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El marplatense que surfea las olas más grandes del mundo: su historia

10 de abril de 2022

Noviembre del 2021. Juan Cruz García Castañón está sentado en su tabla en Nazaré (Portugal), en medio de olas mutantes que lo convierten en el lugar más peligroso del mundo para un surfista. “Las olas llegan de distintos lugares y de forma sorpresiva, muy cerca de donde uno está, con un tamaño y fuerza que sólo existen ahí. Una cosa es verlas de afuera o en un video, y otra bien de cerca… Son monstruos, a veces de 30 metros, que permiten batir cada año los récords mundiales”, pone en contexto para que la gente que no sabe de surf conozca la dificultad de surfear en este pueblo costero entre Lisboa y Oporto, un spot único gracias a la presencia de un cañón submarino de 40 kilómetros de longitud y 5 de profundidad.

Con Kai Lenny, el mejor waterman del momento.

Noviembre del 2021. Juan Cruz García Castañón está sentado en su tabla en Nazaré (Portugal), en medio de olas mutantes que lo convierten en el lugar más peligroso del mundo para un surfista. “Las olas llegan de distintos lugares y de forma sorpresiva, muy cerca de donde uno está, con un tamaño y fuerza que sólo existen ahí. Una cosa es verlas de afuera o en un video, y otra bien de cerca… Son monstruos, a veces de 30 metros, que permiten batir cada año los récords mundiales”, pone en contexto para que la gente que no sabe de surf conozca la dificultad de surfear en este pueblo costero entre Lisboa y Oporto, un spot único gracias a la presencia de un cañón submarino de 40 kilómetros de longitud y 5 de profundidad.

El marplatense de 29 años mira a su alrededor. Está al borde de las lágrimas. Pero no de miedo, sino de emoción. Se encuentra en el lugar que soñó desde que empezó a ilusionarse con surfear las olas más grandes del planeta. Y es su primera vez allí. Por un momento se abstrae y observa cómo, a metros, la elite de los surfistas baja esos olones y recuerda todo su trayecto: lo que le costó llegar hasta ahí,  en todo sentido. De repente, cuando llega al pico de la ola, solito, ya sin su hermano -rebotado por las olas en el ingreso-, un par de motos de agua con experimentados surfistas se acercan. Y le dicen que el día no está para surfear así, remando, sin compañía de motos que lo ayuden –a entrar y tomar la ola- y socorran -si hay una caída o accidente-.  Le sugieren que salga, pero se queda, fiel a su determinación y fe. Espera su tiempo y lo logra: baja un par de olas.

El marplatense se entrena en pileta para soportar los revolcones tras las caídas. “Hay que soportar 30 segundos bajo el agua”, precisó.

El marplatense de 29 años mira a su alrededor. Está al borde de las lágrimas. Pero no de miedo, sino de emoción. Se encuentra en el lugar que soñó desde que empezó a ilusionarse con surfear las olas más grandes del planeta. Y es su primera vez allí. Por un momento se abstrae y observa cómo, a metros, la elite de los surfistas baja esos olones y recuerda todo su trayecto: lo que le costó llegar hasta ahí,  en todo sentido. De repente, cuando llega al pico de la ola, solito, ya sin su hermano -rebotado por las olas en el ingreso-, un par de motos de agua con experimentados surfistas se acercan. Y le dicen que el día no está para surfear así, remando, sin compañía de motos que lo ayuden –a entrar y tomar la ola- y socorran -si hay una caída o accidente-.  Le sugieren que salga, pero se queda, fiel a su determinación y fe. Espera su tiempo y lo logra: baja un par de olas.

García Gastañon contó cómo y por qué pasó de surfear olas chicas a olas grandes. Qué le atrae.

