SAME”.
De acuerdo a lo informado por los voceros policiales en el lugar, el helicóptero se precipitó “a raíz de un desperfecto técnico sobre las canchas de tenis del ex circuito KDT”, ubicado en Avenida Salguero al 3700.
Los ocupantes de la aeronave, dos hombres y una mujer, fueron asistidos y trasladados por el personal de Bomberos de la Ciudad y del SAME para luego ser trasladados al Hospital Fernández.
“Los ocupantes salieron de la aeronave por sus propios medios y la situación se encontraba controlada”, precisaron las fuentes consultadas.
Sociedad
POR LA INCLUSIÓN
Cada 3 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una jornada que invita a reflexionar y a reafirmar el compromiso con la dignidad, los derechos y el bienestar de todas las personas. Para la Obra Don Orione, presente en 34 países en el mundo, esta conmemoración es un motivo central, ya que el trabajo con las personas con discapacidad ha sido, desde siempre, la esencia de su carisma, su identidad y su día a día.
Los Pequeños Cottolengos materializan el deseo y el apostolado de San Luis Orione, quien los concibió como un auténtico proyecto de inclusión social, con la profunda convicción de que no podía haber personas desechables, ni vidas sobrantes. Tal como lo anhelaba el Apóstol de la Caridad, cada Pequeño Cottolengo aspira ser un “faro de civilización”, luz testimonial en la construcción de un mundo más justo e incluyente.
Este año en que celebramos los 90 años del inicio de la creación de Pequeños Cottolengos en Argentina, Paraguay y Uruguay, la Familia Orionita continúa trabajando incansablemente para brindar, siempre en un espíritu de familia, las mejores posibilidades de promoción y desarrollo para cada uno de sus residentes.
Para estar a la cabeza de los tiempos: Del asistencialismo a los derechos.
Históricamente, el modelo asistencial fue el que más se desarrolló en el trabajo con las personas con discapacidad. Este enfoque de protección parte de la base de que el otro requiere ayuda constante, sin necesariamente preguntarle cómo, dónde o de qué manera desea recibirla.
Sin embargo, en 2006, la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas (suscripta por Argentina en 2007 y refrendada por la Ley 23.678 en 2008) marcó un cambio de enfoque fundamental: pasar de la protección y la asistencia al reconocimiento de los derechos plenos de las personas con discapacidad. Este nuevo paradigma plantea que, en lugar de asistencia, se deben brindar apoyos, y que estos deben ser definidos por las propias personas con discapacidad. Es el salto definitivo hacia un modelo inclusivo.
En este pasaje del modelo asistencial-protectivo al modelo de inclusión social, la Obra Don Orione viene dando pasos significativos para transformar su trabajo institucional:
- Readecuación edilicia y de equipamiento: Una tarea costosa, pero necesaria para garantizar la accesibilidad.
- Conformación de equipos profesionales: Necesarios para aplicar el nuevo enfoque.
- Reformulación de la tarea cotidiana: Cambiando formas de hacer y pensar arraigadas en una larga historia.
Hace tiempo se inició un largo proceso para estar “a la cabeza de los tiempos”, tal como decía Don Orione. Este camino implicó la categorización de las tareas, la elaboración de programas integrados y la puesta en marcha de una migración ardua: del asistencialismo a un modelo orientado a la rehabilitación, la inserción social y la promoción humana de los residentes.
Un camino de caridad, respeto e inclusión
Estos cambios se tradujeron en una mejor calidad de vida para los residentes. Un ejemplo claro es que cada persona pasó a tener una o varias ocupaciones. A través de estas actividades, estimuladas por los orientadores, no solo se fomenta el desarrollo individual, sino que se reduce la cantidad de problemas de diversa índole. La profesionalización de la tarea y el trabajo conjunto en los Equipos de Conducción han enriquecido la toma de decisiones, poniendo los talentos personales al servicio del residente.
Un acento especial se ha puesto en la inclusión y la integración social, promoviendo talleres, programas y salidas que -en la medida de lo posible- hagan que los residentes de los Cottolengos se integren en actividades y grupos con la comunidad en la que se encuentran.
“Socialmente existe un impacto muy favorable -destaca una de las terapístas de Don Orione- porque mucha gente tiene la idea que los Cottolengos son sitios aislados, oscuros, feos. Cuando ven a nuestros residentes participando activamente, a la gente le cambia la mirada y ve que las personas que viven en el Cottolengo son su prójimo, que se puede integrar y participar.”
La Familia Orionita celebra el camino emprendido y mira hacia el futuro, donde los próximos pasos incluyen:
- Consolidar los Equipos de Conducción y el trabajo profesional.
- Transitar hacia una reformulación de los servicios, a la luz de los nuevos paradigmas.
- Conformar hogares para personas de alta dependencia, lo que permitirá trabajar diferencialmente con quienes pueden desarrollar mayor autonomía.
- Desarrollar modelos de “viviendas asistidas” para que las personas con mayores posibilidades de promoción e inclusión puedan, alguna vez, egresar del Cottolengo.
Es un trabajo que ya ha comenzado y que requerirá esfuerzo, pero así también el Pequeño Cottolengo soñado por Don Orione seguirá siendo un “faro de civilización”.
Principios Clave de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
La Obra Don Orione se guía por los principios de la Convención, entre los que se destacan:
- El respeto de la dignidad inherente y la autonomía individual.
- La no discriminación.
- La participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad.
- El respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad humana.
