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La cosecha de trigo va camino a superar el récord 2021/22
9 de octubre de 2025
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó, a través de su Guía Estratégica para el Agro (GEA), su primera estimación de cosecha de trigo 2025/26 a nivel nacional.
La cifra esperada es impactante y confirma lo que vienen planteando también otros reportes públicos y privados sobre la situación excepcional en la que están la gran mayoría de los lotes producto de condiciones climáticas ideales.
Para la GEA, es posible que se alcance una producción de 23 millones de toneladas, un 15% por encima del año pasado, cuando fueron 20 millones, y en línea con el récord vigente, que es precisamente por esa cantidad, correspondiente al ciclo 2021/22.

Según el informe, “nunca vimos a los trigos así” es una frase que se repite en boca de los técnicos que visitan los lotes y que incluye a profesionales con 30 años de experiencia.
La evolución de la campaña que lleva a esta esperanza triguera es la siguiente: con buenas reservas en los suelos por las lluvias del otoño, se sembraron 6,9 millones de hectáreas. Luego siguieron lluvias inéditas en julio y agosto, con récords especialmente en el último.
Como ejemplo, la BCR citó a Gancedo (Chaco), donde las lluvias de agosto superaron a los 115 años de registros históricos mensuales, y eso ayudó a la recuperación del trigo cuando sufría una falta de agua acuciante y parecía fracasar por la falta de agua.
De esa manera, pasó de casi perderse la campaña a rindes que se ubicarían por encima de los 20 quintales, una cifra altísima para esa región. “Equivale a dos cosechas normales para la provincia”, graficó la entidad rosarina.
Otro ejemplo: en Córdoba hubo un lote que se sembró inicialmente solo como cobertura tras una cosecha de maní y ahora, “de tan bueno que está se lo deja para cosecha”, dijo el agrónomo consultado.
Siguiendo con el panorama regional, en Entre Ríos se espera el doble de rindes que el año pasado, cuando fueron 36 quintales de promedio, y en el norte y el centro de Santa Fe, sin limitantes de agua, también se apunta rindes superadores.
Por último, en la zona núcleo se espera un piso de 40 quintales por hectárea; La Pampa también se destaca con muy buenas expectativas; y en Buenos Aires se espera también un año superador, pero esta provincia es a la vez la más golpeada por los excesos hídricos.
A nivel nacional, la proyección de la BCR para alcanzar una cosecha de 23 millones de toneladas, es un rendimiento promedio de 35,4 quintales por hectárea.
Las inundaciones
Cabe mencionar que este es el horizonte de base que está previendo la BCR y que podría aún seguir mejorando.
No obstante, los técnicos recordaron que aún es temprano para cantar victoria: el trigo, a diferencia de la soja y el maíz, es un cultivo que debe superar numerosas trampas que pueden surgir de la nada, como una helada tardía, o los temidos “sopletes”, pulsos de aire muy caliente, que pueden arrebatarlo en el llenado, entre otras.
A esto se suma otro problema que resta una importante cantidad de volumen que podría haber sumado al récord: 403.000 hectáreas afectadas por excesos hídricos.
El problema, sobre todo, ocurre en Buenos Aires, donde las pérdidas de área ya superan las 210.000 hectáreas.
“Las lluvias anuales muestran acumulados de 1.100 a 1.500 milímetros en las zonas más complicadas. La provincia ha recibido casi el doble de lluvias de lo que suele recibir respecto a la media desde el 1° de enero al 8 de octubre. Es importante destacar que las tormentas estuvieron concentradas en el otoño, pero también en el invierno, en la estación en la que casi no suele llover”, repasó la GEA.
De todos modos, pese a la vulnerabilidad que muestra la provincia de respecto a los anegamientos, sigue siendo el territorio de mayor potencial triguero.
Según el reporte, Buenos Aires se perfila para alcanzar un rinde de casi 40 qq/ha. En tanto, en Córdoba, el trigo pasa por un escenario mucho mejor que el del año pasado y superaría por lejos los 23,7 qq/ha del 2024 con 35,5 qq/ha.
El área santafesina también muestra diferencia con los rindes del año pasado, cuando no llegó a los 30 qq/ha y esta vez se perfila para alcanzar los 38 qq/ha.
En Santiago del Estero y Chaco se estiman rindes de 20 a 22 qq/ha con buenas posibilidades de mostrar mejoras significativas cuando comience la cosecha.
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NI MUUU: ‘Qué culpa tenemos’
La provincia de Buenos Aires enfrenta múltiples desafíos en áreas como infraestructura y educación, pero un nuevo proyecto de ley que busca gravar las emisiones de gases de efecto invernadero ha generado controversia.