“Ese día cumplí mi sueño. Y me gané el respeto de todos en Nazaré. Ellos dudaban, de mi surfing y de mi personalidad. No me conocían. Me preguntaron de dónde era y cuando les dije de Argentina, se sorprendieron aún más. Me miraban como diciendo ‘¿este loco, qué hace acá?’’’. Y más sin moto de agua… Ese día es como que dijeron ‘si este pibe se mete remando, por las suyas, un día así, ya está… Es uno de los nuestros. Luego todos me saludaban en el pueblo, incluyendo (Garrett) McNamara, pionero en Nazaré y un mito en olas grandes”, explica este chico de 1m68 y 72 kilos que cobró fama en estos meses y eso generó la atención de Quiksilver, la empresa con filial en Argentina que lo contrató. “Fue muy emocionante. Por lo que es la marca a nivel mundial. Y porque es una de las que más apoya al surf de olas grandes. Que se fije en vos quiere decir que hiciste las cosas bien y tuviste resultados. Es una motivación gigante. Este año espero ir por más, quiero volver a Nazaré”, reconoce, sonriente.

El camino no ha sido rápido ni sencillo para convertirse en el primer argentino en la meca de las ondas XXL. “Comencé a surfear a los seis años, en Playa Grande, con mi viejo, Cachito. El nunca me insistió ni me presionó, yo quería y le insistí. Lo mismo que ir a los torneos”, recuerda Juan Cruz, quien encontró en su esencia la necesidad de ir por olas más grandes y una mayor adrenalina. “Desde chico me gustó eso. En Mardel siempre estaba en el fondo, esperando la más grande, aunque me agarrara sólo dos en una sesión. Lo mismo me pasaba cuando andaba en skate con amigos: siempre me tiraba de las bajadas más empinadas. También recuerdo que, de chico, me regalaron un video de olas grandes y me la pasaba viéndolo. Era adictivo, lo sigue siendo hoy…”, cuenta.

De a poco empezó a viajar hasta que llegó su primer gran desafío, a los 22 años, en Puerto Escondido (México), otro spot bien exigente. “Llegué muy preparado, física y mentalmente. Entrené la apnea en pileta, remé en tablones… Muchos a los que les pregunté sobre el lugar, me dijeron ‘igual, en tu primera vez, nunca vas a surfear grande’. Y surfee grande”, cuenta. Su primer olón lo recuerda bien. “Lo esperé y una derecha me cuadró perfecta, tendría 7/8 metros. Recuerdo que pensé ‘acá se define todo el esfuerzo que hice’. Remé, me tiré y la hice. No podía fallar. Por mí y porque cuando estás en esos lugares, los pocos que están a tu lado te están mirando. No podés dejarla pasar. Ni caerte. Si pasa, los locales no te dejan agarrar ninguna ola más. Ahí o en Hawaii. El surf es así”, explica.

Las caídas o revolcones –wipeout en inglés- son comunes en el surf pero en olas grandes son más exigentes y peligrosas. “Yo no he tenido tantas, porque si bien tengo coraje, sé dónde me meto y soy consciente. Pero en ese primer viaje tuve varios golpes porque cuando agarrás confianza, a veces te soltás demasiado y arriesgás de más. Tuve varios sustos, en especial en lugares de poca profundidad, donde te golpeas con el fondo. O con la tabla. O, a veces, cuando viene el set –tres olas grandes seguidas- y decidís ir para adentro, a pasarlo, y las olas te caen en la cabeza. Es desesperante y pensás ‘quién me mandó a meterme acá’. Pero, en un punto, me gusta y saco lo positivo. Porque me ponen a prueba, me hacen darme cuenta cuán preparado estoy y yo confío mucho en mi”, reconoce.  

A JC le gusta entrenar mucho en lo físico para “sentirme fuerte, compacto, como una armadura, porque un revolcón puede sacarte un brazo”, pero lo mental es tan o más importante. “Me gusta meditar antes de los swells grandes. También trabajo la apnea, porque podés estar hasta 30 segundos bajo el agua y tenés que aguantar”, agrega. El miedo, asegura, siempre está, “sobre todo las primeras veces en un lugar, pero igual que los nervios, ese sentimiento es necesario: te mantiene alerta y te pone un freno. Tampoco pienso mucho porque me quita energías. Sé que es un deporte riesgoso, pero calculo muchas cosas. No es que somos unos loquitos, como cree la gente. Arriesgás, sí, pero también hay mucho de preparación”, asegura.

