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La sequía convirtió a la laguna de Gómez en un desierto
6 de febrero de 2024
El noroeste de la provincia de Buenos Aires atraviesa una extrema sequía provocada por el intenso calor y la falta de precipitaciones en los últimos años, que ocasionaron entre otros inconvenientes que se reduzca a un 5 por ciento de su extensión original la laguna de Gómez, en la localidad de Junín.
Con una expansión promedio que alcanza las 5.000 hectáreas, el Parque Natural Laguna de Gómez en Junín es, además de un atractivo turístico, un espacio en donde la flora y fauna convivían en un depósito natural de agua dulce. Pero la histórica sequía registrada producto del fenómeno climático «La Niña» la convirtieron en un desierto, al punto tal de hacerla prácticamente desaparecer.
«Venimos de una situación compleja de hace varios años sumado el fenómeno de La Niña con precipitaciones por debajo de lo normal. Llovió en promedio menos de un 50% de lo que debería», analizó el ingeniero agrónomo jefe regional del INTA con sede en Junín, Alejandro Signorelli.
En diálogo con radio Nacional, el experto explicó que «es una zona que está teniendo muy pocas precipitaciones. Y por más que haya llovido algo localmente, eso no llega a llenar la laguna».
Los especialistas explican que de los 1000 milímetros de promedio anual en lluvia que tiene la región, el año pasado llovieron menos de 500 milímetros, hecho que se ha venido repitiendo los últimos tres años producto del fenómeno de La Niña, haciendo cambiar drásticamente el paisaje de la zona.
«Tuvimos un impacto terrible en la producción agropecuaria, pero venimos de tres años muy duros. Esta zona está llena de espejos de agua afectados, al igual que la fauna», explicó Signorelli, y graficó que «el mayor impacto es en la ganadería y los cultivos».
La laguna de Gómez forma parte de la cuenca del río Salado y se integra a otras lagunas de la zona como Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos, que también están siendo afectadas.
Signorelli sostuvo que «el panorama es complicado», y consideró que «recuperar esto va a llevar tiempo. Hoy la cuenca está seca, la laguna de Gómez, Mar Chiquita y La Picassa (en el límite de Buenos Aires y Santa Fe), que tiene más de 50 mil hectáreas y ha perdido más de la mitad de su caudal».
«Vamos a necesitar varios años para recomponer esta situación, tendrá que llover en la zona, en la cuenca del Río Quinto -que recorre el centro de San Luis y el sur de la provincia de Córdoba- que abastece por desborde a las otras lagunas cuencas más abajo», puntualizó.
Consultado por Télam, el concejal de Junín y exsecretario de Obras Públicas de ese municipio, Marcelo Balestrasse, explicó que «este problema comenzó gradualmente los últimos años, en los que la laguna comenzó a retirarse» y aclaró que «una situación similar se vivió de 1947 a 1951 en donde la laguna estuvo seca; y se repitió en los años 1963, 1985, 1986 y 2009».
En ese sentido, precisó que «la laguna de Gómez tiene una profundidad de 1,50 metros, es principalmente turística. Es una laguna muy deportiva, en donde no sólo los vecinos de Junín, sino mucho turistas vienen a practicar deportes acuáticos».
En el caso de las demás lagunas de la zona, Balestrasse aclaró que «Mar Chiquita es un reservorio de agua, con compuestas grandes y un terraplén que permite retener agua. Tiene el doble de dimensión (que Gómez) pero no es tan profunda y hoy se ha visto afectada pero en menor medida», en tanto que la laguna Carpincho «tiene agua porque recibe de los pluviales de la ciudad» y aclaró que «en el caso de Los Patos hace tiempo que desapareció».
El gobierno bonaerense envió a la zona un equipo para analizar la situación y evaluar el plan de trabajo del Comité de Cuenca regional.
El subsecretario de Recursos Hídricos bonaerense, Néstor Álvarez, sostuvo que «es un momento complejo, con problemas de suministro de agua corriente para consumo humano en el sur bonaerense como Carmen de Patagones y Bahía Blanca, por ejemplo, y esto tiene que ver con que no se está dando el fenómeno de lluvias que se esperaba».
«Esto se da en toda la provincia de Buenos Aires. Soy oriundo de Guaminí, estuve este fin de semana en mi ciudad y la laguna está en los niveles más bajos de la historia. Hace quince días estuve en Chascomús junto al ministro (de Infraestructura) Gabriel Katopodis y el intendente (Javier Gastón) nos hablaba de lo mismo y la mortandad de peces, y ahora veo lo de Junín», detalló al Canal 10 de Junín.
Similar panorama se observa en la laguna Malincué, ubicada en el sur de Santa Fe, que a raíz de la falta de agua de lluvia se redujo a un 10% de su expansión original, pasando de 30 mil hectáreas en 2017 a solo 3 mil en la actualidad, se detalló.
