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La salud del suelo

12 de noviembre de 2024
La agricultura argentina necesita incorporar un 11% más de biomasa para incrementar el Carbono orgánico del suelo |
La actividad agrícola necesita generar en promedio 6.3 toneladas de biomasa por hectárea por año para mantener los niveles actuales de carbono orgánico en el suelo (COS). |
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En Argentina, la actividad agrícola necesita generar en promedio 6.3 toneladas de biomasa por hectárea por año para mantener los niveles actuales de Carbono orgánico en el suelo (COS). El programa proyecto de Brechas de Carbono de Aapresid y Syngenta publicó un informe con datos a nivel de en cada región así como estrategias para mantener e incrementar la cantidad de COS. El Proyecto de Brechas de Carbono es una iniciativa colaborativa entre AAPRESID y Syngenta que busca potenciar el rol del Agro en la captura de CO2 de la atmósfera para almacenarlo como carbono orgánico en los suelos (COS), y contribuir a un doble beneficio: ayudar a mitigar el cambio climático y mejorar la salud y productividad de los suelos. El primer gran hito de la iniciativa fue estimar mediante modelos de simulación a 20 y 50 años los niveles actuales, alcanzables y potenciales de COS en cada región. Estas estimaciones revelan que los suelos agrícolas del país tienen un stock promedio de COS de 56 tn/ha y están a un 46% de su capacidad máxima de almacenamiento de carbono. También aseguran que de implementar masivamente ciertas estrategias, podrían capturar el equivalente a la mitad de las emisiones GEI generadas por la agricultura. Con esta información se generaron además mapas disponibles online que permiten a los productores conocer las brechas de COS en cada zona. El próximo paso es que esos mapas sean interactivos, para que los productores puedan simular distintos escenarios y cargar ellos mismos la información de sus lotes. Hablemos de biomasa Conocer dónde se está parado en cuanto a niveles actuales y posibles de COS en cada zona es muy importante, pero ¿cómo saber cuánto COS se aporta año a año y cómo se puede mantener o mejorar ese aporte? La Red advierte que el aporte de COS está íntimamente relacionado con las toneladas de residuo o materia seca (biomasa) – tanto aérea como de raíces – generadas con cada cultivo, y que esto varía según la zona y el manejo productivo. En esta línea, la Red lideró un trabajo para estimar las toneladas de materia seca y de carbono que son necesarios aportar cada año para mantener o mejorar los aportes de COS en cada región. |
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Para su desarrollo se utilizaron datos de rendimiento y áreas sembradas en los últimos cinco años, junto con modelos de simulación y técnicas de mapeo digital. El informe revela que en las áreas agrícolas se está aportando anualmente un promedio de 6.5 toneladas de materia seca, lo que equivale a 2.56 toneladas de carbono por hectárea/año. Estos valores son muy cercanos a los requeridos para mantener los stocks de COS en su nivel actual ( 6.3 t MS y 2.45 t de C ha/año en promedio). Sin embargo, estos valores son muy variables según cada región. Las regiones como el NOA, Entre Ríos, la Zona Núcleo, y el Sudeste de Buenos Aires muestran la mayor demanda de carbono, requiriendo aportes superiores a las 5 t C/ha/año para sostener sus niveles de COS. En términos de materia seca, esto significa más de 10 t MS/ha/año. Si se apostara a mejorar los valores de COS a niveles alcanzables, sería necesario llevar los niveles de producción anual a un equivalente de 7.4 toneladas MS aérea/ha/año en promedio, es decir aumentar en un 11% los aportes de biomasa actuales. Esto en términos promedio, ya que en las mismas regiones mencionadas, el aporte necesario escala a las 11-12 tn/ha/año. Por último, para llevar a los suelos a su máxima capacidad de almacenaje de COS (COS potencial), la biomasa a generar escalaría a 13.7 t MS/ha/año. En este sentido, la Red sugiere que los resultados subrayan la importancia de incrementar la producción de biomasa y optimizar el manejo de residuos en estas áreas. En este sentido, prácticas como la siembra directa, las rotaciones diversificadas con inclusión de gramíneas y cultivos de servicios y la nutrición balanceada, están entre las que más contribuyen a aumentar los volúmenes de materia seca y carbono aportados. Elina Ribot – Prensa Aapresid |
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Productores más optimistas

