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Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia Completa

24 de marzo de 2025

La Casa Rosada invitó al politólogo y escritor Agustín Laje, para que comparta su historia de vida y narre su experiencia aprendiendo sobre la década de 1970.

El adoctrinamiento que recibió en la escuela y la censura que experimentó en su aprendizaje lo llevaron a buscar más allá de lo que le enseñaron, y contra muchos obstáculos, hoy puede contar la historia completa.

“Nací en 1989, soy parte de una generación que vivió toda su vida en democracia. Los violentos años 70 no llegaron a mí como un ejercicio de memoria histórica que se convirtió en política estatal justo cuando entré en el colegio secundario.

En la práctica esta política funcionó como un proceso de destrucción de la verdad histórica con fines partidarios, ideológicos y económicos. Lejos de conocer lo que verdaderamente ocurrió en la década del 70, los alumnos del siglo XXI fuimos adoctrinados en un relato historietístico, maniqueo y reduccionista.

Si la “Teoría de los Dos Demonios” ya era en sí misma reduccionista dado que le salvaba el pellejo a la casta política, responsable primero de impulsar el terrorismo y después de promover la represión ilegal, la primera década del siglo XXI conoció la “Teoría del Demonio Único”.

La Teoría del Demonio Único dice más o menos así: el horror de la década del 70 empieza un 24 de marzo de 1976, día en que las fuerzas armadas encabezan un golpe de Estado, poniendo en marcha un plan de aniquilamiento de jóvenes idealistas que luchaban por un mundo mejor, dejando como saldo 30 mil desaparecidos. Esta era toda la historia que nos contaban en el colegio, pero a mi algo no me cerraba, me parecía que al relato le faltaban partes, me parecía que la historia que me estaban vendiendo estaba sesgada e incompleta. Por eso a mis 15 años decidí empezar a investigar por mi propia cuenta. Accedí a numerosa bibliografía, recorrí hemerotecas y me entrevisté con protagonistas de la época y así pude conocer mejor nuestro pasado.

El politólogo y escritor Agustín Laje.

Mientras hacía esto era notorio en el colegio que a la mayoría de mis profesores no les agradaba que un simple alumno pusiera en crisis la Teoría del Demonio Único que ellos tanto se esforzaban por instalar. Recuerdo la incomodidad en sus rostros cuando les hacía preguntas que no podían o no querían responder, en una ocasión rompieron carteles de las víctimas del terrorismo que yo había llevado para que el resto de los alumnos no conocieran nada sobre estas víctimas. En otra ocasión llegaron a sugerirme que si no aguantaba el adoctrinamiento me cambiara de colegio. Todo esto aumentaba en mí la pasión por la verdad histórica. Desde entonces entendí que la historia no es solo aquello que nos cuentan, sino, sobre todo, lo que nos atrevemos a descubrir.

En realidad, el horror de los años 70 fue parte del contexto de la guerra fría en el que los Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos superpotencias de la época se enfrentaron de forma indirecta a través de sus respectivas áreas de influencia. Nuestra América Latina en particular fue el escenario de conflictos armados internos entre organizaciones terroristas y guerrilleras que respondían a los ideales del socialismo, por un lado, y, por otro lado, las fuerzas armadas de los respectivos países que protagonizaron golpes de estado en toda la región.

Ya desde la década de 1960, las organizaciones terroristas de izquierda afloraron en toda la región, auspiciadas en la mayoría de los casos por la Cuba del tirano Fidel Castro. Así, en Chile operó el MIR; en Uruguay, los Tupamaros; en Bolivia, el ELN; en Paraguay, el Movimiento 14 de Mayo; en Colombia, las FARC, el ELN y el M19; en Brasil, la Acción Libertadora Nacional; en Venezuela, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional; en Guatemala, las Fuerzas Armadas Rebeldes y el Ejército Guerrillero de los Pobres; en El Salvador, las Fuerzas Populares de Liberación y el Frente Farabundo Martí; en Nicaragua, el Frente Sandinista; en Costa Rica, el Movimiento Revolucionario del Pueblo; en Perú, poco más tarde, Sendero Luminoso, y así sucesivamente.

En lo que respecta a la Argentina, las organizaciones terroristas de mayor envergadura fueron los montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Ambas fueron creadas varios años antes de 1976 y llevaron adelante los más horrendos crímenes y actos de terrorismo.