«Estamos atravesando una sequía bastante grande, donde la laguna está bajando de una manera que nos remontamos a los años 1906 o 1908, que llegó a estas mismas condiciones», explicó el secretario de Obras Hídricas de Melincué, Delqui Nocino, en diálogo con radio 2 de Rosario.
Sobre las causas, Nocino expresó que la «falta de lluvia es un componente del cambio climático», pero también intervienen otros factores como el cambio de labranza, la falta de arboledas y de un proyecto para compensar con espejos de agua».
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NI MUUU: ‘Qué culpa tenemos’
La provincia de Buenos Aires enfrenta múltiples desafíos en áreas como infraestructura y educación, pero un nuevo proyecto de ley que busca gravar las emisiones de gases de efecto invernadero ha generado controversia.
Según expresaron al unísono las entidades del sector productivo, la iniciativa carece de sustento y no aborda los verdaderos problemas que afectan a los productores locales. Así lo manifestó de forma contundente el presidente de la Confederación de Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) Ignacio Kovarsky a El Campo Hoy.
"Habiendo tantos temas para solucionar; desde infraestructura, educación, un montón de temas para la provincia de Buenos Aires y bueno, acá al parecer lo único que importa es agarrar cualquier tema para grabar con impuestos y recaudar más y soluciones cero".
El ruralista también afirmó que el concepto de emisión de gases utilizado en la iniciativa es obsoleto y que el enfoque actual debe ser sobre el equilibrio y el balance en lugar de solo la emisión.
Kovarsky destacó que el sistema ganadero argentino, basado en pastizales extensivos, no solo es neutro en términos de emisiones, sino que también contribuye positivamente al secuestro de carbono.
"Justamente el sistema ganadero de Argentina con pastizales extensivos y demás, y con muy pocos casos de animales en feedlot, ahí es donde vemos que es justamente no solo neutro, sino positivo la cantidad de captación, secuestro del carbono a través de la fotosíntesis de nuestros pastizales respecto de lo que se emite".
En cuanto a la situación del rodeo bovino en encierres a corral, el experto aclaró que "no es el porcentaje, sino el tiempo" que los animales pasan en pastizales antes de ser llevados a engorde en feedlot. "La vaca de cría eternamente está sobre pastizales, que es la mitad o más de la ganadería argentina". Este enfoque resalta la importancia de considerar el ciclo completo de producción en lugar de centrarse únicamente en las emisiones.
Buenos Aires bajo el agua
Sobre el plan de ayuda anunciado por el gobierno nacional, indicó que se está formando una mesa de trabajo que busca coordinar esfuerzos locales. "Sé que se bajó maquinaria; la Provincia hace un tiempo que había aportado, y Nación estaba bajando maquinaria tanto en 9 de julio, Casar es Bolívar y Bragado, por ejemplo". Sin embargo, subrayó la necesidad de acelerar los procesos y concretar las ayudas reales.
Finalmente, mencionó que se está trabajando en un presupuesto destinado al nodo Bragado, aunque se reconoce que "hace falta más: se deben licitar y ejecutar obras complementarias para mitigar inundaciones, que son un problema cíclico en la región. Hay que ejecutarlo con mayor velocidad. Entendemos que van a llegar más dragas ahora creo que en enero, pero hace falta acelerar eso".
El rechazo de CRA
Desde CRA rechazaron el intento de imponer una “tasa al metano bovino”. En una gacetilla dada a conocer ayer, expresaron que "una diputada impulse cobrar un impuesto por los gases que emiten las vacas no es una discusión ambiental: es otra muestra de la capacidad de daño de dirigentes que, lejos de comprender cómo se produce en Argentina, vuelven a atacar al sector que sostiene al país. Como señaló CARBAP, cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción.
La entidad expresó que la ganadería argentina alimenta al mundo, genera miles de empleos y moviliza economías regionales. "Inventar una Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA) es simplemente seguir esquilmando al que produce, cargando más impuestos sobre quienes ya enfrentan una de las presiones fiscales más altas del planeta. Y, para colmo, sin aportar ninguna solución técnica seria o viable".
Finalmente sostuvieron que desde CRA van a seguir defendiendo la producción, el trabajo y la gente que todos los días sostiene al país, "frente a políticas que solo buscan frenar, castigar y asfixiar a quienes producen". radio Cadena3
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Hay productores que emiten menos GEI: ¿Quiénes son y cómo lo logran?
Un informe de la Red de Carbono de Aapresid revela los puntos en común entre los manejos de mayor eficiencia ambiental. Además: los cultivos que más emiten y las estrategias de mitigación.
La nueva edición del Informe de la Red de Carbono de Aapresid deja un mensaje contundente: los productores que integran la red generan sistemáticamente menos emisiones de gases de efecto invernadero que la media nacional construida en base a información de monitoreos en más de dos millones de hectáreas en todo el país.
