País
Alerta sobre la alta cifra de niños que viven en la pobreza
15 de agosto de 2024
Seis de cada 10 niños y adolescentes viven en la pobreza en la Argentina mientras que el 16% está en la indigencia, según un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA). El estudio se conoce días después de que Unicef advirtiera que 1.500.000 chicos se salta al menos una comida debido a la falta de recursos de sus familias para comprar alimentos.
Los nuevos datos corresponden al trabajo “Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Argentina 2010-2023” publicado hoy.
Los datos refieren a 2023 y, dado el deterioro de la economía argentina durante los primeros siete meses del año, se puede inferir que la situación se agudizó. De acuerdo al informe, a fin del año pasado el 62,9% de los niños y adolescentes vivía en situación de pobreza y el 16,2% vive en situación de indigencia, medido por el volumen de ingresos.
“Esta es la cifra más alta desde el 2010”, afirmaron desde la UCA y añadieron que “desde el 2020, las transferencias de ingresos no contributivas, entre la que se encuentra la Asignación Universal por Hijo (AUH), alcanzaron a más del 44%” de ese conjunto. Esto demuestra que de retirarse la asistencia del Estado las cifras serían muy superiores.
El informe de la UCA señala que “de 2011 hasta 2023, se observa un aumento constante en la proporción de hogares y personas con dificultades para acceder a una canasta básica alimentaria o total, con un incremento más pronunciado en la pobreza”.
“El esfuerzo de los hogares y la cobertura de las políticas públicas han tenido un papel crucial en la mitigación de la pobreza, pero persisten desafíos estructurales en la economía que requieren atención, y que ejercen un fuerte impacto en las estructuras de oportunidades de los hogares y sus miembros niños, niñas y adolescentes”, agrega el informe de la UCA.
La institución avanza en la evaluación de la situación social y realiza una medición multidimensional donde añade otros aspectos de las necesidades básicas y en ese caso se reduce el porcentaje de pobreza a 56,3%.
Entre los otros temas a evaluar se encuentra el derecho a la alimentación, a la salud, a la vivienda, a la información y a la educación. De allí se desprende que casi un tercio de los chicos y adolescentes en el país “no pueden acceder a alimentos nutritivos y variados por limitaciones económicas”.
En cuanto a la salud el 55,8% de la población en estudio no cuenta con obra social, mutual ni prepaga por lo que dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica.
En tanto, el 39,5% no vive en un hábitat digno con los servicios básicos como agua potable, cloacas o descarga en el inodoro. En otro orden, “dentro de los que tienen entre 5 y 17 años, el 17,8% no accede a Internet, el 24,4% no lo usa, el 51,1% no tiene celular y el 54,7% vive en hogares sin computadora”.
El informe también señala que “el 23% de los niños/as de 3 a 5 años se encuentran no escolarizados. La inasistencia a establecimientos de educación inicial es siempre más alta que la no concurrencia a la escuela primaria y secundaria. Por otro lado, el 82,6% de chicos entre 6 y 17 años asiste a una escuela de gestión estatal.
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HAMBRE INFANTIL
De cara al día de las infancias, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advirtió por “los preocupantes índices de pobreza y la emergencia alimentaria” en la Argentina, en un duro comunicado firmado junto al Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
“Ser pobre implica ser invisible a toda la sociedad. Ser un niño pobre, es ser aún, más invisible”, afirman en este documento.
En clara defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, destacan entre los “17 Objetivos de Desarrollo Sostenible”, enunciados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a los que adhiere nuestro país, el “Fin de la pobreza”, “Hambre cero”, “Salud y bienestar”, “Educación de calidad”, “Igualdad de género”.
El presente y el futuro de ese grupo de argentinos, advierten, “es hoy más incierto y preocupante”. Para lograr el hambre cero, una buena salud y bienestar para todos, eje de las proyecciones deseables para 2030, aseguran que “se debe afrontar seriamente la carga de las inequidades sociales, educativas y de salud de la niñez y adolescencia en Argentina”.
Proteger a las infancias más vulnerables, señalan, “lamentablemente no está en la agenda de las políticas públicas desde hace años”. Con el trabajo del Observatorio de la Infancia y la Adolescencia de la SAP, en convenio con Unicef, y el del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA, que acaban de publicar sus respectivos análisis, aseguran que “las cifras están” y que se deben planificar las acciones en consecuencia.
