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El 60% de los ruralistas sostiene que Milei cumplió con sus expectativas
25 de diciembre de 2024
A pesar de una menor rentabilidad en el sector, el índice de confianza del campo Ag Barometer Austral alcanza su máximo en 6 años de análisis tanto en las condiciones presentes como en las expectativas futuras. La encuesta del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral en el índice de Condiciones Presentes llegó a un valor de 149, un aumento del 13% sobre septiembre 2024 (132) y un incremento interanual del 27% con relación a noviembre 2023 (117).
Esto se traduce también en la buena imagen que generó Milei entre los productores agropecuarios: Un 60% de los productores piensan que, a un año de su asunción, ha cumplido con las expectativas depositadas en su gestión y que ningún otro gobierno ha tenido en tan corto plazo: baja de la inflación y de las tasas de interés. En contraste, el 36% que opina que no las cubrió reclama, especialmente, que no bajaron los derechos de exportación, un tema central para el sector agropecuario.

El último índice de confianza del campo que elabora el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, conocido como Ag Barometer Austral, marca un cambio importante en el sentir de los productores agropecuarios del país: El 60% piensa que el presidente Javier Milei cumplió con las expectativas del sector.

La mayoría de los productores basan su opinión en los logros macroeconómicos, tales como la baja de la tasa de inflación, las bajas en las tasas de interés (aunque sigan siendo positivas en términos reales) y, fundamentalmente, por la rapidez con la que encaró las reformas estructurales.
Por el contrario, el mientras un 36% opina que no las cubrió. Los productores que sostienen que no cumplió con las expectativas apuntan, especialmente, a que no bajaron los derechos de exportación (un tema central para el sector agropecuario) y al hecho de que el tipo de cambio está perdiendo competitividad. También a las reformas estructurales o bajas de impuestos que aún no se han implementado para poder sostener un tipo de cambio relativamente bajo.
Con este dato como horizonte, la última medición de 2024 alcanza el valor máximo de toda su historia: Desde octubre de 2018 a la fecha, alcanza un valor de 149 puntos, es decir, un aumento del 13% sobre septiembre pasado (132) y un incremento interanual del 27% con relación a noviembre de 2023 (117).
El informe elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral explica que el aumento con relación a septiembre 2024 se produce tanto en el Índice de Condiciones Presentes, alcanzando un 14% (120 vs 105) y en el Índice de Expectativas Futuras 13% (169 vs 150). Así, se estrecha la brecha entre ambos índices, situación que se ha repetido en las últimas cuatro mediciones.

El Índice de Expectativas Futuras ha retomado su tendencia alcista luego de una baja en la medición anterior. Ello se debe, fundamentalmente, a una mejor expectativa de rendimientos luego de las precipitaciones registradas, ya que las perspectivas de precio en soja no mejoran, aunque cabe esperar un mejor comportamiento en los precios del maíz a futuro.
Y tanto ha mejorado la confianza en la situación financiera de los productores que un 72% piensa que sus finanzas estarán mejor en los próximos 12 meses, contra un 59% registrado en la medición de septiembre.
Con respecto a las inversiones, el último Ag Barometer Austral indica que un 56% de los productores piensa en invertir en activos fijos en los próximos 12 meses (el valor de este índice es de 111, y solo fue superado por el de marzo 2022 (119) en momentos de altos precios internacionales). En septiembre pasado, sólo un 47% de los productores pensaba invertir en activos fijos, con lo cual se da un importante cambio en la tendencia de este indicador.

“Se da una situación, en cierta forma, paradójica ya que el Índice de Confianza alcanza los valores máximos de su historia en momentos en que se alzan las voces por la baja rentabilidad del sector agropecuario debido a la persistencia de los derechos de exportación”, analiza Carlos Steiger, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral y director de la encuesta.
“Los índices de Condiciones Presentes y de Expectativas Futuras también tienen los valores máximos de su historia en momentos en que las condiciones de rentabilidad de las actividades agrícolas prometen estar en niveles muy bajos o aún negativos cuando la producción se realiza en campos arrendados”, añade el especialista.
Según el Ag Barometer Austral, un 35% de los productores piensa que la rentabilidad esperada de la campaña 2024/25 será menor que la de la campaña 2023/24.
La baja en los precios internacionales, en particular de la soja, es la variable que mejor explica la caída en la rentabilidad, a pesar de que muchos productores esperan obtener mejores rendimientos que en la campaña pasada.