Nazaré fue especial. “Me faltaba ir ahí, era mi objetivo, mi motivación. Estar con los mejores en las mejores olas. Me motivaba eso. Pero sabía que es muy difícil llegar y estar en ese grupo selecto que se mete ahí”, cuenta. Y, el lugar, se lo ganó. “No conocía a nadie y me metí con mi hermano, remando… Les cayó bien. Luego Vinicius dos Santos, el brasileño que ahora pelea por la validación del récord mundial, y me invitó al centro de alto rendimiento de ahí. Por suerte me avalaron, entré por la puerta grande. No es sencillo. Ellos son piolas pero, a la vez, muy competitivos. Tienen que ver algo en vos. Lo mismo me pasó con Lucas Chumbo, justamente el otro brasileño que está peleando por el récord mundial. Otro que me ayudó mucho…”, detalla. La búsqueda de grandes fotos y videos, ni hablar de récords, son todo para ellos. “Prefieren eso que disputar el circuito de olas grandes”, cuenta.

Para meterse en lugares así necesitás tablas especiales, tablones cerca de tres metros (9 o 10 pies) si te metés nadando y de 1m80 –con straps- si una moto te deja en la ola (se llama tow-in). “El traje de neoprene debe ser grueso (4-3) porque el agua es fría, debés usar botitas, un chaleco de impacto y otro de flotación con cuatro garrafas de dióxido de carbono –de entre 25 a 38 gramos-“, informa. Todo eso dificulta la movilidad en el agua. Para llegar a la ola, remando, tardás unos 20 minutos y si querés evitarlo, un servicio de moto cuesta entre 500 y 2000 euros, dependiendo de lo grande que ese día está el mar. Cuando estás adentro, debés estar muy atento, explica. “Las olas son impredecibles a diferencia de otros lugares famosos como Jaws (Hawaii) y Mavericks (California). Además hay mucha corriente y piedras asesinas de 25 metros. Nunca hubo muertes pero sí accidentes importantes. Si te caés, las motos tienen segundos para sacarte porque viene otras detrás. Incluso es común que se vuelquen las motos cuando te buscan… Yo claro que tenía mis dudas antes de meterme, pero más grande fue la motivación. La confianza es esencial. No es que uno debe estar loco. Al revés, hay que estar mucho más cuerdo de lo que la gente cree. Hay un grado de locura y hasta de adicción a eso, pero mucho más de preparación”, detalla.

Por lo que hizo en Nazaré, García Castañón se ganó una invitación para ir al Mundial de olas grandes en España, que se hizo en enero, pero no pudo asistir porque trabaja de guardavidas en Mar del Plata y no le extendieron la licencia que tenía. Para este 2022 tiene objetivos. “Es difícil tener otra invitación porque hay pocos lugares y torneos, pero mi meta es volver a Nazaré en octubre. La temporada de olas va de noviembre a marzo. Es posible que, a mitad de año, también haga un viaje, a Tahiti o Puerto Escondido”, cierra. El año pasado fue como un nuevo despertar para Juan Cruz y ahora quiere ir por más. Sabe que tiene el coraje pero que su nivel de surf y preparación se lo permiten. De “loquito” tiene poco.

Por JULIAN MOZO
Prensa Quiksilver

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El Zonal del Atlántico inicia el 15 de marzo en Mar del Plata

A días de disputarse el Gran Premio Coronación del Turismo Special de la Costa y del grupo de categorías que componen el llamado Zonal del Atlántico (Monomarca Fiat, Promocional y TC2000 del Atlántico), se dio a conocer el calendario del año próximo con inicio el fin de semana del 14 y 15 de Marzo de 2026.

Constará de nueve fechas en total, las cuales las cinco primeras serán de campeonato regular y las restantes cuatro integrarán el mini torneo llamado Copa de Oro o Play Off que definirá el campeón del TSC.

A continuación, el detalle de todas las fechas confirmadas por la Federación Mar y Sierras:

PRIMERAS DOS FECHAS CONFIRMADAS DEL CALENDARIO 2026 TURISMO SPECIAL DE LA COSTA ZONAL DEL ATLÁNTICO

15/03 MAR DEL PLATA
19/04 DOLORES

A CONFIRMAR

17/05 -------
28/06 -------
16/08 -------
13/09 -------
11/10 -------
15/11 -------
13/12 -------


Prensa Turismo Special de la Costa.

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Agustín Canapino se quedó con el Olimpia de Oro

El deporte argentino cerró el año 2025 con una noche de fiesta en la Usina del Arte, donde se celebró la 73ª edición de los Premios Olimpia, el máximo reconocimiento que otorga el Círculo de Periodistas Deportivos. Y el gran ganador fue Agustín Canapino, que se quedó con el Olimpia de Oro y volvió a consagrarse como el mejor deportista argentino del año.

"A Papá Noel este año le puedo pedir nada. ¡Le doy vacaciones! Tuve un año que no puedo pedir más nada y lo corono con el Olimpia", afirmó con una sonrisa el piloto de 35 años nacido en Arrecifes, provincia de Buenos Aires.

Canapino alcanzó por segunda vez el galardón mayor de los Olimpia —ya lo había ganado en 2018— tras una temporada excepcional que lo tuvo como campeón por quinta vez del Turismo Carretera y como figura central del automovilismo nacional. Además, se consagró en el TC Pick Up y en el Turismo Carretera 2000. Logró así un hito histórico al conquistar títulos en tres categorías distintas en un mismo año.

Ese recorrido le permitió imponerse en la terna de automovilismo, donde superó a Franco Colapinto —confirmado como piloto titular de Alpine en la Fórmula 1— y a Nicolás Cavigliasso, ganador del Rally Dakar en la categoría Challenger. De hecho, Canapino alcanzó las 18 coronas en su carrera profesional y destronó a Juan María Traverso como el máximo campeón del automovilismo argentino.

Los Premios Olimpia 2025.
Los Premios Olimpia 2025.

La ceremonia también reconoció a otros grandes protagonistas del deporte nacional. El marplatense Horacio Zeballos se quedó con el Olimpia de Plata en tenis tras una temporada inolvidable: ganó Roland Garros y el US Open en dobles junto al español Marcel Granollers y volvió a meterse entre los cinco mejores del ranking mundial. En atletismo, la distinción fue para Florencia Borelli.

Uno de los momentos destacados de la noche fue el premio en ajedrez para Faustino Oro, el prodigio de 12 años que ya consiguió su segunda norma de gran maestro y sueña con hacer historia.

Hubo, además, reconocimientos especiales para la selección argentina de fútbol masculino y el equipo femenino de beach handball, y homenajes por aniversarios emblemáticos como el River campeón del Metropolitano 1975 y el Argentinos Juniors que ganó la Libertadores en 1985.

Un momento emotivo fue cuando se recordó a aquellos deportistas y periodistas que fallecieron este año, como  Vicente “Cholo” Ciano o el marplatense Walter Saavedra. Hubo un aplauso cerrado cuando aparecieron en pantalla Miguel Ángel Russo, “Locomotora” Oliveras y Hugo Orlando Gatti, entre otros.

De Brillante e Infinito

El Olimpia de Brillante fue para Ricardo González, capitán del seleccionado argentino de básquet campeón del mundo en 1950. González, de 100 años, recibió el premio entre ovaciones.