- La igualdad de oportunidades y la accesibilidad.
“La Puerta del Pequeño Cottolengo Argentino
no preguntará a quien la cruce si tiene un nombre,
sino solamente si tiene un dolor”
San Luis Orione
Prensa Don Orione
Sociedad
Alarma: 6 de cada 10 chicos están expuestos al juego online
El Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina presentó los resultados de un estudio sobre apuestas online y adolescencia con el objetivo de conocer cómo son sus hábitos de consumo en esta temática. Para llevarlo adelante, se realizaron 11.421 encuestas a adolescentes entre 13 y 18 años en todo el país. Además, el área de Juventud de la organización está desarrollando una caja de herramientas práctica y accesible para que las y los adolescentes cuenten con recursos concretos que les permitan informarse, cuidarse y fortalecer su bienestar.
“Desde el Observatorio Humanitario impulsamos investigaciones que nos permitan comprender mejor la realidad y fortalecer nuestra acción humanitaria. Los datos que arroja la investigación muestran claramente el riesgo al que están expuestos niños y niñas de 13 a 18 años. El uso de billeteras digitales y publicidad permanente son las principales puertas de ingreso a las apuestas online, sin distinguir plataformas legales a ilegales. El 75% de los y las adolescentes que entrevistamos pide controles más estrictos sobre plataformas”, señaló José Scioli, Director del Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina

Cruz Roja Argentina acompaña a jóvenes de todo el país a través de programas orientados a su desarrollo integral y a la promoción de la salud física y mental, siempre desde un enfoque de cuidado, sin juicio ni estigma. En el último tiempo, docentes, familias y las propias juventudes expresaron su preocupación por el avance de esta problemática.
En esta línea, Luciana Marino, Coordinadora de Juventud agregó: “Estos resultados nos dan información muy valiosa para acompañar mejor a las y los jóvenes. Estamos impulsando talleres y espacios de prevención entre pares, que promueven la reflexión y el cuidado. También estamos elaborando materiales para familias y escuelas, porque creemos en redes de apoyo que realmente escuchen y acompañen”.
Principales hallazgos
- Alta exposición al fenómeno: 6 de cada 10 adolescentes están expuestos al juego online, ya sea por participación directa (16%) o vínculos cercanos que apuestan (45%). Las amistades aparecen como principal vía de acceso y circulación ya que el 57% de quienes apuestan ingresó por recomendación de pares, y 78% de quienes no juegan se enteró a través de amigos/as o conocidos/as. Además, el 40% de adolescentes con experiencia directa en apuestas reportó tener personas adultas cercanas que apuestan.
- Riesgos percibidos y efectos en la salud mental: el 79% de quienes apuestan reconoce riesgo de adicción y 1 de cada 8 quedó endeudado (12%). Además, el 69% reporta ansiedad y malestar, y el 47 y 49% afectación de hábitos de sueño y rendimiento escolar vinculados a la práctica.
- Inicio temprano y brecha de género marcada: la edad de ingreso se ubica entre los 13 y 14 años, con participación creciente hasta los 17/18 años. Además, se registra una brecha de género marcada en la que los varones apuestan tres veces más que las mujeres (24% vs 8%), y presentan mayor frecuencia e intensidad.
- Ecosistema digital como puerta de entrada: entre 71% y 79% de las y los adolescentes estuvo expuesto a publicidad o contenidos de apuestas online, aún sin participar.
- Acceso facilitado y sin controles efectivos: 83% de quienes apuestan utiliza billeteras virtuales como medio de pago y 43% accedió a través de intermediarios que les facilitaron el acceso a la práctica.
- Confusión entre sitios legales e ilegales: entre 51% y 66% de los y las adolescentes no logra diferenciar plataformas de apuestas legales de las ilegales. En los dominios simulados (.bet.ar y .com), la opción “no estoy seguro/a” concentra la mayoría de las respuestas, lo que evidencia falta de información clara sobre la regulación vigente.
- Regulación percibida como insuficiente: el 80% de las adolescencias considera que las medidas actuales para impedir el acceso de menores no funcionan, lo que evidencia una brecha entre la regulación formal y la realidad digital.
- Demanda de prevención y acompañamiento: en promedio, el 75% de las y los jóvenes pide controles más estrictos sobre plataformas, y 4 de cada 10 solicitan talleres y campañas educativas. Las demandas prioritarias son conocer: riesgos, comprender cómo operan los algoritmos de captación y recibir información sobre dónde pedir ayuda.
Cruz Roja Argentina es una asociación civil, humanitaria y de carácter voluntario, con presencia en el territorio argentino y parte integrante del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la red humanitaria más grande del mundo.
Su misión es contribuir a mejorar la vida de las personas, en especial de aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Para eso, trabaja a través de 63 filiales, 33 Servicios Educativos y su Sede Central, en conjunto con las comunidades. Su labor está orientada por los 7 Principios Fundamentales del Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja: Humanidad, Independencia, Imparcialidad, Neutralidad, Unidad, Voluntariado, Unidad y Universalidad.
El Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina es un espacio de investigación para la acción que, a través del conocimiento y la sensibilización, favorece la comprensión y el abordaje de las distintas situaciones que emergen en la sociedad desde una perspectiva humanitaria. El Observatorio forma parte del Consorcio de Investigación del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (RC3) y es uno de los 30 Centros de Referencia de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) la red humanitaria más grande del mundo, de la que también es miembro Cruz Roja Argentina.

