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Los argentinos, el jamón del medio y el sándwich

18 de noviembre de 2020

Por Jorge Chemes (Presidente de CRA) 

El debate sobre el impuesto a la riqueza es un capítulo más de la saga interminable que la política escribe mandato tras mandato sin ir a la cuestión de fondo: el control del gasto público. 

El vademécum tributario de 2020 tiene 166 impuestos que no alcanzan para mitigar el 50 por ciento de pobreza y menos para paliar déficit que arrastramos de décadas de desmanejos de lo ajeno. 

El problema no es la suma o la resta, y menos el dólar, sino la falta de confianza en el peso y la ausencia de medidas de raíz que ataquen estructuralmente la fuga constante de dineros a través del agujero negro y sin fondo del gasto público. 

El Estado es en síntesis como la casa de uno donde no se puede gastar más de lo que entra. En el medio de la vorágine , del oficialismo y de la oposición, hay 44 millones de argentinos que son, en el mejor de los casos, el jamón pero en casi todos, la mortadela del sándwich. 

Desde ese incómodo lugar esos ciudadanos cumplen, a pesar de las dificultades que tienen, con alguno sino con varios de los 166 impuestos, sin recibir nada a cambio. Salud, educación y seguridad siguen siendo un pendiente y esa carencia del Estado se agrava cuanto más vulnerable es el quién la reclama. 

La pandemia desnudó la incompetencia de lo público o, dicho de otro modo, la indiferencia de los gobiernos y el incumplimiento de sus obligaciones más mínimas. 

Hoy nos ocupa un nuevo impuesto que, como tantos otros, nace en una emergencia de las tantas que transitamos. Sabemos que esta medida no es la solución, porque desalienta la inversión, pero fundamentalmente evita la discusión de fondo: Cómo y por qué un país que tiene todo, es cada vez más pobre, más lento y burocrático en tiempos en los que el mundo avanza vertiginosamente y que ofrece generosamente modelos para copiar. Y sin embargo, insistimos en los errores. 

Repartir más no erradica pobreza. La única herramienta que hace posible esto es la educación y la generación de empleo. Lo otro, el paliativo, es la tapa de una olla a presión cuyo mango ya no se sabe quién tiene. 

Otra vez estamos ante una medida desacertada. Otra vez un paso atrás. Algo está mal en un país que tiene todo pero no arranca. Y no son los argentinos.

País

Declaran emergencia sanitaria por un brote de ‘viruela del mono’

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este miércoles la emergencia de salud de alcance internacional, su nivel de alerta más alto, por el actual brote de mpox, más conocido como la viruela del mono. La mayoría de los casos se registraron en el continente africano, en un total de 13 países, pero particularmente de la República Democrática del Congo. Además, la enfermedad infecciosa ya llegó a Europa y Norteamérica, con diferentes variantes, modos de transmisión y niveles de riesgo.

El director general de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo este miércoles: “Hoy me reuní con el Comité de Emergencia y me comunicó que la situación constituye una emergencia de salud pública de alcance internacional y acepté esa recomendación. Es una situación que debería preocuparnos a todos”.

El Comité de Emergencia es la instancia responsable de brindar consejo a la OMS en relación a brotes epidémicos que potencialmente podrían representar una amenaza internacional y recomendar si debe declararse como una emergencia sanitaria.

Esta es la segunda vez en dos años que se considera que el mpox puede convertirse en una amenaza sanitaria internacional: en mayo del año pasado la OMS había dado por terminada la situación de emergencia tras contenerse su propagación y estimarse que la situación estaba bajo control.

En una rueda de prensa, luego de la reunión con los expertos, Tedros advirtió que “para para contener el brote y salvar vidas será necesaria una respuesta  internacional coordinada”. Asimismo, hizo incapié en la gravedad del brote en la República Democrática del Congo, principal foco infeccioso en la actualidad, pero además en su expansión a países donde nunca antes se habían visto casos, como Uganda, Ruanda, Burundi y Kenia.

La OMS fue notificada de 14.000 casos y 524 muertes este año por el mpox en la República Democrática del Congo, pero la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) ha señalado que los casos se elevan a 17.000. Además la enfermedad se expandió a provincias del país que no habían sido afectadas anteriormente.

Todos los miembros del Comité de Emergencia estuvieron de acuerdo en que el nuevo brote de mpox constituye “un hecho extraordinario”, entre otras cosas por la rapidez con la que han aumentado los casos en la República Democrática del Congo, donde no se había visto un número tan elevado de infectados desde los años setenta.

Es por esto que fueron primero los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (CDC de África), el organismo de salud pública de ese país, los que declararon la emergencia continental por mpox este martes y anunciaron que en las próximas semanas presentará un plan de respuesta común.

El mpox ya fue considerado entre 2022 y 2023 como una emergencia sanitaria de alcance internacional tras expandirse por algunos países de Africa y llegar a decenas de países de otras regiones. Pero en este caso se activaron nuevas alertas que dejan ver un panorama nuevo a los de otros años. Por un lado, la OMS afirmó que esta vez los brotes no son consecuencia de la circulación de una misma variante del virus, sino existen más de una. Además, los especialistas médicos observaron niveles de riesgo y de contagio diferentes, mientras que hace dos años la transmisión era casi exclusivamente por vía sexual.