Según expresaron al unísono las entidades del sector productivo, la iniciativa carece de sustento y no aborda los verdaderos problemas que afectan a los productores locales. Así lo manifestó de forma contundente el presidente de la Confederación de Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) Ignacio Kovarsky a El Campo Hoy.
"Habiendo tantos temas para solucionar; desde infraestructura, educación, un montón de temas para la provincia de Buenos Aires y bueno, acá al parecer lo único que importa es agarrar cualquier tema para grabar con impuestos y recaudar más y soluciones cero".
El ruralista también afirmó que el concepto de emisión de gases utilizado en la iniciativa es obsoleto y que el enfoque actual debe ser sobre el equilibrio y el balance en lugar de solo la emisión.
Kovarsky destacó que el sistema ganadero argentino, basado en pastizales extensivos, no solo es neutro en términos de emisiones, sino que también contribuye positivamente al secuestro de carbono.
"Justamente el sistema ganadero de Argentina con pastizales extensivos y demás, y con muy pocos casos de animales en feedlot, ahí es donde vemos que es justamente no solo neutro, sino positivo la cantidad de captación, secuestro del carbono a través de la fotosíntesis de nuestros pastizales respecto de lo que se emite".
En cuanto a la situación del rodeo bovino en encierres a corral, el experto aclaró que "no es el porcentaje, sino el tiempo" que los animales pasan en pastizales antes de ser llevados a engorde en feedlot. "La vaca de cría eternamente está sobre pastizales, que es la mitad o más de la ganadería argentina". Este enfoque resalta la importancia de considerar el ciclo completo de producción en lugar de centrarse únicamente en las emisiones.
Buenos Aires bajo el agua
Sobre el plan de ayuda anunciado por el gobierno nacional, indicó que se está formando una mesa de trabajo que busca coordinar esfuerzos locales. "Sé que se bajó maquinaria; la Provincia hace un tiempo que había aportado, y Nación estaba bajando maquinaria tanto en 9 de julio, Casar es Bolívar y Bragado, por ejemplo". Sin embargo, subrayó la necesidad de acelerar los procesos y concretar las ayudas reales.
Finalmente, mencionó que se está trabajando en un presupuesto destinado al nodo Bragado, aunque se reconoce que "hace falta más: se deben licitar y ejecutar obras complementarias para mitigar inundaciones, que son un problema cíclico en la región. Hay que ejecutarlo con mayor velocidad. Entendemos que van a llegar más dragas ahora creo que en enero, pero hace falta acelerar eso".
El rechazo de CRA
Desde CRA rechazaron el intento de imponer una “tasa al metano bovino”. En una gacetilla dada a conocer ayer, expresaron que "una diputada impulse cobrar un impuesto por los gases que emiten las vacas no es una discusión ambiental: es otra muestra de la capacidad de daño de dirigentes que, lejos de comprender cómo se produce en Argentina, vuelven a atacar al sector que sostiene al país. Como señaló CARBAP, cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción.
La entidad expresó que la ganadería argentina alimenta al mundo, genera miles de empleos y moviliza economías regionales. "Inventar una Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA) es simplemente seguir esquilmando al que produce, cargando más impuestos sobre quienes ya enfrentan una de las presiones fiscales más altas del planeta. Y, para colmo, sin aportar ninguna solución técnica seria o viable".
Finalmente sostuvieron que desde CRA van a seguir defendiendo la producción, el trabajo y la gente que todos los días sostiene al país, "frente a políticas que solo buscan frenar, castigar y asfixiar a quienes producen". radio Cadena3
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Hay productores que emiten menos GEI: ¿Quiénes son y cómo lo logran?
Un informe de la Red de Carbono de Aapresid revela los puntos en común entre los manejos de mayor eficiencia ambiental. Además: los cultivos que más emiten y las estrategias de mitigación.
La nueva edición del Informe de la Red de Carbono de Aapresid deja un mensaje contundente: los productores que integran la red generan sistemáticamente menos emisiones de gases de efecto invernadero que la media nacional construida en base a información de monitoreos en más de dos millones de hectáreas en todo el país.
En un escenario global donde la huella climática comienza a definir accesos a mercados, precios y exigencias de trazabilidad, contar con evidencia local que demuestre la performance de los sistemas agrícolas argentinos resulta estratégico.