Sin embargo, Steiger advierte que “se escuchan voces de preocupación por parte de productores agropecuarios y de las entidades representativas manifestando que la caída de los precios internacionales para la campaña 2024/25, sumada a la actualización del tipo de cambio por debajo de la tasa de inflación (crawling peg del 2%) durante el año 2024 ha provocado un encarecimiento de los de los costos de producción en dólares que se suman al efecto negativo de la baja de precios”.
Por otra parte, la continuidad de los derechos de exportación -en particular los de la soja- hacen que los productores argentinos reciban un 32% menos de precio que sus competidores de USA y Brasil. Al mismo tiempo, en los meses recientes Brasil ha devaluado su moneda por encima de la inflación local otorgando más competitividad a los productores de soja.
“Otra paradoja es que los ingresos en dólares por exportaciones agroindustriales para el año 2025 serán superiores en 2.400 millones dólares a las del año 2024, en un contexto de quiebra de muchos productores que son los que proporciona dichas divisas”, considera Steiger.
También están mejorando las expectativas de inversión en activos fijos tanto en agricultura como ganadería, lo cual habla de buenas expectativas a mediano y largo plazo ya que dichos activos deben ser amortizados y generar flujos de caja en un horizonte de 5 años aproximadamente. Este este sentido, un 56% de los productores piensa que es buen momento para invertir en ganadería y, en particular, en vientres para incrementar el stock.
“Después de mucho tiempo, parece reavivarse el interés por invertir en ganadería, a pesar de que el 2024 ha continuado una elevada proporción de la faena de vientres como porcentaje de la faena total, indicando que se está lejos de un proceso de retención. Por otra parte, los precios ganaderos han aumentado por debajo de la inflación con impacto negativo en la rentabilidad, ya que, a pesar de la menor oferta para faena, la debilidad del consumo local como resultado de la caída en los ingresos reales de la población no se han traducido en mejores precios”, indica el informe.
“Desde nuestro Centro, consideramos que la explicación a esta aparente contradicción tanto en el sector agrícola como en el ganadero, entre baja rentabilidad y altos índices de confianza proviene de los contextos macroeconómicos y políticos donde se piensa que la Argentina está ante un cambio de paradigmas en lo económico y cultural. La obsesión del gobierno por el equilibrio fiscal, el achicamiento del Estado y parte de sus ineficiencias, la baja del riesgo país, la posible vuelta al financiamiento internacional por parte de empresas argentinas, la baja de las tasas de interés, y el comienzo de una tibia recuperación de la actividad económica son variables que influyen positivamente en la confianza de los productores a pesar de la baja/negativa rentabilidad y a la persistencia de los derechos de exportación”, explica Steiger.
Con respecto al plano internacional, el 57% de los productores piensan que las políticas del presidente Donald Trump serán favorables para el agro argentino, mientras un 43 % piensa lo contrario.

Dada la importancia de los Estados Unidos en la economía global es importante evaluar el probable impacto de las medidas económicas que promete implementar el presidente Trump, en consistencia con su anterior presidencia: la guerra comercial entre USA y China en el año 2018 provocó un desplazamiento de las compras de soja del gigante asiático al Mercosur, lo que generó una caída en los precios de Chicago y una mejora en los precios de la soja de Brasil y Argentina. “Al mantenerse el conflicto comercial entre ambos países, es probable que se repita tal situación con una mejora de los precios para el Mercosur”, pronostica Steiger.
Por el lado del 43 % de los productores que piensa en forma negativa, la causa es que la política proteccionista de Trump generará un aumento de la inflación en USA y, para combatirla, subirán las tasas de interés fortaleciendo al dólar. “Es muy probable que un dólar fuerte afecte en forma negativa al precio de las commodities que exporta nuestro país”, agrega.
“La política proteccionista de Trump también puede afectar negativamente exportaciones agroalimentarias de Argentina hacia USA, como sucedió con los biocombustibles y limones, entre otros”, concluye.
Prensa Universidad Austral
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NI MUUU: ‘Qué culpa tenemos’
La provincia de Buenos Aires enfrenta múltiples desafíos en áreas como infraestructura y educación, pero un nuevo proyecto de ley que busca gravar las emisiones de gases de efecto invernadero ha generado controversia.
Según expresaron al unísono las entidades del sector productivo, la iniciativa carece de sustento y no aborda los verdaderos problemas que afectan a los productores locales. Así lo manifestó de forma contundente el presidente de la Confederación de Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) Ignacio Kovarsky a El Campo Hoy.
"Habiendo tantos temas para solucionar; desde infraestructura, educación, un montón de temas para la provincia de Buenos Aires y bueno, acá al parecer lo único que importa es agarrar cualquier tema para grabar con impuestos y recaudar más y soluciones cero".
El ruralista también afirmó que el concepto de emisión de gases utilizado en la iniciativa es obsoleto y que el enfoque actual debe ser sobre el equilibrio y el balance en lugar de solo la emisión.
Kovarsky destacó que el sistema ganadero argentino, basado en pastizales extensivos, no solo es neutro en términos de emisiones, sino que también contribuye positivamente al secuestro de carbono.
"Justamente el sistema ganadero de Argentina con pastizales extensivos y demás, y con muy pocos casos de animales en feedlot, ahí es donde vemos que es justamente no solo neutro, sino positivo la cantidad de captación, secuestro del carbono a través de la fotosíntesis de nuestros pastizales respecto de lo que se emite".
En cuanto a la situación del rodeo bovino en encierres a corral, el experto aclaró que "no es el porcentaje, sino el tiempo" que los animales pasan en pastizales antes de ser llevados a engorde en feedlot. "La vaca de cría eternamente está sobre pastizales, que es la mitad o más de la ganadería argentina". Este enfoque resalta la importancia de considerar el ciclo completo de producción en lugar de centrarse únicamente en las emisiones.
Buenos Aires bajo el agua
Sobre el plan de ayuda anunciado por el gobierno nacional, indicó que se está formando una mesa de trabajo que busca coordinar esfuerzos locales. "Sé que se bajó maquinaria; la Provincia hace un tiempo que había aportado, y Nación estaba bajando maquinaria tanto en 9 de julio, Casar es Bolívar y Bragado, por ejemplo". Sin embargo, subrayó la necesidad de acelerar los procesos y concretar las ayudas reales.
Finalmente, mencionó que se está trabajando en un presupuesto destinado al nodo Bragado, aunque se reconoce que "hace falta más: se deben licitar y ejecutar obras complementarias para mitigar inundaciones, que son un problema cíclico en la región. Hay que ejecutarlo con mayor velocidad. Entendemos que van a llegar más dragas ahora creo que en enero, pero hace falta acelerar eso".
El rechazo de CRA
Desde CRA rechazaron el intento de imponer una “tasa al metano bovino”. En una gacetilla dada a conocer ayer, expresaron que "una diputada impulse cobrar un impuesto por los gases que emiten las vacas no es una discusión ambiental: es otra muestra de la capacidad de daño de dirigentes que, lejos de comprender cómo se produce en Argentina, vuelven a atacar al sector que sostiene al país. Como señaló CARBAP, cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción.
La entidad expresó que la ganadería argentina alimenta al mundo, genera miles de empleos y moviliza economías regionales. "Inventar una Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA) es simplemente seguir esquilmando al que produce, cargando más impuestos sobre quienes ya enfrentan una de las presiones fiscales más altas del planeta. Y, para colmo, sin aportar ninguna solución técnica seria o viable".
Finalmente sostuvieron que desde CRA van a seguir defendiendo la producción, el trabajo y la gente que todos los días sostiene al país, "frente a políticas que solo buscan frenar, castigar y asfixiar a quienes producen". radio Cadena3
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Hay productores que emiten menos GEI: ¿Quiénes son y cómo lo logran?
Un informe de la Red de Carbono de Aapresid revela los puntos en común entre los manejos de mayor eficiencia ambiental. Además: los cultivos que más emiten y las estrategias de mitigación.
La nueva edición del Informe de la Red de Carbono de Aapresid deja un mensaje contundente: los productores que integran la red generan sistemáticamente menos emisiones de gases de efecto invernadero que la media nacional construida en base a información de monitoreos en más de dos millones de hectáreas en todo el país.
En un escenario global donde la huella climática comienza a definir accesos a mercados, precios y exigencias de trazabilidad, contar con evidencia local que demuestre la performance de los sistemas agrícolas argentinos resulta estratégico.
El Informe 2025 de la Red sintetiza la cuantificación de emisiones GEI y balance de carbono de los suelos sobre más de 700 mil hectáreas distribuidas en 16 zonas agroecológicas. Se cuantificaron las emisiones directas e indirectas generadas tranqueras adentro asociadas al manejo agrícola: uso de combustibles fósiles, fertilización, descomposición de residuos, aplicación de insumos y consumo de energía.