En la sentencia del Juicio a las Juntas Militares de 1985 se computó que las organizaciones terroristas cometieron:

– un total de 5215 atentados explosivos
– 1052 atentados incendiarios.
– 1748 secuestros.
– 1501 asesinatos.
– 45 copamientos de unidades militares y policiales.
– 2402 robos de armamentos.

Entre otros miles de atentados de naturaleza guerrillera y terrorista.

En este contexto, en la misma sentencia se calculó que las organizaciones terroristas, en su momento de máximo apogeo, sumaban alrededor de 25 mil integrantes de los cuales 15 mil eran combatientes. Más aún, dicho fallo judicial sostuvo que las organizaciones terroristas cito: “multiplicaron su accionar y produjeron en el lapso posterior de la instauración del gobierno constitucional de 1973 la mayor parte de los hechos delictivos registrados estadísticamente para todo el periodo analizado”, es decir, las organizaciones terroristas llevaron adelante la mayor parte de sus atentados contra gobiernos democráticamente elegidos, lo que pretendían era perpetrar su propio golpe de Estado para instalar en la Argentina un sistema de corte socialista a la fuerza, asimilable a la Cuba Castrista.

Este ataque fue direccionado desde el extranjero. El apoyo cubano a los terroristas no fue sólo ideológico, sino también logístico, económico y militar. Tanto Montoneros como el ERP enviaron cuadros a La Habana para recibir entrenamiento en tácticas de combate, sabotaje y guerra de guerrillas. Entre otros muchos, destaca el testimonio de Jorge Masetti, ex guerrillero del ERP, que en un libro autobiográfico, contó en su experiencia personal en los entrenamientos cubanos:

“Debía pasar 3 meses en una unidad militar especial. Me entregaron botas y uniforme verde oliva y ropa interior del mismo color. Me advirtieron que no podría salir en los tres meses que duraría el curso y que mis movimientos debían limitarse a 50 metros a la redonda del área que se me sería asignada. En mi vida había visto tantos fierros juntos. Pistolas, revólveres, fusiles, granadas y hasta bazucas y lanzacohetes, más un montón de cajas de municiones. Comenzamos con las clases teóricas, uso táctico, funcionamiento, alcance efectivo, arme y desarme de campaña, balística y otras cuestiones relacionadas con tema. Para las clases prácticas iba al polígono y disparaba con todo tipo de armamento de infantería. También practicábamos el tiro en movimiento, de defensa y de atentado, a píe y desde un auto, inclusive el tiro con fusil desde una avioneta”. Nada de esto se nos ha contado a quienes no vivimos los años 70, fuimos empujados a ignorar esta parte crucial de nuestra historia simplemente porque no convenía a los mercaderes y lo que tampoco convenía era contarnos que, según las mismas organizaciones terroristas, lo que atravesaba la argentina en la década del 70 era un verdadero estado de guerra revolucionaria. De esto no cabía la menor duda en el momento en que la historia tenía lugar. Por ejemplo, desde su revista El Combatiente, el líder del ERP, Mario Roberto Santucho, el 16 de octubre de 1974, en pleno gobierno constitucional, decía lo siguiente:

“En los comienzos de la generalización de la guerra civil redoblaremos nuestros esfuerzos de organización y militancia revolucionaria”.

A su vez, en esa misma revista el 24 de noviembre del mismo año, se publicaba un artículo titulado “¿Por qué estamos en un proceso de guerra?, donde se afirmaba:

“Nuestro partido decidió crear el ejército revolucionario, es decir, asumir uno de los aspectos de lucha de clases, el de más alto nivel, la lucha armada, la guerra popular revolucionaria como poder. La lucha será larga, sin cuartel en la que no se puede dar la mínima concesión al enemigo. En la que el problema militar, el aniquilamiento del enemigo por parte de las fuerzas populares adquiere una importancia fundamental”.

Como estos existe un centenar de ejemplos similares.

Por su parte, Montoneros hacía lo propio a través de sus órganos de prensa. En septiembre de 1975 bajo un gobierno democráticamente elegido, la revista Evita Montonera afirmaba “esta guerra, como toda guerra se rige por un principio básico y elemental, proteger las propias fuerzas y aniquilar las del enemigo”.

El mismísimo Juan Domingo Perón en una carta a Montoneros fechada en febrero de 1971 caracteriza como guerra revolucionaria lo que está ocurriendo en la República Argentina:

“Totalmente de acuerdo en cuanto afirman sobre la guerra revolucionaria, es el concepto cabal de tal actividad beligerante, han de comprender los que realizan la guerra revolucionaria que en esa guerra todo es lícito si la finalidad es conveniente”.

Ya en 1974 a través de otra carta, esta vez dirigida a los militares del Regimiento de Azul que había sido atacado por los terroristas, Perón calificó a estos últimos como “psicópatas” a los que hay que exterminar uno a uno para el bien de la República. Por cadena nacional, Perón habló a todos los argentinos y dijo que había que “aniquilar” cuanto antes este terrorismo criminal.

El lenguaje bélico es patente. Mientras los hechos se desarrollaban, los protagonistas hablaban y actuaban sabiéndose parte de una guerra revolucionaria. Por eso, tras el retorno de la democracia, incluso en la sentencia del juicio a las juntas militares de 1985 se reconocía lo siguiente:

“En consideración a los múltiples antecedentes acopiados en este proceso, y a las características que asumió el fenómeno terrorista en la República Argentina, cabe concluir que dentro de los criterios clasificatorios que se vienen de expresar, éste se correspondió con el concepto de guerra revolucionaria”.

Sin embargo, los promotores de la Teoría del Demonio Único han negado la existencia de una guerra en la Argentina de los 70. Para ello, han acusado a quienes describen como un conflicto bélico lo ocurrido en aquel periodo, de intentar justificar los horrores cometidos por las fuerzas armadas. No obstante, la realidad es exactamente la opuesta. Quienes han negado la guerra revolucionaria, lo han hecho con el propósito de borrar de la historia los horrores cometidos por las organizaciones terroristas y para eliminar de la memoria colectiva a sus víctimas.

La historia debe contarse completa o se convierte en un instrumento de manipulación política. No hay tal cosa como una verdad a medias. La omisión de lo necesario es tan grave como la afirmación del error. Si borraron de la historia las atrocidades de las organizaciones terroristas, también se encargaron de ocultar el hecho de que los métodos ilegales de represión estatal comenzaron durante el gobierno democrático anterior al 24 de marzo de 1976. En efecto, durante la presidencia de Juan Domingo Perón se creó y empezó a actuar la Triple A. Una organización paramilitar vinculada al gobierno que secuestró y asesinó a cerca de 500 personas. Además, en febrero y en octubre de 1975, el gobierno de María Estela Martínez de Perón ordenó por medio de dos decretos del Poder Ejecutivo las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de “…aniquilar el accionar de los elementos subversivos”. Primero en Tucumán, provincia dominada por el ERP, y luego en todo el país.

Por entonces, ya era frecuente que los órganos de prensa de los terroristas denunciaran métodos de represión ilegal como la técnica de la desaparición forzada de sus integrantes. Por ejemplo, en su número de marzo de 1975, la revista Evita Montonera daba cuenta de un número indeterminado de secuestrados y desaparecidos. Asimismo, las organizaciones guerrilleras le endilgaban al gobierno la responsabilidad por los asesinatos de la Triple A.

Hay que recordar que la CONADEP, la Comisión Nacional creada tras el retorno de la democracia para investigar la represión ilegal del Estado, contabilizó en su libro “Nunca Más” varios cientos de desaparecidos en los meses previos al 24 de marzo de 1976. Esto llevó a sus autores a concluir que la técnica de la desaparición forzada de personas se diseñó y se implementó con anterioridad a esa fecha y que tras el golpe de Estado su implementación se intensificó. Según el anexo más actualizado del “Nunca Más” hubo 1169 desaparecidos entre 1969 y el 24 de marzo de 1976.

¿Por qué borraron de la memoria esos desaparecidos? ¿Tenían acaso menos valor por haber desaparecido antes del 24 de marzo de 1976? Más aún, ¿de quién son responsabilidad esos desaparecidos? ¿A quiénes quisieron proteger aquellos que nos dijeron que el drama de los 70 había empezado un 24 de marzo de 1976 y que no debíamos mirar hacia atrás de esa fecha?

Tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la horrorosa represión ilegal continuó y se intensificó. Las ejecuciones, las torturas, las desapariciones, fueron parte de la metodología empleada.

Por intereses políticos, ideológicos y económicos, los partidarios de la Teoría del Demonio Único decidieron no ajustarse a los números que surgían de las investigaciones realizadas desde la vuelta de la democracia, sino que se empecinaron con instalar la consigna de los 30 mil desaparecidos. ¿Pero cuál fue el origen de esta consigna? Luis Labraña, el ex guerrillero que confesó públicamente haber inventado la cifra, dijo que lo hicieron porque necesitaban inflar la cantidad de desaparecidos a los fines de conseguir mayores apoyos en Europa.

Pero el negocio del setentismo propiamente dicho se inauguró tras el retorno de la democracia. Solo en concepto de indemnizaciones, muchas de ellas de dudosa legitimidad, le hicieron al Estado Argentino desembolsar 2111 millones de dólares hasta el 30 de noviembre de 2015. A esto hay que sumarle los negociados de los autodenominados “Organismos de los Derechos Humanos” con el Estado, que, en realidad, funcionaron como estructuras de poder político de los gobiernos de turno. Desde universidades de mentira hasta constructoras fraudulentas de casas que nunca se hicieron, la corrupción afloró por doquier. Estos organismos no solo fueron financiados con recursos del Estado, sino que también sirvieron como usinas de adoctrinamiento y como trampolines políticos para sus dirigentes. Mientras tanto, las victimas del terrorismo nunca recibieron reparaciones ni reconocimiento alguno. El resultado fue un modelo de impunidad selectiva en el que algunos cobraban millones y los otros ni siquiera tenían derecho a la memoria.

Regresando a la cifra de los 30 mil desaparecidos, lo cierto es que jamás surgió de ninguna investigación. En su informe publicado en 1985 la CONADEP contabilizó 8961 desaparecidos para todo el periodo estudiado. A su vez, el último relevamiento de la Secretaría de Derechos Humanos realizado en el año 2015 en el marco del Registro Único de Víctimas del terrorismo de Estado arribó a un total de 6348 desaparecidos y 952 ejecutados a la luz pública. Sumados, dan 7300 casos entre desaparecidos y ejecutados.

Siempre me pareció inadmisible que existiendo investigaciones oficiales llevadas adelante y actualizadas bajo gobiernos democráticos, se nos hubiera impuesto una suerte de obligación moral de mentir. Vaya locura. Una obligación moral de aferrarnos a la mentira cuando en realidad lo que la historia exige es la verdad. Otra vez nos dijeron que si no repetíamos ni convalidábamos el número 30.000, eso era porque pretendíamos negar los horrores de la represión ilegal. ¿Pero a quién se le ocurrió que a 8961 o 7300 no eran suficientes para dimensionar la magnitud de la violencia y del desastre? ¿A quién se le ocurrió que no eran suficientes para decir nunca más? ¿A quién se le ocurrió que esos números por sí solos no causaban escozor?

La historia debe ser completa y rigurosa. No está bien borrar de un plumazo a las organizaciones terroristas con el fin de instalar la Teoría del Demonio Único. No está bien ocultar la situación de guerra revolucionaria que vivía la argentina de los años 70. No está bien disimular el hecho de que la represión ilegal y la técnica de desaparición de personas comenzaron antes del 24 de marzo de 1976. No está bien negar a las víctimas cuando son de un lado e inflarlas cuando son del otro. No está bien inventar cifras con propósitos efectistas. Las generaciones que no vivimos los años 70 queremos conocer la historia de manera completa, integral, respetuosa, sin revanchismos, sin anteojeras ideológicas y sin conveniencias políticas y económicas que la ensucien y la distorsionen. Además, queremos hacerlo en libertad. No aceptamos ninguna clase de censura. No le reconocemos validez a ningún dogma escondido tras la tiranía de la corrección política. Queremos ser libres de conocer nuestra historia. Es la única forma que existe de aprender del pasado y no repetirlo nunca más. Una sociedad que se aferra a la mentira no puede construir un futuro en libertad.

Este 24 de marzo rompamos con el relato impuesto y reivindiquemos nuestro derecho a conocer la verdad completa».

