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NI MUUU: ‘Qué culpa tenemos’

3 de diciembre de 2025

La provincia de Buenos Aires enfrenta múltiples desafíos en áreas como infraestructura y educación, pero un nuevo proyecto de ley que busca gravar las emisiones de gases de efecto invernadero ha generado controversia.

 Según expresaron al unísono las entidades del sector productivo, la iniciativa carece de sustento y no aborda los verdaderos problemas que afectan a los productores locales. Así lo manifestó de forma contundente el presidente de la Confederación de Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) Ignacio Kovarsky a El Campo Hoy. 

«Habiendo tantos temas para solucionar; desde infraestructura, educación, un montón de temas para la provincia de Buenos Aires y bueno, acá al parecer lo único que importa es agarrar cualquier tema para grabar con impuestos y recaudar más y soluciones cero». 

El ruralista también afirmó que el concepto de emisión de gases utilizado en la iniciativa es obsoleto y que el enfoque actual debe ser sobre el equilibrio y el balance en lugar de solo la emisión.

Kovarsky destacó que el sistema ganadero argentino, basado en pastizales extensivos, no solo es neutro en términos de emisiones, sino que también contribuye positivamente al secuestro de carbono. 

«Justamente el sistema ganadero de Argentina con pastizales extensivos y demás, y con muy pocos casos de animales en feedlot, ahí es donde vemos que es justamente no solo neutro, sino positivo la cantidad de captación, secuestro del carbono a través de la fotosíntesis de nuestros pastizales respecto de lo que se emite».

En cuanto a la situación del rodeo bovino en encierres a corral, el experto aclaró que «no es el porcentaje, sino el tiempo» que los animales pasan en pastizales antes de ser llevados a engorde en feedlot. «La vaca de cría eternamente está sobre pastizales, que es la mitad o más de la ganadería argentina». Este enfoque resalta la importancia de considerar el ciclo completo de producción en lugar de centrarse únicamente en las emisiones.

Buenos Aires bajo el agua

Sobre el plan de ayuda anunciado por el gobierno nacional, indicó que se está formando una mesa de trabajo que busca coordinar esfuerzos locales. «Sé que se bajó maquinaria; la Provincia hace un tiempo que había aportado, y Nación estaba bajando maquinaria tanto en 9 de julio, Casar es Bolívar y Bragado, por ejemplo». Sin embargo, subrayó la necesidad de acelerar los procesos y concretar las ayudas reales.

Finalmente, mencionó que se está trabajando en un presupuesto destinado al nodo Bragado, aunque se reconoce que «hace falta más: se deben licitar y ejecutar obras complementarias para mitigar inundaciones, que son un problema cíclico en la región. Hay que ejecutarlo con mayor velocidad. Entendemos que van a llegar más dragas ahora creo que en enero, pero hace falta acelerar eso».

El rechazo de CRA

Desde CRA rechazaron el intento de imponer una “tasa al metano bovino”. En una gacetilla dada a conocer ayer, expresaron que «una diputada impulse cobrar un impuesto por los gases que emiten las vacas no es una discusión ambiental: es otra muestra de la capacidad de daño de dirigentes que, lejos de comprender cómo se produce en Argentina, vuelven a atacar al sector que sostiene al país. Como señaló CARBAP, cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción.

La entidad expresó que la ganadería argentina alimenta al mundo, genera miles de empleos y moviliza economías regionales. «Inventar una Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA) es simplemente seguir esquilmando al que produce, cargando más impuestos sobre quienes ya enfrentan una de las presiones fiscales más altas del planeta. Y, para colmo, sin aportar ninguna solución técnica seria o viable».

Finalmente sostuvieron que desde CRA van a seguir defendiendo la producción, el trabajo y la gente que todos los días sostiene al país, «frente a políticas que solo buscan frenar, castigar y asfixiar a quienes producen». radio Cadena3

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Piden penas más duras para quienes ataquen silobolsas

Desde la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) presentaron ante legisladores nacionales un proyecto de ley para modificar el Código Penal con la introducción de la figura de “vandalismo rural” frente a los ataques a silobolsas.

El proyecto fue llevado a los senadores nacionales Patricia Bullrich y Pablo Cervi, ambos de La Libertad Avanza. La iniciativa apunta a tipificar y sancionar “de manera específica los delitos que afectan a la producción agropecuaria”, informó La Vanguardia de Balcarce.

Esto expresa la propuesta de CRA: “El proyecto plantea la reforma de los artículos 186 y 189 del Código Penal e incorpora el artículo 184 bis, que crea la figura de Vandalismo Rural. Esta nueva tipificación prevé penas de dos a cinco años de prisión para quienes afecten el normal desempeño de un establecimiento rural mediante la destrucción, inutilización o daño de granos, silobolsas, cultivos, plantaciones, ganado, forrajes y otros bienes vinculados a la actividad agropecuaria".

“No se trata solo de proteger bienes materiales, sino de resguardar el trabajo, la inversión y la seguridad de quienes producen alimentos en todo el país”, sintetizó Confederaciones Rurales Argentinas. DIB

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Trigo: récord de producción, pero no en ingreso de divisas

De acuerdo con las últimas estimaciones oficiales, la producción de trigo en Argentina rondaría los 27 millones de toneladas en la campaña 2025/26. Desde el punto de vista productivo, se trataría de un hito histórico por dos razones: por un lado, sería el mayor volumen desde que se llevan registros (1969/70); por otro, se alcanzaría gracias a rendimientos máximos del cultivo, con una superficie de siembra relativamente estable al nivel de los últimos años. Sin embargo, este récord físico no tendría su correlato comercial: el precio internacional del grano se ubica en mínimos del siglo y el ingreso de divisas por las exportaciones de trigo 2025/26 quedaría lejos de otros registros alcanzados en el pasado.

Según la última previsión oficial de la SAGyP, con el 76% del área ya cosechada a mediados de diciembre de 2025, la producción de trigo se ubicaría en 26,8 millones de toneladas a nivel nacional en la campaña 2025/26. Tal como muestra el gráfico 1, de confirmarse este guarismo se trataría de un máximo histórico para la producción del cereal.

En comparación con la campaña 2024/25, el volumen producido aumentaría cerca de 50% (de 18,5 a 26,8 millones de toneladas), impulsado principalmente por un salto de casi 40% en los rindes medios del cultivo (de alrededor de 30 a 40 qq/ha) y, en menor medida, por un incremento del 4% en el área sembrada (de 6,5 a 6,8 millones de hectáreas). En relación el máximo anterior de la serie, alcanzado durante la campaña 2021/22, la producción sería aproximadamente 20% mayor y la mejora se explicaría prácticamente en su totalidad por mayores rindes, dado que la superficie cultivada se mantendría en niveles similares a los de entonces (6,7–6,8 millones de hectáreas).

Teniendo en cuenta que alrededor del 65% de la producción se destinaría a la exportación (unos 17,5 millones de toneladas) y utilizando un precio medio en torno a USD 200 por tonelada de trigo para los embarques (promedio en base a FOB puertos argentinos, dic-25 a mayo-26), se estima un ingreso de divisas de USD 3,5 mil millones por las exportaciones de trigo en la campaña 2025/26. 

En comparación con la campaña 2024/25, el valor exportado crecería 17% (de USD 3 MM a USD 3,5 MM) pese a que las cantidades exportadas se ubicarían 37% por encima de las de entonces (17,5 M versus 12,8 M de toneladas, de acuerdo a las estimaciones). En relación con el máximo de la serie en valores (2021/22), el ingreso de divisas 2025/26 sería 26% inferior en términos reales (USD 4,7 MM versus USD 3,5 MM) con cantidades 25% mayores a las de ese entonces (17,5 M versus 14 M de toneladas, aproximadamente). De lo anterior se desprende que el registro 2025/26 dista de constituir un máximo en perspectiva histórica, algo que puede apreciarse claramente en el gráfico 2.

Como se mencionase anteriormente, el motivo de que el hito productivo no tenga su correlato en récord de divisas se encuentra en una floja coyuntura de precios para el cereal. Para tener orden de magnitud, en el gráfico 3 se observa que en 2025/26 el precio medio de las exportaciones de trigo constituiría el tercer peor registro en lo que va del siglo (casi empatado con 2004/05, solo algo mejor que en 2000/01) y guardaría una brecha negativa de más del 30% con respecto a su promedio histórico (USD 201 versus USD 295 por tonelada, respectivamente).

El récord productivo de la campaña de trigo 2025/26 se apoya en condiciones climáticas favorables que permitieron alcanzar rindes excepcionales; pero también en señales de política orientadas a construir una arena de negocios más amigable con el sector privado (menor presión impositiva, avances en la normalización del frente cambiario y una agenda declarada de reducción de costos y trabas administrativas), que contribuyeron a sostener el cultivo dentro de la rotación aun cuando las perspectivas de precios tampoco eran las mejores al inicio de la campaña.

De cara a lo que viene, el desafío es profundizar esta agenda, en particular avanzando hacia la eliminación de los derechos de exportación al trigo, para que el salto de productividad del último año no sea un episodio transitorio sino un proceso sostenible.

En un esquema sin DEX, el sector tendría más “espalda” para sostener la inversión en tecnología, fertilización y manejo, factores clave para amortiguar escenarios adversos de precios (como el actual), o shocks negativos de productividad que pudieran surgir por los riesgos inherentes de producir a cielo abierto.

Franco Artusso, responsable de la sección Agro-Industrial

 Fundación Mediterránea titulado “Trigo: récord de producción, pero no en ingreso de divisas”, presidida por María Pía Astori.

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Agro: la confianza sube a 159 puntos, el nivel más alto en cinco años

El Ag Barometer Austral, en la última edición del año, marca un salto histórico del optimismo entre los productores, con mejoras tanto en la percepción del presente como del futuro.El informe elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral señala que, aunque las tasas de interés siguen siendo el principal freno, crece la disposición a invertir y se consolida una evaluación mayoritariamente positiva de la gestión económica del Gobierno.
La confianza de los productores agropecuarios argentinos alcanzó su nivel más alto desde julio de 2019, según la última edición del Ag Barometer Austral, una encuesta a 400 productores agropecuarios con un valor bruto de producción igual o superior a USD 200.000 que realiza el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
El índice general se ubicó en 159 puntos, lo que representa un incremento del 28% respecto de la medición anterior, marcando además el máximo histórico de la serie, al superar el registro previo de 158 puntos alcanzado antes de las PASO de 2019.
 El fuerte repunte del indicador se explica por una mejora significativa tanto en el Índice de Condiciones Presentes como en el de Expectativas Futuras, que alcanzan también sus valores más elevados desde que se realiza el relevamiento. En particular, las condiciones presentes registraron un aumento del 43%, impulsadas por una mejor percepción de la situación financiera de los productores y por un marcado repunte en las expectativas de inversión.
 “Estamos frente a un cambio muy relevante en el ánimo del productor. La mejora en las condiciones presentes es especialmente significativa porque indica que el optimismo ya no está apoyado únicamente en el futuro, sino también en la percepción del presente”, explica Carlos Steiger, director del Ag Barometer Austral e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. 
Vuelve el interés por invertir, con cautela 
Uno de los datos más destacados del informe es la recuperación del Índice de Expectativas de Inversión en activos fijos, que aumentó un 53% respecto de la medición anterior y se ubicó en 111 puntos, la segunda mejor marca histórica, solo por detrás de enero de 2022. En este contexto, el 55% de los productores considera que es un buen momento para invertir, un nivel solo superado en marzo de 2022. 
Entre las preferencias de inversión, la compra de tierras encabeza el ranking (29%), seguida por tractores(27%), hacienda de cría (20%) y hacienda de invernada (19%).
También aparecen las sembradoras y cosechadoras como alternativas relevantes. Sin embargo, el informe advierte que el optimismo no se traduce automáticamente en decisiones inmediatas: un 38% de los productores, a pesar de considerar favorable el contexto, no planea invertir en el corto plazo. 
“La predisposición a invertir mejoró de manera clara, pero sigue condicionada por variables macroeconómicas clave. Las tasas de interés reales continúan siendo el principal obstáculo para transformar el optimismo en inversión efectiva”, señala Steiger. 
En efecto, el 68% de los productores identifica a las altas tasas de interés como el principal frenopara realizar inversiones en activos fijos, mientras que un 22% menciona la incertidumbre cambiaria como un factor que aún desalienta la toma de créditos en dólares. 
Expectativas futuras en máximos históricos 
El Índice de Expectativas Futuras también mostró un avance contundente, con un incremento del 23%, reflejando una visión más favorable tanto sobre la situación financiera de los productores como sobre el desempeño del sector agropecuario en los próximos 12 meses. 
Este escenario de mayor confianza se da en un contexto de evaluación mayoritariamente positiva de la gestión nacional: el 65% de los productores considera que el Gobierno del presidente Javier Milei ha cumplido con sus expectativas, mientras que un 10% afirma que las ha superado y un 25% evalúa que estuvieron por debajo de lo esperado.

“Hay una valoración clara del rumbo económico, especialmente en términos de orden fiscal y previsibilidad. Sin embargo, el productor sigue siendo prudente y consciente de que los procesos de estabilización llevan tiempo”, indica Steiger. 
Persisten las preocupaciones de fondo A pesar del fuerte repunte en la confianza, el informe revela que el 64% de los productores considera que la amenaza de un retorno del populismo en 2027 no está definitivamente descartada, aun después del resultado de las elecciones legislativas. Este dato refleja una preocupación estructural del sector, basada en experiencias recientes del pasado.

En el plano externo, el optimismo es contundente: el 95% de los productores cree que un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos sería beneficioso para el complejo agroalimentario, destacándose especialmente el potencial impacto sobre las exportaciones de carnes y la apertura de nuevos mercados. 
Trigo: expectativa de mejores precios En materia comercial, el informe muestra cautela en las decisiones de venta: más de la mitad de los productores aún no ha fijado precios para el trigo 2025/26, a pesar de las estimaciones de una cosecha récord. Un 51%–52% espera una mejora en los precios antes de vender, lo que refleja expectativas favorables, pero también una estrategia prudente frente al mercado.

Fuente Universidad Austral

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