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MURIÓ JORGE CUPEIRO

10 de enero de 2021

El automovilismo nacional está de duelo. Jorge Cupeiro falleció a los 83 años, y ya es leyenda. Supo brillar con luz propia arriba de cualquier auto de carrera que condujo y fue, sin duda, el que «revolucionó» el Turismo Carretera (TC) cuando apareció a comienzos de la década del 60 con el Chevitú, auto muy resistido por sus rivales, con el aval de una gloria, José Froilán González, subcampeón de Fórmula 1.

Pero antes de subirse a un cuatro ruedas, el porteño Jorge Cupeiro, que nació el 15 de octubre de 1937, en sus años mozos se dedicó a correr en moto, con una Gilera 150 cm3, y en las distintas categorías de las dos ruedas, y la velocidad era el oxígeno para sus 18 y frescos años.

El destino, las casualidades, las relaciones en el ambiente del automovilismo, hicieron que las vidas de José Froilán González (el primer ganador con una Ferrari en la F1), se cruzaran con dos hermanos de la localidad bonaerense de Sáenz Peña, Aldo y Reinaldo Bellavigna.

Y al unísono decidieron dar un «gran golpe» en el Turismo Carretera, y Froilán González trajo al país un Chevrolet Nova, similar al 400 nacional, y en el atelier de los hermanos Bellavigna comenzó a tejerse la utopía de vencer a las clásicas e históricas «cupecitas».

Otra vez el destino tuvo un papel fundamental porque apareció flotando el nombre de Jorge Cupeiro, quien se sumó al proyecto, y el día de gloria llegó el 9 de agosto de 1964 cuando en una carrera de «no ganadores» en Mar del Plata, Cupeiro llevó al «triunfo» a un auto que fue resistido por los defensores del TC histórico.

Cupeiro supo luchar palmo a palmo contra los Hermanos Emiliozzi y también corrió en Europa junto a la Escudería Automundo de Fórmula 3 en 1966 y aunque pudo correr en Fórmula 1, prefirió retornar al país.

En las temporadas de Fórmula 3 de 1966 y 1967 corridas en Argentina, tuvo actuación destacada.

Ganó tres carreras de la denominada 500 Millas Argentinas (1966, 1970 y 1971),6 y participó además en los 1000 km de Buenos Aires (1970-1972) con los Sport Prototipo.

«La Misión Argentina», la coupe Torino.

En sus dos primeras participaciones, lo hizo junto al sueco Ronnie Peterson, ex Fórmula 1, y en el automovilismo local, corrió en las categorías Turismo Estándar, Anexo J, Turismo Mejorado, Mecánica Argentina F1 y Sport Prototipo Argentino.

También formó parte de la Misión Argentina que hizo historia con los Torino 380 W en Nurburgring en 1969, bajo la batuta de Juan Manuel Fangio. Cupeiro compartió el auto N° 2 con Eduardo Rodríguez Canedo y Gastón Perkins.

Además, Cupeiro ganó tres veces las clásicas 500 millas de Rafaela (1966, 1970 y 1971), y fue campeón de esa categoría en el 71, subcampeón de TC en 1965, y triunfó en 15 oportunidades en el Turismo Carretera.

Se destacó por su versatilidad, y sus 41 triunfos entre 1960 y 1973, señalan su ductilidad en cuanto a marcas y categorías corridas.

Tres en Turismo Standard (NSU, Alfa Romeo), nueve en Turismo Anexo «J» (Alfa Romeo, Porche, Jaguar, Torino), una en Sport (Jaguar), cuatro en Turismo Mejorado (Alfa Romeo, Fiat 1500), cuatro en Mecánica Argentina F1 (Maserati-Chevrolet, Trueno-Chevrolet), quince en Turismo Carretera (Chevitú, Liebre III-Chevrolet, Chevrolet 400), cinco en Sport Prototipos (Martos-Chevrolet, Baufer-Chevrolet).

Su estilo de manejo era cerebral, pulido, de frenada y rebaje justos, sin arrebatos temperamentales. Daba la sensación de que manejaba muy cómodo viajando a 240 Km/hora.

Cupeiro a bordo del Chevitú de TC.

