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Una buena: el precio de la soja empujará la recaudación

18 de noviembre de 2020
La suba de las cotizaciones de la oleaginosa significaría por lo menos unos USD 4.000 millones extra en relación a lo proyectado a fines de septiembre. A esto habrá que sumar lo que adicionen el maíz y el trigo, este último clave en los primeros meses de 2021.
Además, aunque la presión impositiva sigue por las nubes, los números de los productores mejoran por la nueva realidad del mercado, lo que podría quitar un poco de presión a las negociaciones que los funcionarios mantienen con el Consejo Agroindustrial.
Sin embargo, la principal amenaza es el clima. Con pronósticos de un verano seco por efecto del fenómeno Niña, la cosecha podría verse afectada, provocando que la suba de precios solo alcance para compensar la caída de la productividad.
Este martes, la soja volvió a subir en el mercado de Chicago y quedó a solo tres dólares del mayor valor registrado en seis años: los USD 433 del 6 de junio de 2016. Para encontrar una cotización superior habría que ir hasta agosto de 2014, cuando cerraba en USD 450 (eran los últimos meses de la época de oro de los commodities agrícolas).
Tan repentina fue la actual mejora, que hoy el precio de la oleaginosa es USD 65 mayor que el promedio de septiembre.
Medido en valores FOB (lo que en realidad captura la exportación argentina) entre agosto y noviembre, el aceite de soja subió 19%; el poroto, 23%; y la harina, 36%. En el caso de los cereales, el maíz subió 27% y el trigo 9%.
¿Cuál será el impacto sobre el ingreso de dólares del año próximo? En septiembre, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó que la campaña agrícola 2020/21 para los principales cultivos alcanzaría las 120,8 millones de toneladas. Teniendo en cuenta el precio promedio FOB de julio a septiembre, significaba un ingreso de divisas de USD 25 mil millones y la recaudación fiscal de USD 12 mil millones.
Ahora, considerando la participación de cada uno de los cultivos y los diferentes productos exportables, el impacto de la suba de los precios FOB podría significar entre USD 4.000 y 5.000 millones adicionales en ingresos por exportaciones.
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Suben los costos del tambo

Los costos totales pasaron de 2.539 US$/ha en jun/24 a 2.677 US$/ha en jun/25 de acuerdo a los planteos de costos de Márgenes Agropecuarios. Los rubros de mayor aumento fueron la reposición de vaquillonas preñadas, los gastos de estructura, sueldos y rollos, parcialmente compensados por bajas en el alimento balanceado, el silaje de maíz y la sanidad.
El precio de la leche bajó de 0,41 US$/lt en jun/24 a 0,39 US$/lt en jun/25. Los costos totales expresados en litros de leche aumentaron de 6.265 lt/ha en jun/24 a 6.806 lt/ha en jun/25.
La relación leche/maíz y leche/soja es mejor a la histórica, lo cual constituye un incentivo para aumentar la producción por la vía de mayor racionamiento
Durante la segunda quincena de mayo, las fuertes lluvias afectaron a gran parte de la Cuenca Oeste, con acumulados que oscilaron entre 100 y 300 milímetros. Estas lluvias cayeron sobre suelos ya saturados, lo que generó complicaciones en la operación diaria de los tambos. Más allá del impacto climático, lo que preocupa especialmente es la falta de inversión en obras de infraestructura para el manejo del agua en la provincia de Buenos Aires, además del deterioro de los caminos rurales.
Pese a esto, las plantas industriales no reportaron una caída significativa en el volumen de leche recibida. Sin embargo, sí hubo demoras en la llegada de los camiones, principalmente por los problemas logísticos.
En cuanto a la producción lechera nacional, los números siguen siendo alentadores. Al cierre de los primeros cuatro meses del año, la producción se ubicó un 12 % por encima de la de 2024, y se mantiene en línea con los niveles alcanzados en 2023. En abril, el crecimiento interanual fue aún mayor, con un incremento del 15,2 %.
Nota por Márgenes Agropecuarias
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Apuran la venta de soja antes que vuelvan a subir las retenciones

