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SE RENUEVA CONINAGRO
27 de noviembre de 2024
El Consejo de Administración de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro), junto a los presidentes de las Federaciones que componen la entidad, decidieron en la Asamblea General Ordinaria 71 como nuevo presidente para los próximos dos años, al productor santafesino de Villa Trinidad, @lucasmagnano , representando a la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
Estará acompañado por Marcelo Federici como vicepresidente, miembro de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (FECOVITA), Mario Raiteri será el Secretario, Asociación de Cooperativas Hortícolas y Frutícolas Argentina (ACOHOFAR), Orlando Stvass como tesorero representando a la Federación de Cooperativas de Corrientes (FEDECOOP) y Alberdo Candelero, síndico, miembro de la Federación de Cooperativas Agropecuarias (UNCOGA). La semana próxima se realizará la primera reunión del nuevo Consejo, abordarán las problemáticas actuales y la agenda 2025.
“Estoy con muchas ganas de seguir adelante un proceso, vamos a continuar trabajando enfocados en las políticas gremiales para todos los #productores cooperativos del país” dijo el nuevo Presidente de @CONINAGRO, Lucas Magnano.
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Arranca la cosecha fina 2024
Productores regionales de Aapresid comparten sus claves para dar vuelta una partida que arrancó difícil, pero podría cerrar con rendimientos de hasta 6 tn/ha en trigo.
Cada grano cuenta. La eficiencia en la cosecha es más relevante que nunca para asegurar buenos márgenes.El sur de la provincia de Buenos Aires, corazón triguero de Argentina, está listo para enfrentar una cosecha de fina que, aunque arrancó con desafíos, promete cerrar con buenos números gracias al repunte climático y de precios.
En la última revista de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), productores regionales adelantaron estrategias infaltables para optimizar la cosecha y asegurar buenos márgenes en un contexto de precios ajustados.De la incertidumbre al optimismoLas bajas temperaturas del invierno y las primaveras frescas convierten al sur bonaerense en una región ideal para los cereales de invierno.
Cebada y trigo desfilan en rotaciones diversas en integración con ganadería, pensadas para potenciar rendimiento y al mismo conservar recursos, principalmente el suelo, comenta Manuel Pereyra Iraola de la Regional Tandilia de Aapresid.
Este paraíso de la fina, sin embargo, comenzó la campaña con el pie izquierdo: poca agua en los perfiles y precios bajos que desanimaron a muchos. Pero las lluvias otoñales y el repunte en los mercados cambiaron el panorama, repasa Roberto “Tiki” Kiessling, asesor y docente-investigador (UNS) de la Regional Aapresid Bahía Blanca.
Esta situación, agrega el asesor Iván Nuesch de la Regional Las Encadenadas, empujó a sembrar más hectáreas de trigo, desplazando ligeramente a la cebada, que quedó en un 40% de la superficie total sembrada.
El lado B de la campaña: costos y desafíosLos alquileres altos debido a la alta demanda de la zona y los precios elevados de los insumos complicaron el juego inicialmente.
“El productor apostó a comprar insumos en el último momento, esperando una baja de precios, un repunte en los commodities, el levantamiento de aranceles, devaluación o mejoras en las tasas de financiamiento, que recién llegaron en agosto”, explica Pereyra Iraola.
A esto se le sumó el costo creciente de herbicidas por su mayor uso debido a la complejidad en el control de malezas, principalmente raigrás y crucíferas.En cuanto a lo climático, si bien la fina comenzó su ciclo con condiciones óptimas de humedad y temperatura, las intensas heladas desde mayo hasta agosto dejaron su marca, coinciden los productores.
En la zona de Puán y Carhué, algunas cebadas sufrieron pérdida de densidad y en general en la zona la emergencia de cultivos tardíos fue más lenta. Pese a estos obstáculos, los lotes mejor manejados mantienen expectativas de rendimiento aceptables.
Con la cosecha de cebada arrancando en noviembre y la de trigo en diciembre, los productores ya están afinando detalles para evitar pérdidas y maximizar la calidad.
Los rendimientos proyectados son alentadores: en Tandil, se esperan 7000 kg/ha para cebada y 6000 kg/ha para trigo; mientras que en Tres Arroyos, entre 4000 y 6000 kg/ha. Similar a este último en Puán, Carhué y Tornquist para la cebada, mientras que para trigo 3500 kg/ha.