Marcan a la pobreza como el eje que genera una profunda vulneración a los derechos de la niñez, y por eso debe ser una prioridad en la agenda nacional. “Quienes viven en situación de pobreza no gozan de manera plena del ejercicio de sus derechos y, por ende, no cuentan con igualdad de oportunidades para acceder a la salud, educación, vivienda, seguridad social u otras prestaciones esenciales para tener una vida digna”, detalla el texto.
La pobreza infantil en el tercer trimestre de 2023 se estima en 55% (con jurisdicciones que superan el 80%) y la indigencia en 15,7% con cifras estimadas en aumento para 2024. Más de la mitad (51,4%) de los niños, niñas y adolescentes de 0 a 14 años son pobres.
La carencia de red de cloacas afecta a casi el 38% de los hogares en el país, 15% no dispone de agua corriente y más de la mitad reside en viviendas sin acceso a la red de gas. En las estadísticas que expresan promedios, señalan, “se ocultan cifras más contundentes de la desigualdad de oportunidades”.
La pobreza impacta en los vínculos familiares, en el juego y en el acceso a la escolaridad, exponiendo a padecer adversidades tempranas asociadas a deficiencias posteriores en el aprendizaje, comportamiento, bienestar físico y mental, efectos que se profundizan mientras mayores sean las carencias.
Según el decreto 108 del Poder Ejecutivo Nacional, la emergencia alimentaria existe en nuestro país desde 2002. “Una alimentación inadecuada repercute en el crecimiento, el desarrollo y la salud integral. Hoy en la Argentina, la inseguridad alimentaria afecta al 64,5% de niños, niñas y adolescentes, con un aumento sostenido desde 2004. Esta situación requiere de acciones inmediatas y sostenibles en el tiempo. El hambre en general y en especial de un niño es inadmisible”, remarcan los pediatras.
En un subtítulo sobre vacunas, la SAP marca como preocupante que, a pesar de observarse una lenta recuperación pos pandemia, las vacunas aplicadas en lactantes para completar el esquema primario, sigan siendo iguales o inferiores al 80%, 15 puntos por debajo de la meta óptima del 95% necesaria para alcanzar una cobertura universal o de rebaño. Cifras oficiales muestran que, para fines de 2023, 112.000 niños de 0 a 5 años no habían recibido ninguna vacuna y 37.000 tenían el esquema incompleto.
“Esta brecha representa un riesgo significativo para la salud pública en general y para los niños en particular, con consecuencias directas en el aumento de casos de enfermedades prevenibles por vacunación, como la meningitis bacteriana”.
Igual preocupación describen en la carta sobre el embarazo adolescente, los primeros 1000 días de vida y la salud mental de los más jóvenes.
El impacto de la pobreza y la exclusión social, ejes del informe tanto de la SAP y Unicef como del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, cierran, “se agiganta cuando se pone la mirada en la infancia y su incidencia en la educación. Las políticas educativas actuales no logran garantizar la continuidad escolar y es preocupante la calidad de la educación primaria y secundaria en un entorno de pobreza y marginalidad, en la que muchos de los niños, niñas y adolescentes del país hoy se encuentran”. (DIB)
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La industria lleva 13 meses de caída, según la UIA
La industria tuvo un primer semestre para el olvido que puede terminar teniendo un fuerte impacto sobre el empleo en el sector.
En junio la actividad industrial registró una caída anual del 19,5% y mensual (-5,7%, sin estacionalidad), según datos de la UIA.
El mes se vio afectado por menos días hábiles y paradas de planta. Con estos datos, el sector industrial acumula trece meses de caída interanual consecutiva y cerró el primer semestre del año con una baja de -14,1% i.a.
Los datos anticipados de julio indican que se habrían moderado las bajas interanuales y que hubo una mejora heterogénea desde los bajos niveles del mes anterior, con una mayor cantidad de días hábiles (22 contra 17).
En ese mes se observó una desaceleración de las caídas interanuales en los sectores, en algunos casos con caídas a un dígito. Tal es el caso de la demanda de energía eléctrica de Grandes Usuarios Industriales (-2% i.a.), aunque con un comportamiento heterogéneo al interior del rubro, Patentamientos de maquinaria agrícola (-5,8% i.a.), y en el sector Automotor (-9,8% i.a.).
Igualmente, prevalecen las caídas a dos dígitos en los despachos de Cemento (-14,4% i.a.), en las importaciones desde Brasil que disminuyeron (-27,9% i.a.).