EL dato: cuando se comparan las emisiones por hectárea y tonelada generadas los productores Aapresid y un índice nacional en base a 2 millones de hectáreas se observa una diferencia sistemática y favorable para los primeros en prácticamente todos los cultivos.
“Esta brecha se asocia a manejos más eficientes, fertilización ajustada al diagnóstico, menor cantidad de labores y decisiones agronómicas que permiten sostener mayores niveles de productividad con igual o menor uso de insumos”, explica el Informe.
Emisiones según cultivo: ranking y fuentes
En términos generales, las emisiones por tonelada de rinde varían según el cultivo: el trigo se lleva el primer puesto como el cultivo que más emite, seguido por la cebada.
En cuanto a las fuentes de emisión, también varían según el cultivo: en maíz, trigo y girasol están explicadas mayormente por el manejo de la fertilización nitrogenada, mientras que en soja y legumbres, por las labores y el uso de fitosanitarios.
A medida que el rinde aumenta la intensidad de emisiones disminuye. Así, los sistemas que logran convertir más biomasa con la misma inversión tecnológica emiten menos.
Sin embargo, el Informe aclara que “el incremento del rendimiento no constituye por sí mismo una estrategia de mitigación, sino que la mejora ambiental se logra con mayor eficiencia productiva: buenos diagnósticos, optimización del uso de insumos, manejo adaptado al ambiente, planificación de rotaciones, eficiencia en el manejo de plagas y estabilidad productiva en el tiempo”.
¿Qué pasa con el carbono del suelo?
El análisis se complementa con la evolución del carbono orgánico del suelo, un indicador clave de salud y resiliencia. Si bien los incrementos de carbono son modestos incluso en rotaciones intensificadas, gran parte de los sistemas evaluados muestran estabilidad en los niveles de carbono, lo que confirma la capacidad de la Siembra Directa y de las rotaciones diversas para sostener la fertilidad y la estructura de los suelos en el largo plazo. Las mayores pérdidas se registran en esquemas dominados por monocultivos o por secuencias exclusivamente gramíneas o leguminosas, mientras que los mejores resultados se observan en planteos que combinan cultivos de verano e invierno, incorporan cultivos de servicio y mantienen una cobertura continua del suelo.
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Ruralistas piden por las obras de la cuenca del Salado antes de 2030
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) lanzó un fuerte reclamo político hacia los gobiernos municipal, provincial y nacional, en medio de una inundación que ya lleva nueve meses y que afecta gravemente al corazón productivo bonaerense.
En un comunicado, CARBAP responsabilizó directamente a las autoridades por la falta de obras y advirtió que la situación evidencia “promesas incumplidas, demoras injustificadas y absoluta falta de voluntad política”.
Según un relevamiento realizado sobre imágenes satelitales del 11 al 13 de noviembre, en la cuenca del río Salado -que abarca unas 17 millones de hectáreas- 2 millones aparecen inundadas o anegadas y 3,8 millones están afectadas de manera tal que quedaron fuera de producción: sin piso, sin caminos transitables y sin posibilidad de ingreso de maquinaria.
La entidad ruralista fijó un objetivo tan claro como urgente: las obras del Plan Maestro del Río Salado deben completarse por completo antes de 2030. Y definió esa meta como “innegociable”.
“No es un slogan ni un deseo. Es una obligación moral, productiva y social”, afirmó CARBAP.
La organización recordó que el plan no exige tecnologías complejas ni obras extraordinarias: “Hablamos de canales, puentes y obras hidráulicas básicas, para las cuales Argentina tiene ingenieros, técnicos y maquinaria. La capacidad existe: lo que falta es decisión política”.
CARBAP también cuestionó el argumento oficial de la falta de recursos. “Frente a quienes repiten ‘no hay plata’, la respuesta es simple: en esta cuenca sí hay plata; la generan los productores y la recaudan los tres niveles del Estado todos los años”.
Por eso, la entidad exigió compromisos públicos y verificables tanto del Gobierno actual como de los futuros gobernantes para garantizar que el plan se ejecute íntegramente.
El comunicado concluye con una advertencia: “Las inundaciones no esperan. La producción no espera. La familia rural, la educación, la salud, la seguridad y el futuro del interior productivo tampoco pueden seguir esperando”.
FUENTE: Noticias Agropecuarias.