En marzo mejoraron todos los índices de confianza de los productores. El Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral dio a conocer el nuevo índice de confianza del campo “Ag Barometer Austral”. La medición subió un 17% respecto a enero, con repuntes del 23% en condiciones presentes y del 26% en condiciones de inversión a corto plazo. Aunque el 59% cree que no es buen momento para invertir, un 41% considera que sí lo es, frente al 33% de enero. El clima se mantiene como la principal preocupación para los próximos 12 meses (59%), seguido por los bajos precios (34%) y las elecciones de octubre (24%). La mayoría considera importante renovar su maquinaria, aunque no con urgencia, y un 40% está interesado en sumarse a programas de certificación ambiental. |
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El índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, mostró una recuperación significativa en la confianza de los productores agropecuarios en marzo de 2025, al registrar un aumento del 17% respecto a la medición de enero. El índice general pasó de 117 a 137 puntos, marcando un rebote importante tras la caída registrada entre noviembre de 2024 y enero de 2025. “Este repunte marca una diferencia clara con lo ocurrido en 2019, cuando una caída similar en la confianza se extendió durante 11 meses. Ahora, en cambio, vemos una recuperación inmediata y sostenida en todos los indicadores”, explicó Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral. Los dos subíndices también evidenciaron mejoras: las Condiciones Presentes subieron un 23%, mientras que las Expectativas Futuras lo hicieron en un 15%. En particular, las expectativas de inversión mostraron un incremento del 26% (de 65 a 82 puntos), lo que refleja un mayor optimismo entre los productores respecto a la posibilidad de adquirir activos fijos en el corto plazo. Según el informe, esta recuperación se evidenció en Expoagro 2025, donde se registraron numerosas operaciones comerciales, impulsadas por políticas agresivas de financiamiento por parte de empresas de maquinaria y bancos, especialmente con créditos en dólares. Además, las mejores condiciones climáticas permitieron una mejora en los rendimientos, aun cuando la cosecha gruesa no alcanzará los niveles de la campaña 2023/24. También se proyecta una campaña de trigo 2025/26 favorable, con buenas condiciones hídricas y estimaciones de récord en la producción. No obstante, Steiger advirtió que “queda como asignatura pendiente la baja o eliminación de las retenciones y una cierta incertidumbre acerca de la competitividad del tipo de cambio”. Otra preocupación es el ingreso de capitales financieros atraídos por el “carry trade”, lo que podría deprimir el tipo de cambio y encarecer las tasas de interés, generando un posible freno en la actividad económica. “Está por verse el impacto de ese tipo de cambios sobre la balanza comercial, ya que puede desalentar exportaciones y alentar importaciones”, agregó. Inversión y modernización La mejora del ánimo inversor también fue señalada en el informe. Aunque el 59% de los productores aún considera que no es un buen momento para invertir en activos fijos, el índice de expectativas mejoró un 26% respecto a la medición anterior. En este sentido, se espera un mayor interés en la inversión en vientres vacunos, impulsada por una recuperación del precio del novillo en términos reales. |
Expectativas de inversión en activos fijos |
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“Hay una mejora en el ánimo inversor, especialmente en ganadería. Muchos productores evalúan invertir en vientres vacunos ante un 2025 que se perfila favorable para toda la cadena”, detalló Steiger. Respecto a la inversión en maquinaria, Steiger remarcó que “la principal preocupación y, por lo tanto, la prioridad actual en el sector agrícola es la rentabilidad”, lo que lleva a postergar decisiones tecnológicas. “Los productores perciben que el costo financiero de su adquisición supera el retorno esperado de la actividad productiva, lo que genera una relación costo-beneficio desfavorable. Esta dinámica crea un círculo vicioso: aunque la tecnificación es fundamental para aumentar la productividad, el riesgo de disminuir aún más la rentabilidad es alto. En este momento, el sector no dispone de margen para tomar este tipo de riesgos. Por lo tanto, la incorporación de nueva maquinaria, en un contexto de dificultades de financiamiento y márgenes brutos limitados, podría afectar negativamente la rentabilidad a corto plazo”, añadió. Además, identificó una “falta de contacto con las tecnologías avanzadas” que genera una subestimación del potencial de mejora en productividad y eficiencia. Pese a todo, un 80% de los productores estaría dispuesto a modernizar su maquinaria si mejoraran las condiciones de rentabilidad . Principales preocupaciones: el clima a la cabeza El clima volvió a posicionarse como la principal preocupación de los productores para los próximos 12 meses, una tendencia que se repite respecto a septiembre de 2023 ya años anteriores. “Sin duda la falta de lluvias luego de la siembra de la cosecha gruesa agravada en el mes de enero 2025 reavivó esta preocupación trayendo recuerdos de la gravísima sequía de la campaña 2022/23”, señaló Steiger. |
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Otras variables relevantes incluyen los bajos precios internacionales, el aumento de costos de insumos y la evolución del dólar. Las elecciones nacionales de octubre también ocupan un lugar destacado entre las preocupaciones (23%). “Aunque el productor en general está alineado con las políticas macroeconómicas del actual gobierno, hay incertidumbre sobre los posibles escenarios post-electorales y el rumbo que pueda tomar la política agropecuaria”, indicó Steiger. Además, un 15% expresó su preocupación por la continuidad de los derechos de exportación, considerados como un factor negativo sin perspectivas claras de modificación en el corto plazo. Por otra parte, acontecimientos como el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema de Justicia, el affaire Libra y la extrema cercanía del presidente Milei con el presidente Trump no causan preocupación en los productores agropecuarios. Sostenibilidad: creciente interés con desafíos pendientes Otro dato relevante es que el 40% de los productores no participa aún en programas de certificación ambiental, pero muestra interés en hacerlo a futuro. Un 16% ya lo hace y un 35% no manifiesta interés alguno. “Los desafíos de sostenibilidad son cada vez más centrales para acceder a mercados internacionales. Es clave que el sector acelere su adaptación a esta agenda”, subrayó el investigador. |
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“Para las cadenas de valor agroalimentarias de Argentina, donde el productor es un actor central, este nuevo contexto representa un enorme desafío. Comprender cómo están respondiendo las empresas del sector y cuáles son los principales retos para adaptarse a la agenda global resulta clave para el futuro desarrollo del sector, en tanto los nuevos requisitos de sustentabilidad ya están generando transformaciones significativas en los mercados globales”, concluyó Carlos Steiger. |
Informe: Prensa Universidad Austral
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Preocupa inseguridad rural