Por el contrario, se registraron subas en las exportaciones hacia Brasil (+20% i.a.) y en la liquidación de divisas que creció (+35,9% i.a.) tras dos meses en baja.
Si bien el desempeño mensual se vio en parte favorecido por el bajo nivel de comparación de junio, en el mes de julio la industria presentó una desaceleración de la caída respecto al primer semestre del año.
En virtud de la evolución de diferentes factores -como el contexto macroeconómico, los costos y la competitividad industrial-, se estima que el tercer trimestre podría exhibir una morigeración en la caída anual y una mejora en comparación con el segundo trimestre.
Por otro lado, en mayo, el empleo asalariado registrado en la industria volvió a caer 0,4% s.e, al igual que lo hizo en los últimos dos meses.
Se perdieron 4.607 puestos en el mes y ya se acumula una baja de 25.358 respecto de agosto de 2023.
Retomando el análisis del IPI-CEU a junio, los datos mostraron caída a nivel sectorial, con una tendencia a la baja en todos los rubros que componen el índice.
Las mayores caídas se dieron nuevamente en el sector Automotor (-40,2% i.a.), donde la baja fue impulsada por una caída en las ventas al mercado interno (-33,6% i.a.), y en menor medida por las exportaciones (-10,3% i.a.), así como en Minerales no metálicos (-32,3% i.a.).
A su vez, cayó la producción de Metales básicos (-24,7% i.a.), afectado por la baja de acero (-35% i.a.), mientras que la producción de aluminio cayó en menor medida (-3,8% i.a.).
También cayó Metalmecánica (-17,3% i.a.), acumulando trece meses de baja consecutiva, con caída en todos los rubros del sector. Por su parte, la producción de Papel y cartón disminuyó de forma interanual (-16,3%), con un comportamiento mixto al interior del sector.
Impulsó la baja del nivel general la producción de papel de diarios, para embalaje, y el papel para corrugar, mientras que el papel de impresión y tissue presentaron un crecimiento interanual.
En el caso del segmento de Sustancias y productos químicos volvió a caer de forma interanual (-12% i.a.), con bajas en casi todos los productos que componen el indicador, principalmente se dio un menor desempeño en la producción de pinturas, productos de limpieza e higiene y medicamentos. En el segmento CIQyP se destaca la caída de Petroquímicos intermedios (-16,9%), Químicos inorgánicos (-11,3%), Agroquímicos (-3% i.a.) y Materias primas plásticas y caucho sintético (-2% i.a.).
A su vez, cayó la producción de Alimentos y bebidas (-9% i.a.), baja que fue atenuada por la suba de la producción de aceites (+27,8%).
De no tenerse en cuenta ese rubro, la caída general del sector sería aún mayor, alcanzando un -14,1% i.a. Finalmente, el rubro de Refinación de petróleo se mantuvo relativamente estable (-0,3% i.a.).
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Rechazan ley que aumenta los intereses de las indemnizaciones laborales
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) acompaña a la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires (FEBA) en su rechazo a la modificación del artículo 48 de la ley N° 11.653 de Procedimiento Laboral que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados provincial, y a través de la cual se modificaría la fórmula para establecer las indemnizaciones laborales. |
De acuerdo con el proyecto, el monto indemnizatorio por el que se condene al empleador se deberá actualizar según el CER + 6% anual. El cálculo de tiempo se deberá computar desde la fecha de cese de la relación laboral hasta el efectivo pago de la indemnización correspondiente.
“Desde CAME y otras entidades, como la Sociedad Rural y CONINAGRO, hicimos una presentación judicial ante la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo y la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto a los intereses abusivos que se cobran por los juicios laborales. No planteamos no pagar una indemnización, sino pagar lo que corresponde, sin intereses judiciales excesivos, y sin quitar los derechos adquiridos de los trabajadores”, expresó el presidente de CAME, Alfredo González.
Por su parte, el vicepresidente de la entidad y titular de FEBA, Alberto Kahale destacó que “nosotros somos generadores de empleo genuino y estamos muy preocupados. Si se aprueba la modificación del artículo 48 nos obligará a los empresarios a no tomar nuevos empleados y nos dejará desamparados ante un eventual juicio laboral”. Agregó, además: “Ya en la actualidad tenemos juicios cuyos montos se multiplicaron por cuarenta en el último período. Es imposible hacerles frente. Lo que termina sucediendo es la desintegración del sector pyme y un aumento de la desocupación”.