El Informe 2025 de la Red sintetiza la cuantificación de emisiones GEI y balance de carbono de los suelos sobre más de 700 mil hectáreas distribuidas en 16 zonas agroecológicas. Se cuantificaron las emisiones directas e indirectas generadas tranqueras adentro asociadas al manejo agrícola: uso de combustibles fósiles, fertilización, descomposición de residuos, aplicación de insumos y consumo de energía.
EL dato: cuando se comparan las emisiones por hectárea y tonelada generadas los productores Aapresid y un índice nacional en base a 2 millones de hectáreas se observa una diferencia sistemática y favorable para los primeros en prácticamente todos los cultivos.
“Esta brecha se asocia a manejos más eficientes, fertilización ajustada al diagnóstico, menor cantidad de labores y decisiones agronómicas que permiten sostener mayores niveles de productividad con igual o menor uso de insumos”, explica el Informe.
Emisiones según cultivo: ranking y fuentes
En términos generales, las emisiones por tonelada de rinde varían según el cultivo: el trigo se lleva el primer puesto como el cultivo que más emite, seguido por la cebada.
En cuanto a las fuentes de emisión, también varían según el cultivo: en maíz, trigo y girasol están explicadas mayormente por el manejo de la fertilización nitrogenada, mientras que en soja y legumbres, por las labores y el uso de fitosanitarios.
A medida que el rinde aumenta la intensidad de emisiones disminuye. Así, los sistemas que logran convertir más biomasa con la misma inversión tecnológica emiten menos.
Sin embargo, el Informe aclara que “el incremento del rendimiento no constituye por sí mismo una estrategia de mitigación, sino que la mejora ambiental se logra con mayor eficiencia productiva: buenos diagnósticos, optimización del uso de insumos, manejo adaptado al ambiente, planificación de rotaciones, eficiencia en el manejo de plagas y estabilidad productiva en el tiempo”.
¿Qué pasa con el carbono del suelo?
El análisis se complementa con la evolución del carbono orgánico del suelo, un indicador clave de salud y resiliencia. Si bien los incrementos de carbono son modestos incluso en rotaciones intensificadas, gran parte de los sistemas evaluados muestran estabilidad en los niveles de carbono, lo que confirma la capacidad de la Siembra Directa y de las rotaciones diversas para sostener la fertilidad y la estructura de los suelos en el largo plazo. Las mayores pérdidas se registran en esquemas dominados por monocultivos o por secuencias exclusivamente gramíneas o leguminosas, mientras que los mejores resultados se observan en planteos que combinan cultivos de verano e invierno, incorporan cultivos de servicio y mantienen una cobertura continua del suelo.
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Ruralistas piden por las obras de la cuenca del Salado antes de 2030
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) lanzó un fuerte reclamo político hacia los gobiernos municipal, provincial y nacional, en medio de una inundación que ya lleva nueve meses y que afecta gravemente al corazón productivo bonaerense.
En un comunicado, CARBAP responsabilizó directamente a las autoridades por la falta de obras y advirtió que la situación evidencia “promesas incumplidas, demoras injustificadas y absoluta falta de voluntad política”.
Según un relevamiento realizado sobre imágenes satelitales del 11 al 13 de noviembre, en la cuenca del río Salado -que abarca unas 17 millones de hectáreas- 2 millones aparecen inundadas o anegadas y 3,8 millones están afectadas de manera tal que quedaron fuera de producción: sin piso, sin caminos transitables y sin posibilidad de ingreso de maquinaria.
La entidad ruralista fijó un objetivo tan claro como urgente: las obras del Plan Maestro del Río Salado deben completarse por completo antes de 2030. Y definió esa meta como “innegociable”.
“No es un slogan ni un deseo. Es una obligación moral, productiva y social”, afirmó CARBAP.
La organización recordó que el plan no exige tecnologías complejas ni obras extraordinarias: “Hablamos de canales, puentes y obras hidráulicas básicas, para las cuales Argentina tiene ingenieros, técnicos y maquinaria. La capacidad existe: lo que falta es decisión política”.
CARBAP también cuestionó el argumento oficial de la falta de recursos. “Frente a quienes repiten ‘no hay plata’, la respuesta es simple: en esta cuenca sí hay plata; la generan los productores y la recaudan los tres niveles del Estado todos los años”.
Por eso, la entidad exigió compromisos públicos y verificables tanto del Gobierno actual como de los futuros gobernantes para garantizar que el plan se ejecute íntegramente.
El comunicado concluye con una advertencia: “Las inundaciones no esperan. La producción no espera. La familia rural, la educación, la salud, la seguridad y el futuro del interior productivo tampoco pueden seguir esperando”.
FUENTE: Noticias Agropecuarias.