Mientras que el flamante Olimpia Infinito, destinado a “figuras eternas del deporte argentino”, fue otorgado a Diego Armando Maradona y lo recibieron sus hijas Dalma y Gianinna, que pidieron justicia por la muerte del Diez. (DIB)

La lista completa

Aquí, la lista de los ganadores de la noche de los Premios Olimpia:

Ajedrez: Faustino Oro

Artes Marciales Mixtas: Ailin Pérez

Atletismo: Florencia Borelli

Automovilismo: Agustín Canapino

Básquetbol: Facundo Campazzo

Billar: Valentino Oliveto

Bochas: Carmelo Retamar

Boxeo: Evelin Bermúdez

Canotaje: Aramis Sánchez Ayala

Cestoball: Santiago Díaz

Ciclismo: Julieta Benedetti

Deportes de Invierno: Franco Dal Farra

Equitación: Manuel Chechic

E-Sport: Leviatán

Esquí Náutico: Eugenia De Armas

Esgrima: Isabel Di Tella

Fútbol: Ángel Di María

Futsal: Juan Cruz Freijo

Gimnasia: Julieta Lucas

Golf: Ángel Cabrera

Handball: Diego Simonet

Hockey sobre Césped: Tomás Santiago

Hockey sobre Patines: Gonzalo Romero

Judo: Mariano Coto

Karate: Juan Ignacio Gallardo

Lucha: Agustín Destribats

Motociclismo: Valentín Perrone

Natación: Agostina Hein

Padel: Agustín Tapia

Paralímpicos: Iñaki Basiloff

Patín: Facundo Nieva Biza

Pato: Justo Bermúdez

Pelota: Facundo Andreasen

Polo: Adolfo Cambiaso (N)

Remo: Santino Menín

Rugby: Santiago Carreras

Sóftbol: Luciano Biondi

Taekwondo: Ignacio Espínola

Tenis: Horacio Zeballos

Tenis de Mesa: Horacio Cifuentes

Tiro: Julián Gutiérrez

Turf: Francisco Goncalves

Vóleibol: Agustín Loser

Yachting: Catalina Turienzo

Premios especiales

Ricardo González, básquet: capitán campeón mundial de básquet 1950. El hecho ocurrió hace 75 años y "el Negro" cumplió 100 (Olimpia de brillantes)

Diego Armando Maradona (Olimpia Infinito)

También fueron distinguidos:

  • La selección argentina de fútbol.
  • El equipo de River Plate 1975, a 50 años de la conquista del título argentino tras 18 años.
  • El equipo de Argentinos Juniors 1985, a 40 años de la obtención de la Copa Libertadores de Amé
  • La selección argentina femenina de beach handball, por la conquista del título mundial.
  • Futbolistas Argentinos Agremiados.
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La FIFA bajó el precio de las entradas del Mundial 2026

FIFA dio marcha atrás y anunció que pondrá a disposición de las federaciones entradas a 60 dólares para el próximo Mundial, una decisión pensada para compensar las quejas por los elevados precios de las entradas que se habían difundido en los últimos días.

Las localidades más baratas para la fase de grupos iban entre 120 y 265 dólares, y la rectificación llega tras detectar un problema en la asignación: no se había reservado una categoría popular para las aficiones de los equipos participantes. Según la organización, esa horquilla de precios dejó fuera a una parte importante del público.

El uso de la llamada “tarifa dinámica” —que muchos denuncian como una reventa encubierta— disparó los valores en algunos mercados. En Alemania se llegaron a ver entradas para un partido de grupos por hasta 700 euros, mientras que el New York Times habló de localidades de bajo nivel para la final que alcanzan los 8.680 dólares.

La crítica pública fue dura y el presidente Gianni Infantino quedó en el centro del debate. Periodistas y aficionados se preguntan si el fenómeno confirma que el fútbol en vivo se está convirtiendo en un espectáculo para bolsillos grandes, algo que la medida de las entradas a 60 dólares intenta, al menos parcialmente, corregir.

La FIFA también comunicó que el proceso sigue su curso: en febrero se sortearán los compradores agraciados, recibirán un correo de confirmación, deberán abonar de inmediato y luego esperar a que la logística y los requisitos de viaje les permitan ingresar a Estados Unidos, Canadá o México.

El sistema de reparto a través de las federaciones queda planteado como un parche para distribuir las entradas más económicas entre los hinchas, pero la medida no despeja las dudas sobre la transparencia ni evita los costes asociados al desplazamiento y al visado. La desconfianza entre muchos consumidores sigue latente. NA

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