Prepararse para la cosecha: cada grano cuentaCon márgenes ajustados y valores de pizarra que rondan los 210-215 U$S/ton para el trigo, los productores apuntan a ajustar planes de fertilización, sanidad y optimizar la cosecha para no resignar calidad.
“Cada decisión cuenta, desde los barbechos hasta el almacenamiento”, señala Pablo Errazu, asesor de la Regional Tres Arroyos. Algunas de las recomendaciones clave para hacer realidad estos números al momento de la cosecha son:
✔ Asegurarse con tiempo contratistas de confianza y capacitados.
✔ Priorizar una mayor tecnología de las máquinas cosechadoras. Cuanto más modernos sean los equipos, las pérdidas se reducen significativamente.
✔ Mantener los equipos limpios para evitar dispersión de malezas como crucíferas y rama negra.
✔ Monitorear el proceso y estar presente en los lotes para regular las máquinas, chequear pérdidas y asegurar una calidad aceptable, especialmente en cebada cervecera
✔ Contar con alternativas de almacenamiento. La falta de cupos cerca de la cosecha es un problema en los últimos años, por lo que es clave estar organizados y listos para embolsar si es necesario.
✔ Controlar la calidad de los granos para direccionar la producción donde corresponda. Números ajustados, decisiones claveLa calidad de los granos será determinante para ganar la partida. En cebada, por ejemplo, asegurar el estándar cervecero puede abrir puertas a mercados premium, mientras que en trigo da ventajas para la negociación con molinos o exportación.En lo que respecta a mercados, “la demanda del mercado interno, la sequía en gran parte de la zona productiva y en Europa, y la proximidad con Brasil (que empuja la exportación), podrían impulsar los precios, sobre todo en trigo”, vaticina Pereyra Iraola.Con números tan finos, potenciar el rendimiento y maximizar la calidad de los granos en lo que queda de la campaña será clave. En esto la eficiencia en la cosecha cobra más relevancia que nunca
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La salud del suelo
La agricultura argentina necesita incorporar un 11% más de biomasa para incrementar el Carbono orgánico del suelo |
La actividad agrícola necesita generar en promedio 6.3 toneladas de biomasa por hectárea por año para mantener los niveles actuales de carbono orgánico en el suelo (COS). |
En Argentina, la actividad agrícola necesita generar en promedio 6.3 toneladas de biomasa por hectárea por año para mantener los niveles actuales de Carbono orgánico en el suelo (COS). El programa proyecto de Brechas de Carbono de Aapresid y Syngenta publicó un informe con datos a nivel de en cada región así como estrategias para mantener e incrementar la cantidad de COS. El Proyecto de Brechas de Carbono es una iniciativa colaborativa entre AAPRESID y Syngenta que busca potenciar el rol del Agro en la captura de CO2 de la atmósfera para almacenarlo como carbono orgánico en los suelos (COS), y contribuir a un doble beneficio: ayudar a mitigar el cambio climático y mejorar la salud y productividad de los suelos. El primer gran hito de la iniciativa fue estimar mediante modelos de simulación a 20 y 50 años los niveles actuales, alcanzables y potenciales de COS en cada región. Estas estimaciones revelan que los suelos agrícolas del país tienen un stock promedio de COS de 56 tn/ha y están a un 46% de su capacidad máxima de almacenamiento de carbono. También aseguran que de implementar masivamente ciertas estrategias, podrían capturar el equivalente a la mitad de las emisiones GEI generadas por la agricultura. Con esta información se generaron además mapas disponibles online que permiten a los productores conocer las brechas de COS en cada zona. El próximo paso es que esos mapas sean interactivos, para que los productores puedan simular distintos escenarios y cargar ellos mismos la información de sus lotes. Hablemos de biomasa Conocer dónde se está parado en cuanto a niveles actuales y posibles de COS en cada zona es muy importante, pero ¿cómo saber cuánto COS se aporta año a año y cómo se puede mantener o mejorar ese aporte? La Red advierte que el aporte de COS está íntimamente relacionado con las toneladas de residuo o materia seca (biomasa) - tanto aérea como de raíces - generadas con cada cultivo, y que esto varía según la zona y el manejo productivo. En esta línea, la Red lideró un trabajo para estimar las toneladas de materia seca y de carbono que son necesarios aportar cada año para mantener o mejorar los aportes de COS en cada región. |