Se retiró de forma regular en una carrera del TC en Olavarría en 1973. Fue con un Dodge GTX y abandonó luego de chocar por la rotura de un neumático, y en 1982, con 45 años, volvió de forma esporádica en el flamante Club Argentino de Pilotos, que fue una apuesta que hizo con Carlos Pairetti.

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PSG se consagró campeón de la Copa Intercontinental 2025

PSG y Flamengo empataron 1-1 y en la tanda de penales se lució el arquero ruso Matvey Safonov atajando cuatro disparon para que su equipo se consagre campeón de la Copa Intercontinental 2025 por un escueto 2-1. El gol del conjunto parisino lo marcó Khvicha Kvaratskhelia y lo igualó Jorginho en el complemento.

Con una enorme convocatoria en en el Estadio Áhmad bin Ali en Qatar, los de Luis Enrique levantaron un nuevo trofeo y lograron el sextete en 2025.

El encuentro comenzó con ambos equipos estudiándose, pero sin lastimarse en lo más mínimo.Los dos mostraron su típica presión alta y constantes salidas jugando desde abajo, pero en esto el Mengao lo hacía de una forma más arriesgada.

Debido a esto y desde una mal posicionamiento, Fabián Ruíz había marcado el 1-0 a los 11 minutos, pero el VAR lo anuló.

PSG continuó creciendo con el correr de los minutos y una jugada aislada por derecha, culminó con un centro de Joan Neves que Agustín Rossi no pudo despejarla y Kvaratskhelia la mandó adentro para el 1-0 a los 38 minutos.

En el complemento el conjunto de Felipe Luis salió con otra actitud y empezó a inquietar a los campeones de la última Champions League.

En uno de sus embates, Marquinhos le cometió un infantil penal a Giorgian De Arrascaeta y Joginho lo cambió por gol a los 62 minutos.

El tramo final de los 90 minutos fue dominado, en parte, por Gonzalo Plata que empezó a ser un factor en ataque, pero su equipo no pudo culminar ninguna jugada.

En la última jugada del partido Marquinhos tuvo la victoria, pero su disparo no salió hacia el arco y le quedó a Rossi que estaba lejos de los tres palos.

El primer tiempo del alargue fue íntegro del PSG ante un Flamengo que se quedó sin pierdas, pero que encontró en su arquero las respuestas para mantenerse en partido.

El segundo tiempo extra continuó con la misma tónica con los de Luis Enrique siendo los amplios dominadores.

Las constantes fallas de los delanteros del equipo francés en el último tercio de la cancha hicieron que todo se definiera en los penales.

En los disparos desde los doce pasos Safonov se los atajó a Saúl Ñíguez, Pedro, Leo Pereira y Luiz Araújo. El único que le marcó fue Nicolás de la Cruz.

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Horacio Zeballos es campeón del mundo de dobles

Este miércoles, la Federación Internacional de Tenis (ITF) proclamó al marplatense Horacio Zeballos y el español nacido en Barcelona, Marcel Granollers Campeones del Mundo de dobles masculino. Nunca antes tenistas de Argentina y España habían recibido esta tan prestigiosa distinción.

Durante el 2025, Zeballos y Granollers ganaron sus dos primeros títulos de Grand Slam, triunfando en Roland Garros y el Abierto de los Estados Unidos. Además, la pareja obtuvo otros tres títulos en el ATP Tour (Bucarest, Madrid y Basilea) y alcanzó las semifinales de Wimbledon.

Horacio Zeballos y Marcel Granollers, campeones del mundo.
Horacio Zeballos y Marcel Granollers, campeones del mundo.

Este reconocimiento le llega a Zeballos -nacido en Mar del Plata- a los 40 años y con 22 como tenista profesional. El catalán Marcel Granollers no le va en saga, en abril cumplirá 40 y también es profesional desde el 2003.

La ITF también consagró Campeones del 2025 en singles a la bielorrusa Aryna Sabalenka y al italiano Jannik Sinner, mientras que en dobles femeninos las italianas Sara Errani y Jasmine Paolini repitieron la distinción del año pasado.