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Navidad 2025: las ventas minoristas suben 1,3% frente al año pasado

Las ventas navideñas en los comercios minoristas pymes subieron 1,3% frente al año pasado, a precios constantes.La Navidad 2025 se caracterizó por una alta implementación de acciones comerciales, alcanzando al 89,3% de los establecimientos.
No obstante, el consumo reflejó una marcada austeridad y dependencia del crédito debido al nivel de endeudamiento y la retracción del poder adquisitivo de los hogares.Para el 32,7% de los comerciantes, las ventas fueron mejor o mucho mejor de lo esperado, mientras que el 21,4% señaló que fueron peor o mucho peor. En tanto, el 45,9% opinó que fueron iguales a lo que suponían.  Si bien se registró una mayor previsibilidad en los precios, la demanda se concentró en segmentos económicos y ofertas específicas, traccionada principalmente por herramientas de financiación extendida y el impacto, en algunos casos, de bonos provinciales que compensaron parcialmente la debilidad de los ingresos corrientes.
El ticket promedio se ubicó en $36.266, siendo el valor más alto $60.041 en calzado y marroquinería, y el más bajo $34.484 en librerías.   Respecto a la incidencia de la actividad navideña en el balance comercial del mes, el 40,9% de los consultados manifestó que las ventas “sumaron, pero no cambiaron el panorama”.
Por su parte, el 31,1% de los comercios señaló que “tuvieron un impacto moderado en las ventas mensuales”, mientras que un 21,9% de la muestra consideró que “fueron claves para impulsar las ventas del mes”. Finalmente, el 6,1% restante indicó que no tuvieron impacto en el desempeño del periodo.Los datos surgen de un relevamiento realizado por CAME entre el martes 23 y miércoles 24 de diciembre. Análisis sectorial 
De los 6 grandes rubros relevados, crecieron Perfumería (+27,8), Calzado y marroquinería (+3,3%) e Indumentaria (+1,3%). En cambio, cayeron Librería (-1,4%), Equipos de audio y video, celulares y accesorios (-4%) y Juguetería (-6,6%). 
Indumentaria:Las ventas subieron 1,3% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024. El sector reflejó una actividad comercial condicionada por la erosión del poder adquisitivo y el nivel de endeudamiento de los consumidores. Aunque el volumen de ventas superó el promedio del mes por factores estacionales, el desempeño global se situó por debajo de las expectativas iniciales.
La concreción de operaciones estuvo vinculada a la disponibilidad de financiación con tarjetas de crédito (de 3 a 12 cuotas) y promociones bancarias específicas. Se observó una disparidad competitiva respecto a las grandes marcas en cuanto a profundidad de ofertas y opciones de pago aplazado. 
Equipos de audio, video, celulares y accesorios:Las ventas cayeron 4% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024 y el ticket promedio fue de $47.088. 
El sector registró una demanda selectiva, orientada principalmente a la telefonía móvil y artículos bajo regímenes de oferta. La apertura de importaciones y la contracción del poder adquisitivo limitaron el volumen transaccional, resultando en niveles de venta inferiores a las proyecciones estacionales.
La dinámica comercial dependió de mecanismos de financiación en seis cuotas sin interés y bonificaciones por pago al contado. A pesar del impacto positivo de eventos de promoción local, el comportamiento del consumidor se mantuvo centrado en la adquisición de productos de necesidad inmediata.                                    
Calzado y marroquinería:Las ventas aumentaron 3,3% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024 y el ticket promedio fue de $60.041. El rubro registró una demanda concentrada en la jornada del 23 de diciembre y con preferencia por artículos de menor costo.
La dinámica comercial dependió del financiamiento en cuotas y de la captación de liquidez de bonos provinciales ante la ineficacia de promociones con montos mínimos de compra.
El flujo de ventas se sostuvo mediante la flexibilización de condiciones comerciales y la aplicación de descuentos directos por pago en efectivo. 
Perfumería:Las ventas crecieron 27,8% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024, con un ticket promedio de $48.414. El sector registró su mayor nivel de actividad comercial en un periodo de cinco días, con picos de ventas concentrados entre el 22 y el 24 de diciembre
. La coincidencia de la víspera de Navidad con un día miércoles favoreció una extensión de la oferta, la cual fue complementada por programas de financiamiento bancario. Se observó una recuperación en la demanda de fragancias importadas y un sostenimiento de la dinámica de ventas durante la totalidad del mes en comparación con periodos anteriores. 
Juguetería:Las ventas cayeron 6,6% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024 y el ticket promedio fue de $48.800.
 El sector de juguetería registró una contracción en la facturación y ventas limitadas por la competencia de canales de comercialización de bajo costo.
La dinámica comercial se sostuvo mediante descuentos por pago contado de entre el 15% y 50%, junto a financiación en 6 cuotas sin interés. Si bien la organización de eventos locales incrementó el flujo de personas en los centros comerciales, el impacto fue insuficiente para revertir el déficit operativo anual. Predominó el uso de tarjetas de crédito y promociones bancarias específicas para concretar las operaciones.
 Librería:Las ventas cayeron 1,4% a precios constantes frente a la misma fecha de 2024 y el ticket promedio de venta fue $34.484.
 La actividad en el rubro librería se concentró en la última semana del periodo, traccionada por la demanda estacional y por quienes deciden adelantar las compras para el inicio de clases mediante acuerdos con instituciones.
La financiación en tres cuotas sin interés y el impacto de los bonos provinciales actuaron como dinamizadores ante un consumo restringido y con variaciones en los precios de los artículos.
No obstante, el volumen de facturación no alcanzó las expectativas previstas, afectado por el desplazamiento de la demanda hacia formatos digitales.
El desempeño se caracterizó por operaciones de bajo valor unitario y la aplicación de descuentos por pago al contado para incentivar la concreción de ventas.