Fotos: Niveles aproximados de producción de Materia Seca aérea (en t MS/ha/año; grano + rastrojo) necesarios para: (izq.) mantener los niveles actuales de carbono orgánico en el suelo; (Centro) subir los niveles actuales de carbono orgánico en el suelo hasta los niveles alcanzables; y (der.) subir los niveles actuales de carbono orgánico en el suelo hasta los niveles potenciales o de saturación. |
Para su desarrollo se utilizaron datos de rendimiento y áreas sembradas en los últimos cinco años, junto con modelos de simulación y técnicas de mapeo digital. El informe revela que en las áreas agrícolas se está aportando anualmente un promedio de 6.5 toneladas de materia seca, lo que equivale a 2.56 toneladas de carbono por hectárea/año. Estos valores son muy cercanos a los requeridos para mantener los stocks de COS en su nivel actual ( 6.3 t MS y 2.45 t de C ha/año en promedio). Sin embargo, estos valores son muy variables según cada región. Las regiones como el NOA, Entre Ríos, la Zona Núcleo, y el Sudeste de Buenos Aires muestran la mayor demanda de carbono, requiriendo aportes superiores a las 5 t C/ha/año para sostener sus niveles de COS. En términos de materia seca, esto significa más de 10 t MS/ha/año. Si se apostara a mejorar los valores de COS a niveles alcanzables, sería necesario llevar los niveles de producción anual a un equivalente de 7.4 toneladas MS aérea/ha/año en promedio, es decir aumentar en un 11% los aportes de biomasa actuales. Esto en términos promedio, ya que en las mismas regiones mencionadas, el aporte necesario escala a las 11-12 tn/ha/año. Por último, para llevar a los suelos a su máxima capacidad de almacenaje de COS (COS potencial), la biomasa a generar escalaría a 13.7 t MS/ha/año. En este sentido, la Red sugiere que los resultados subrayan la importancia de incrementar la producción de biomasa y optimizar el manejo de residuos en estas áreas. En este sentido, prácticas como la siembra directa, las rotaciones diversificadas con inclusión de gramíneas y cultivos de servicios y la nutrición balanceada, están entre las que más contribuyen a aumentar los volúmenes de materia seca y carbono aportados. Elina Ribot - Prensa Aapresid |
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Girasol: alerta fitosanitaria
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró la alerta fitosanitaria para todo el territorio nacional con respecto a Orobanche cumana, una plaga cuarentenaria ausente en la Argentina -pero detectada en Bolivia– y que representa un gran riesgo para el cultivo de girasol, por las pérdidas que puede generar en la producción de granos y semillas, incrementando los costos de producción y con impactos negativos en el comercio nacional e internacional.
La disposición, establecida en la Resolución 1347/2024 que se publicó este viernes en el Boletín Oficial, tiene por objetivo fortalecer las acciones interinstitucionales público-privadas para determinar la situación de la plaga en el país, lograr una respuesta rápida ante una eventual detección y poner en conocimiento de la situación a investigadores, productores y a la sociedad en general.
En ese sentido, establece las medidas de prevención, detección, contención y erradicación de la maleza así como también la denuncia obligatoria ante la detección de la presencia y/o daños sospechosos.
Asimismo, se crea el Comité Técnico Interinstitucional sobre Orobanche cumana, que será liderado por la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa, para coordinar acciones, compartir conocimientos, definir procedimientos fitosanitarios y estrategias para la prevención, control y/o manejo de la plaga.
El Orobanche cumana es una planta parásita que se alimenta a partir del agua y de los nutrientes que extrae del girasol, provocando su muerte. Si bien es una plaga ausente para Argentina, se encuentra presente en Bolivia y ello aumenta potencialmente el riesgo de ingreso a nuestro país.
Su dispersión se realiza a través de sus diminutas semillas, las cuales pueden trasladarse a través del viento, el agua, o adheridas a animales o al calzado, vestimenta de personas que transitan por áreas afectadas con la maleza, así como también en maquinarias o herramientas utilizadas en diferentes etapas del cultivo, como la cosecha o el procesamiento de granos o semillas.
Para prevenir su ingreso, el Senasa tiene establecidos requisitos fitosanitarios específicos para la importación de semillas de países con presencia de la plaga. Ante la sospecha de presencia de la maleza acercarse a la Oficina Local del Senasa más cercana o bien contactarse a través de los medios de comunicación oficiales de este organismo sanitario.