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Thiago Passeri se consagró subcampeón mundial Sub-16 en Perú

Thiago Passeri se consagró subcampeón Sub-16 en el Mundial Junior de Surf 2025, y repitió presencia en el podio tras el bronce conseguido en 2024 y se consolidó como la nueva figura del surf argentino.

Desde  la costa de Mar del Plata hasta las olas de Perú, la historia de Thiago se escribe con determinación y disciplina. Hijo del legendario Martín Passeri, el multicampeón nacional y referente del surf argentino, Thiago no se limita a heredar un apellido: lo hace propio, sumando esfuerzo, constancia y madurez a cada maniobra.

“Tal vez sea todo demasiado rápido, quizás inesperado, por enfrentarme a gente más grande, con más experiencia. Pero lo disfruto y aprendo, y me motivo”, confesó, lejos de cualquier queja, con la tranquilidad de quien sabe que el resultado es apenas un reflejo de un proceso.

El torneo en Punta Rocas fue un desafío de principio a fin. En la final compartió la batería decisiva con dos australianos y un brasileño. Comenzó relegado, pero reaccionó con olas que rozaron la perfección, alcanzando un puntaje de 16,57 y quedando apenas detrás del australiano Ocean Lancaster. Un resultado que, más que un premio, confirmó su camino: un joven que no sólo compite, sino que aprende, se supera y mantiene la calma en el epicentro de la competencia mundial.

Desde sus primeros pasos en el surf a los 12 años, Thiago ha seguido un recorrido de crecimiento constante. En 2024 compitió en nueve países, tomó 26 aviones, participó en 21 torneos, alcanzando 24 finales y 16 primeros puestos. Cada viaje, cada entrenamiento y cada caída fueron asumidos como parte de un aprendizaje que combina pasión y responsabilidad. Junto a su padre y entrenador, Martín, Thiago ha construido una relación que trasciende la técnica: “Yo estoy para guiarlo y ayudarlo a levantarse cuando se caiga. Thiago entiende esta relación”, explicó Martín, y Thiago confirmó: “No siento presiones por quién fue mi papá. Al contrario, es un faro”.

El surf de Thiago combina potencia, control y lectura de la ola. Desde Mar del Plata hasta Punta Rocas, sus movimientos reflejan instinto, inteligencia y un trabajo minucioso. Cada maniobra es parte de un proceso que incluye psicólogo, nutricionista, movilidad y prevención de lesiones: un adolescente que vive como profesional, con la madurez de quien sabe que el éxito llega de la constancia, no de la casualidad.

El vínculo con su ciudad natal también pesa en su formación: Mar del Plata no es solo su cuna, es la base de una identidad que se refleja en la calma con la que encara cada competencia. Allí están sus amigos, su familia y la memoria de un padre que abrió puertas al profesionalismo argentino, dejando una huella imborrable. Thiago, con cada ola, honra esa historia y proyecta la propia.

Su rendimiento internacional y su compromiso ya despertaron la atención de marcas y referentes: Quiksilver y DC Shoes lo acompañan desde los nueve años, confiando en su talento y en la guía de Martín. Cada viaje, cada torneo, cada medalla es una pieza más de un rompecabezas que tiene un objetivo: llegar al Championship Tour, al circuito profesional donde compiten los 34 mejores del mundo, y más allá, representar a Argentina en Los Ángeles 2028, cuando el surf será olímpico.

Pero más allá de proyecciones y récords, Thiago muestra algo que trasciende el deporte: humildad, madurez y disfrute del momento. Cada abrazo con su padre, cada ola dominada, cada podio alcanzado son reflejos de un camino que comenzó en las playas de Mar del Plata y que, ahora, lo proyecta hacia el mundo. La medalla de plata en Punta Rocas no es solo un logro: es la confirmación de una saga familiar, de un joven que respeta la herencia y al mismo tiempo escribe su propia historia.

Thiago Passeri no es solo un surfista. Es un hijo de Mar del Plata que cabalga olas, desafíos y sueños, un adolescente que ha aprendido que el talento se combina con disciplina y que la grandeza llega con esfuerzo, paciencia y pasión. Cada campeonato, cada viaje y cada ola superada no son finales, sino capítulos de un relato que recién comienza, y que promete brillar con la fuerza de un mar inagotable. DIB

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