Fuente CAME

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AUMENTO A JUBILADOS

La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) formalizó el aumento de 2,47% en el haber mínimo de las jubilaciones, que así alcanza un valor de $349.299,32.

A ello debe sumarse $ 70.000 del bono adicional que lleva dos años sin actualización, lo cual culmina en una suma de bolsillo de $419.299,32. Asimismo, el organismo también fijó el haber máximo jubilatorio en $2.350.453,70.

Por otra parte, se determinó que el valor de la Prestación Universal Básica (PBU) pase a ser de $159.788,50 y el de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) alcanzará de $279.439,46.

La medida fue comunicada a través de la Resolución 381/2025, publicada este miércoles en el Boletín Oficial.

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El ajuste se realizó considerando la variación del Índice de Precios al Consumidor d (IPC) correspondiente al mes de noviembre de 2025, tal como lo dispone la normativa vigente para las prestaciones del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

Por último, la resolución estableció los nuevos límites para las bases imponibles mínima y máxima, que quedaron fijadas en $117.643,93 y $3.823.372,95 respectivamente. Estos valores entrarán en vigencia para el período devengado de enero de 2026. (NA)

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Presupuesto: el Gobierno refuerza energía, educación y jubilaciones


El Gobierno resolvió modificar el Presupuesto 2025 para reforzar partidas consideradas impostergables en distintas áreas del Estado. Lo hizo a través de la decisión administrativa 38/2025, firmada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro de Economía, Luis Caputo, y publicada este martes en un suplemento del Boletín Oficial.

La medida alcanza a organismos de la Administración Pública Nacional y apunta a cubrir gastos en personal, funcionamiento, transferencias y prestaciones sociales, en el marco del presupuesto prorrogado de 2023 que rige para el ejercicio en curso.

La norma contempla, además, compensaciones presupuestarias que reducen gastos de capital e incrementan gastos corrientes, junto con cambios en la distribución por finalidades del gasto, siempre dentro de los límites del presupuesto vigente.

Entre los principales puntos de la modificación presupuestaria, la decisión administrativa incrementa los créditos de la Secretaría de Energía para atender transferencias a CAMMESA, la compañía que administra el mercado eléctrico mayorista. El texto oficial señala que la adecuación busca garantizar el normal funcionamiento del sistema en plena temporada de verano.

También se refuerza el presupuesto de la Secretaría de Educación, dependiente del Ministerio de Capital Humano, para afrontar gastos derivados de la política salarial de docentes y no docentes de las universidades nacionales, además de partidas vinculadas a su funcionamiento y a la Universalización de la Jornada Extendida.

Más fondos para ANSES

Otro eje central de la medida es el incremento del presupuesto de la ANSES, en particular del Programa 19 – Asignaciones Familiares, y de las partidas destinadas al pago de prestaciones previsionales, para incorporar el impacto de la Ley de Movilidad Previsional.

La modificación firmada por Adorni y Caputo también toma en cuenta el aumento del salario Mínimo, vital y móvil, dispuesto por el Consejo Nacional del Empleo mediante la resolución 9/2025, con vigencia desde diciembre y retroactividad a noviembre. En ese contexto, el Gobierno resolvió reforzar los fondos destinados a la prestación por desempleo.

Además, se incorporan mayores ingresos por rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) y se ajustan las fuentes y aplicaciones financieras de la ANSES para reflejar las operaciones de ese fondo. En paralelo, se adecuan créditos bajo la órbita de Obligaciones a Cargo del Tesoro para cubrir necesidades de financiamiento del PAMI. (TN)

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