En un escenario global donde la huella climática comienza a definir accesos a mercados, precios y exigencias de trazabilidad, contar con evidencia local que demuestre la performance de los sistemas agrícolas argentinos resulta estratégico.
El Informe 2025 de la Red sintetiza la cuantificación de emisiones GEI y balance de carbono de los suelos sobre más de 700 mil hectáreas distribuidas en 16 zonas agroecológicas. Se cuantificaron las emisiones directas e indirectas generadas tranqueras adentro asociadas al manejo agrícola: uso de combustibles fósiles, fertilización, descomposición de residuos, aplicación de insumos y consumo de energía.
EL dato: cuando se comparan las emisiones por hectárea y tonelada generadas los productores Aapresid y un índice nacional en base a 2 millones de hectáreas se observa una diferencia sistemática y favorable para los primeros en prácticamente todos los cultivos.
“Esta brecha se asocia a manejos más eficientes, fertilización ajustada al diagnóstico, menor cantidad de labores y decisiones agronómicas que permiten sostener mayores niveles de productividad con igual o menor uso de insumos”, explica el Informe.
Emisiones según cultivo: ranking y fuentes
En términos generales, las emisiones por tonelada de rinde varían según el cultivo: el trigo se lleva el primer puesto como el cultivo que más emite, seguido por la cebada.
En cuanto a las fuentes de emisión, también varían según el cultivo: en maíz, trigo y girasol están explicadas mayormente por el manejo de la fertilización nitrogenada, mientras que en soja y legumbres, por las labores y el uso de fitosanitarios.
A medida que el rinde aumenta la intensidad de emisiones disminuye. Así, los sistemas que logran convertir más biomasa con la misma inversión tecnológica emiten menos.
Sin embargo, el Informe aclara que “el incremento del rendimiento no constituye por sí mismo una estrategia de mitigación, sino que la mejora ambiental se logra con mayor eficiencia productiva: buenos diagnósticos, optimización del uso de insumos, manejo adaptado al ambiente, planificación de rotaciones, eficiencia en el manejo de plagas y estabilidad productiva en el tiempo”.
¿Qué pasa con el carbono del suelo?
El análisis se complementa con la evolución del carbono orgánico del suelo, un indicador clave de salud y resiliencia. Si bien los incrementos de carbono son modestos incluso en rotaciones intensificadas, gran parte de los sistemas evaluados muestran estabilidad en los niveles de carbono, lo que confirma la capacidad de la Siembra Directa y de las rotaciones diversas para sostener la fertilidad y la estructura de los suelos en el largo plazo. Las mayores pérdidas se registran en esquemas dominados por monocultivos o por secuencias exclusivamente gramíneas o leguminosas, mientras que los mejores resultados se observan en planteos que combinan cultivos de verano e invierno, incorporan cultivos de servicio y mantienen una cobertura continua del suelo.
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Ruralistas piden por las obras de la cuenca del Salado antes de 2030
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) lanzó un fuerte reclamo político hacia los gobiernos municipal, provincial y nacional, en medio de una inundación que ya lleva nueve meses y que afecta gravemente al corazón productivo bonaerense.
En un comunicado, CARBAP responsabilizó directamente a las autoridades por la falta de obras y advirtió que la situación evidencia “promesas incumplidas, demoras injustificadas y absoluta falta de voluntad política”.
Según un relevamiento realizado sobre imágenes satelitales del 11 al 13 de noviembre, en la cuenca del río Salado -que abarca unas 17 millones de hectáreas- 2 millones aparecen inundadas o anegadas y 3,8 millones están afectadas de manera tal que quedaron fuera de producción: sin piso, sin caminos transitables y sin posibilidad de ingreso de maquinaria.
La entidad ruralista fijó un objetivo tan claro como urgente: las obras del Plan Maestro del Río Salado deben completarse por completo antes de 2030. Y definió esa meta como “innegociable”.
“No es un slogan ni un deseo. Es una obligación moral, productiva y social”, afirmó CARBAP.
La organización recordó que el plan no exige tecnologías complejas ni obras extraordinarias: “Hablamos de canales, puentes y obras hidráulicas básicas, para las cuales Argentina tiene ingenieros, técnicos y maquinaria. La capacidad existe: lo que falta es decisión política”.
CARBAP también cuestionó el argumento oficial de la falta de recursos. “Frente a quienes repiten ‘no hay plata’, la respuesta es simple: en esta cuenca sí hay plata; la generan los productores y la recaudan los tres niveles del Estado todos los años”.
Por eso, la entidad exigió compromisos públicos y verificables tanto del Gobierno actual como de los futuros gobernantes para garantizar que el plan se ejecute íntegramente.
El comunicado concluye con una advertencia: “Las inundaciones no esperan. La producción no espera. La familia rural, la educación, la salud, la seguridad y el futuro del interior productivo tampoco pueden seguir esperando”.
FUENTE: Noticias Agropecuarias.