A pocos días de que termine la rebaja temporal de las retenciones a los granos, especialmente la soja, desde el sector agropecuarios salieron a apurar la comercialización, llevando los niveles de pricing y declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) a máximos de campaña.
Según datos de SioGranos, la primera semana de junio se alcanzó el mayor volumen de pricing semanal del año en el cultivo de soja: 1,47 millones de toneladas entre ventas a precio hecho y fijaciones. Esto representa un aumento del 30% en comparación con el promedio de mayo, que osciló entre 1,11 y 1,18 Mt semanales.
Y la tendencia continuó firme la semana pasada. En los primeros cuatro días, el promedio diario se ubicó en 305.000 toneladas, un 4% más que la semana anterior y un 35% por encima del ritmo de mayo, perfilándose como un nuevo pico de actividad.
Cabe recordar que el 30 de junio vencerá la rebaja de derechos de exportación para los cultivos de la cosecha gruesa dispuesta por el Gobierno en enero de este año. Desde el 1 de julio, la soja volverá a tributar un 33% en poroto y 31% en sus derivados, mientras que el maíz y el sorgo lo harán con una alícuota del 12%, y el girasol del 7%. En tanto, el Gobierno extendió solo para el trigo y la cebada, cuyo calendario de siembra está en curso, la rebaja temporal de retenciones hasta el 31 de marzo de 2026.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, al 4 de junio, las ventas son similares a la campaña anterior. Se vendieron unas 19,7 millones de toneladas versus 20 millones de toneladas de la campaña previa. Pero según el economista de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Gonzalo Agusto, la diferencia es que ahora lo que tiene precio es mayor a la campaña pasada: unas 11 millones de toneladas versus unas 9 de la campaña pasada.
Por otro lado, y según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de soja ya está por finalizar: cubre el 93,2 % de las más de 17 millones de hectáreas sembradas con una proyección de producción de 50,3 millones de toneladas.
En paralelo, crecen los registros de exportaciones del complejo soja. La semana pasada se consolidó el segundo mayor volumen semanal de DJVE para la campaña en curso, con 1,7 Mt: 330.000 toneladas de aceite, 365.000 de poroto y poco más de 1 millón de toneladas de harina. Un 61% de estas ventas corresponden a embarques programados entre julio y noviembre. (DIB)
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Hay rebelión en la granja

La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) también sumó su respaldo al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), frente a un inminente plan de reestructuración y desregulación del estratégico organismo nacional. Se sumó así al reciente apoyo que manifestaron desde la Fertilizar Asociación Civil, los Consorcios Rurales de Experimentación Agrícola (Crea), Cámara Argentina del Maní y la Fundación Maní Argentino.
“Desde Fearca creemos firmemente que toda institución, pública o privada, debe evolucionar, modernizarse y buscar mayor eficiencia en sus procesos. Sin embargo, dichos procesos deben reconocer y preservar el carácter estratégico de Inta, su autonomía técnica, su valioso capital humano y el legado institucional que representa para el desarrollo agropecuario del país”, expresaron a través de un comunicado.
En es sentido, precisaron que la aviación agrícola, como eslabón estratégico del sistema productivo nacional, ha desarrollado a lo largo del tiempo una relación sólida, activa y profundamente constructiva con Inta. “Este vínculo técnico y profesional ha sido fundamental para promover buenas prácticas en el uso responsable y eficiente de las tecnologías aéreas aplicadas al agro”, subrayaron desde la entidad.
“El trabajo conjunto con Inta ha sido clave para la mejora continua de nuestra actividad, aportando a la optimización de calibraciones, la eficacia de las aplicaciones, la sostenibilidad ambiental y la formación técnica de los recursos humanos del sector. Todo ello, sustentado en un diálogo permanente y enriquecedor entre lo público y lo privado”, señalaron.
En ese sentido, advierten que “hoy, más que nunca” es necesario reafirmar el compromiso con esta cooperación. “Desde Fearca impulsamos al día de hoy, diversos proyectos junto a investigadores y especialistas de Inta, convencidos de que la articulación público-privada es esencial para construir una agricultura más eficiente, segura y sustentable. La continuidad de esta sinergia no solo es deseable: es imprescindible para afrontar los desafíos presentes y futuros del agro argentino”, resaltaron en el comunicado.