Se realizó una importante reunión con Martín Culatto, director del Programa de Seguridad Productiva del Ministerio de Seguridad junto a una mesa de productores y entidades encabezada por el presidente de Coninagro, Lucas Magnano, el secretario Mario Raiteri, el presidente de CRA, Carlos Castagniani y directivos de otras entidades como Sociedad Rural y Federación Agraria.

Los productores de las entidades manifestaron la preocupación por la cantidad de robos y una problemática en aumento en cuanto a la violencia de los hechos en las zonas rurales, más allá de las pérdidas económicas.
“Estamos seguros de que es una decisión política, no económica, donde se involucran tres patas, la nación, las provincias y las entidades; pero es importante incorporar a la justicia para que las causas no se abandonen. Tenemos que usar las herramientas para garantizar la seguridad del productor y el trabajador del campo. No hay seguimiento del delito”.
El productor Mario Raiteri, secretario de Coninagro , dijo que este trabajo debería darse en el marco de un Programa Nacional de Seguridad Agropecuaria que trascienda en el tiempo y perdure más allá de las administraciones nacionales o provinciales. En este sentido, este programa es importante que pueda contar con las tres fuerzas, Policía Federal, Gendarmería y Perfectura; no solo para la atención de delitos federales sino colaborando con la seguridad de cada provincia.
El director del Programa de Seguridad Productiva del Ministerio de Seguridad, en el marco de la Mesa Nacional de Delitos Rurales que también ha trabajado en el programa Cosecha Segura puesto en marcha por la Ministra Patricia Bullrich, comentó que se deben implementar en conjunto con las provincias las medidas para prevenir el delito rural. Además, el funcionario se comprometió a generar una agenda de trabajo para darle continuidad al tema, por la alta preocupación del sector agroindustrial.
También el director expresó que se están realizando procedimientos especiales en los ingresos a puertos y en las zonas determinadas de mucho tránsito de camiones en diferentes provincias del país.
Entre otras conclusiones se estima que esta mesa de trabajo puede coordinar y unir partes, relacionar procedimientos junto a las provincias y generar políticas a corto y largo plazo para que bajen los delitos, homologando y unificando objetivos para un campo en producción más seguro para trabajar se informó desde la confederación ruralista.
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El Gobierno eliminó el Registro Único de la Cadena Agroindustrial (RUCA)

A partir del 6 de mayo la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de la Nación a través de la Resolución 50/2025, eliminó el Registro Único de la Cadena Agroindustrial (RUCA) y, mediante la Resolución General Conjunta 5673/2025 con la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), se definió que la información de los productores y operadores comerciales de la cadena de granos se unifique con el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA).
El RUCA, que estaba vigente desde el año 2017, registraba y controlaba a todos los operadores comerciales del sector agroindustrial. La unificación de registros significará menor carga administrativa y permitirá tener a todos los actores de la cadena bajo un mismo registro e integrar toda la información.
Los operadores inscriptos en el RUCA no deberán realizar ningún trámite adicional. El padrón migra automáticamente y el acceso al sistema pasará a ser con clave fiscal por ARCA, adhiriendo el servicio “SISA”.
Por otro lado, la Secretaría de Agricultura, mantendrá dentro de su órbita el sistema de información de operadores de carnes y lácteos, hasta tanto se integre en uno solo, en el que se trabaja en forma conjunta con ARCA y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que contribuya al ordenamiento y la simplificación del sector.
La consolidación de la información en un único registro simplifica la actividad a los operadores de las cadenas productivas, permite al Estado mejorar la eficiencia en la gestión de datos y recursos.
Esta medida marca el cierre de una serie de acciones implementadas en 2024 para simplificar requisitos, eliminar actividades y aranceles, velando por la transparencia y la objetividad en la inscripción y por una cadena más competitiva.
La Secretaría será responsable de la verificación de los establecimientos y de gestionar la información del sector.