Otro indicador que preocupa es que se están observando cada vez más casos entre niños y a su vez una alta mortalidad en este grupo de edad. Este es un cambio frente al brote de 2022 que afectaba predominantemente a hombres adultos.

El Comité de Emergencias considera que el virus puede volver a saltar en nuevas regiones, azón por la cual se requieren acciones no solo en África, sino también en el resto del mundo. Debido a esto, los miembros del Comité anunciaron que están preparando una serie de recomendaciones específicas sobre esas acciones, que presentarán a Tedros antes del fin de semana

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País

Inflación de julio marcó un 4% y volvió a desacelerarse, según el Indec

La inflación de julio marcó una suba de un 4% con respecto al mes anterior (aunque bajó su velocidad de crecimiento), según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su Índice de Precios al Consumidor (IPC).

“El nivel general del índice de precios al consumidor registró un alza mensual de 4% en julio de 2024, y acumuló en los siete primeros meses del año una variación de 87,0%”, informó el organismo. Y agregó: “En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 263,4%”.

El 4% registrado en julio marca una desaceleración del crecimiento de precios con respecto a junio, cuando la inflación fue del 4,6%. En el mes seis había registrado un rebote, tras subas que se fueron aplanando entre enero y mayo: 20,6%, 13,2%, 11%, 8,8% y 4,2%.

El Indec explicó que las mayores subas en julio se dieron en las divisiones “Restaurantes y hoteles” (6,5%), “Bebidas alcohólicas y tabaco” (6,1%) y “Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles” (6,0%). El número de este último grupo fue impulsado por las subas en el sector de alquileres y en el suministro de agua.

En las demás divisiones, las subas fueron: 5,8% en “Salud”; 5,7% en “Recreación y cultura”; 4,2% en “Educación”; 3,5% en “Comunicación”; 3,5% en “Bienes y servicios”; 3,2% en “Alimentos y bebidas no alcohólicas”; 2,6% en “Transporte”; y 1,6% en “Prendas de vestir y calzado”.

Los números de alza de precios de hoy son los primeros que se conocen luego de que el vocero presidencial Manuel Adorni sostuviera ayer que la inflación “desde lo técnico, es un tema terminado” porque la gestión de Javier Milei “hizo todo lo que había que hacer para solucionarla” y “lo que queda es tiempo para ir viendo esa inflación derrumbarse”.

Alimentos

En el caso de los alimentos, el informe señala que las mayores subas en la zona del Gran Buenos Aires se dieron en productos de verdulería (que suelen variar precios por cuestiones estacionales o climáticas). Entre estos, el que más se encareció fue la cebolla (57,1%), seguido por la papa (28,8%) y la banana (24,5).

Entre otros alimentos, marcaron grandes subas las galletitas dulces (7,3%), el pan de mesa (3,4%), el filet de merluza (4,5%), la leche en polvo (7,2%), el queso sardo (5,4%) y el yogurt firme (5,3%). La leche fresca entera bajó un 3,7%. (DIB)

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Mundo

Para no ser pobre una familia necesita más de $ 900 mil por mes, según el INDEC

La Canasta Básica subió 3,1% en julio, por debajo de la inflación, y una familia tipo necesitó $900.647,65 para no ser pobre, informó el INDEC.El dato se conoció en simultáneo con la índice de inflación del séptimo mes del año, que arrojó 4%.Además, una familia precisó $405.697 para no ser indigente.

La Canasta Básica Total (índice que se utiliza para medir la pobreza) sufrió un incremento de 3,1% respecto de junio, acumula 261,8% interanual y 81,7% en 2024. 

En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (se usa para estimar la indigencia) también subió 3,1% con respecto a junio, la variación interanual es de 263,4% y la acumulada del año llega a 68,6%.

En junio la Canasta Básica Total había sido de $873.169, contra los $851.351 de mayo, para no ser pobre. 

El de la Canasta Básica Alimentaria, en tanto, había estimado en $393.319 el monto para no ser indigente también en el sexto mes del año.

El INDEC también reportó que una familia de 3 integrantes precisó en julio $717.020 para no ser pobre y $322.982 para no ser indigente. 

Por su parte, un grupo familiar de 5 miembros necesitó $947.283 para no ser pobre y $426.704 para evitar caer bajo la línea de indigencia. 

El adulto equivalente (la unidad sobre la que se estiman las necesidades básicas y alimentarias del resto de la familia) precisó $291.472 para eludir la pobreza y $131.294 para no ser indigente.

La CBT, además de alimentos, incluye varios puntos del gasto de los hogares, como indumentaria, salud, transporte o educación, lo que determina la línea de pobreza.

Por su parte, la CBA se limita a relevar bienes de primera necesidad y establece la línea de indigencia.

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