Fue encontrado en un acantilado en la localidad de Arcidosso. Había sido visto por última vez el 22 de mayo. El cargamento está valuado en medio millón de euros y hallaron restos de las carteras en la casa del padre de un acusado. Hay tres detenidos.

Nicolás Matías del Río, el camionero argentino que estuvo más de un mes desaparecido en Italia, fue hallado muerto en la localidad italiana de Arcidosso. El hombre de 48 años había sido visto por última vez el 22 de mayo, cuando salió a transportar un cargamento de carteras de lujo valuadas en medio millón de euros.

Por el crimen hay tres sospechosos detenidos. Se trata de dos hombres de nacionalidad turca y otro de nacionalidad albanesa. Todos se negaron a declarar.

El cadáver de Del Río fue hallado en un acantilado cercano a la villa en el Municipio de Arcidosso, mientras que en una casa de la zona en la que supuestamente estaban escondidas las carteras de la marca Gucci que trasladaba, informó el Corriere Della Sera.

El transportista, que en Argentina vivía en la localidad bonaerense de El Palomar y manejaba un colectivo de la línea 135, se había radicado junto a su mujer y su hijo de 9 años en el pequeño pueblo de Abbadia de San Salvatore, en la provincia de Siena, en la Toscana italiana, a unos 22 kilómetros de donde fue encontrado muerto.

Nicolás había sumado a su primer trabajo -manejar una grúa- el de conducir una camioneta para hacer repartos. El 22 de mayo lo mandaron a cargar unas carteras de marcas lujosas que debían salir para Florencia por un valor aproximado de 500 mil euros, y esa fue la última vez que se tuvo noticias de él.

Al día siguiente de su desaparición, la camioneta que conducía Nicolás apareció incendiada en Rocalbegna. A unos 400 metros encontraron las cajas de cartón en las que estaban embaladas las carteras, pero no había rastros de la mercadería.

Las autoridades italianas también apuntan a los padres del hombre albanés, debido que en su casa se encontraron restos de las carteras que trasladaba Del Río cuando desapareció.

Nicolás llegó en diciembre último a Italia buscando mejorar su situación junto a su mujer y a su hijo. Finalmente, terminó su vida de manera trágica.

Carolina Alegre, la esposa de Nicolás, contó que espera a que las autoridades se comuniquen con ella. “Ni siquiera sabemos cuándo pasó, ni desde cuando él estaba ahí, ni cómo fue, ni de qué forma”, dijo en diálogo con TN.

Cómo fue el crimen . Según la reconstrucción que hicieron los Carabinieri -policía italiana- y el fiscal de Grosseto Giovanni De Marco, Emre Kaja, uno de los detenidos, fue el que le robó a Nicolás y luego lo condujo a un parque donde las bolsas fueron transbordadas a otros dos vehículos. En uno de ellos fue trasladado el argentino, en lo que fue calificado como secuestro.

Por su parte, Klodian Gioni, detenido el sábado 15 de junio en el aeropuerto de Ciampino cuando estaba por viajar a Tirana, desempeñó un papel decisivo. Según la hipótesis investigada, fue él quien detuvo al camionero en la ruta con la excusa de que su furgoneta se había averiado. Le pidió que cargara también sus maletas y luego, de alguna manera, lo condujo hasta la emboscada.

Según la investigación de la policía italiana, los tres hombres que hoy se encuentran detenidos fueron los que mataron a Nicolás. Todos ellos están acusados no sólo de robo y daños, sino también de homicidio voluntario y secuestro.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil aprobó este martes despenalizar la posesión de marihuana para uso personal, en una medida que podría reducir la enorme población carcelaria de Brasil.

Tras las votaciones finales del martes, la mayoría del tribunal de once magistrados votó a favor de la despenalización. Los jueces todavía deben determinar la cantidad máxima de marihuana que se consideraría para uso personal y cuándo entrará en vigor el fallo, lo cual podría definirse el miércoles.

Todos los magistrados que se pronunciaron a favor dijeron que la despenalización debe limitarse a la posesión de marihuana en cantidades adecuadas para el consumo personal. La venta de drogas seguirá siendo ilegal.

En 2006, el Congreso de Brasil aprobó una ley con la que se pretendía castigar a las personas que fueran sorprendidas con pequeñas cantidades de drogas, incluida la marihuana, con penas alternativas como el servicio comunitario. Los expertos afirman que la ley era demasiado imprecisa y no establecía una cantidad específica para ayudar a las fuerzas del orden y a los jueces a diferenciar el consumo personal del tráfico de drogas.

La Policía siguió deteniendo a personas que llevaban consigo pequeñas cantidades de droga, acusados de tráfico, y la población carcelaria de Brasil siguió aumentando.

“La mayoría de los detenidos en prisión preventiva y de los condenados por tráfico de drogas en Brasil son infractores sin antecedentes, que llevaban consigo pequeñas cantidades de sustancias ilícitas, capturados en operaciones policiales rutinarias, desarmados y sin pruebas de relación alguna con el crimen organizado”, afirmó Ilona Szabó, presidenta del Instituto Igarapé, un centro de estudios enfocado en la seguridad pública.

El Congreso respondió a las deliberaciones del Máximo Tribunal presentando por separado una propuesta para endurecer la legislación sobre drogas, lo que complicaría el panorama legal en torno a la posesión de marihuana.

Tras una batalla judicial que se prolongó durante más de una década, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, es un hombre libre.

Como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, este miércoles Assange se declaró culpable de un delito de espionaje frente a una corte federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico Sur.

La jueza que presidió la audiencia le reconoció a Assange los cerca de 5 años que pasó encarcelado en Reino Unido, por lo que no quedó bajo custodia estadounidense y pudo recuperar su libertad.

Assange abandonó la corte sin hacer declaraciones y, según fuentes de WikiLeaks, llegará en las próximas horas a Canberra, en Australia, su país de origen.

Este es el fin de un periplo que lo ha llevado a estar recluido durante 12 años: 7 de ellos en la embajada de Ecuador en Londres y otros 5 en una cárcel de máxima seguridad británica, de donde salió el lunes tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU