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Españoles van a las urnas

23 de julio de 2023

Los españoles votan hoy para elegir a su nuevo Gobierno en comicios en los que el derechista Partido Popular (PP) es favorito a vencer al partido socialista del presidente saliente Pedro Sánchez y sus aliados, aunque para ello podría tener que asociarse con una fuerza de extrema derecha nacionalista, euroescéptica y antifeminista.

Los centros de votación se cerraron a las 20 (las 15 en la Argentina), con excepción de las islas Canarias, que tiene un huso horario diferente y donde permanecían abiertos hasta las 16 hora argentina.

Pese a un intenso calor en medio del verano en Europa, la participación alcanzaba a 53,07% del padrón a las 18, lo que representaba 3,7 puntos porcentuales menos que en los comicios de 2019 a la misma hora, informó el Ministerio del Interior en su página web.

Esa cifra no incluía todavía el voto por correo, por el que optaron casi 2,5 millones de personas, una cifra récord. Estaban habilitados para votar 37,5 millones de ciudadanos en total.

Sánchez, en el poder desde 2018, anticipó las elecciones luego de que su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su socio de coalición, la agrupación de izquierda Unidas Podemos, sufrieran una dura derrota en comicios locales y regionales en mayo.

La mayoría de los sondeos muestran al opositor PP, que ganó las elecciones de mayo, con la mayor intención de voto, aunque necesitando probablemente al partido de extrema derecha Vox para formar Gobierno.

«Lo que vaya a suceder hoy aquí va a ser muy importante, no solamente para nosotros, lógicamente, sino también para el mundo y para Europa», afirmó Sánchez, el presidente del Gobierno saliente, tras votar en un colegio en Madrid.

«Tengo buenas vibraciones», afirmó Sánchez, quien pidió «una participación histórica» para que el próximo «sea un gobierno fuerte para que España pueda avanzar».

Bajo un calor sofocante, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo que España estaba a las puertas de un cambio.

«España puede iniciar una nueva época y espero y deseo que los españoles decidan en libertad, como lo estamos decidiendo hoy, a pesar insisto de las condiciones climatológicas», dijo Núñez Feijóo a periodistas luego de votar.

Santiago Abascal, jefe de la formación de extrema derecha Vox, auguró para su partido «un resultado heroico», al tiempo que llamó a la participación para que «se produzca un cambio de rumbo», informó la agencia de noticias AFP.

Una coalición entre el PP y Vox implicaría un retorno de la extrema derecha al Gobierno de España por primera vez desde que el país hizo su transición a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco luego de casi 40 años en el poder, en 1975.

También daría un firme giro a la derecha en otro país de la Unión Europea (UE), siguiendo una tendencia vista ya recientemente en Suecia, Finlandia e Italia.

Países como Alemania y Francia están preocupados por lo que este viraje podría significar para las políticas inmigratorias y climáticas del bloque europeo.

El PSOE y Unidas Podemos, de centroizquierda e izquierda, respectivamente, son pro-UE. En el bando de la derecha, el PP también es europeísta, pero Vox se opone a lo que describe como interferencia de la UE en los asuntos de España.

Vox, además, cuestiona la noción de violencia de género, es escéptico frente al cambio climático, abiertamente antiaborto -como el PP- y rechaza el movimiento LGTBI.

Los comicios llegan en momentos en que España ejerce la presidencia temporal de la UE.

Los votantes renovarán el Parlamento, que a su vez elige al Ejecutivo y a su primer ministro.

España tiene una forma de Gobierno parlamentaria, así que ejerce el poder el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en el Parlamento, es decir 176 bancas del total de 350.

Por lo general, la agrupación más votada es la primera en tener la oportunidad de formar Gobierno. Si no llegó a los 176 escaños, podrá aliarse con otro partido para hacerlo.

Desde 1982, el PSOE y el PP ocuparon alternativamente el Gobierno de España, con mayoría absoluta o con el apoyo externo de otros grupos políticos menores, y con el otro partido como principal grupo de la oposición.

El bipartidismo comenzó a horadarse en 2013 con la aparición de Podemos y luego en 2014 con la del partido de centroderecha Ciudadanos, y el Gobierno saliente de Sánchez es el primero de coalición desde el retorno a la democracia.

El PSOE y un nuevo movimiento llamado Sumar que incluye a 15 partidos de izquierda esperan poder hacerse con el poder. Sumar es liderado por la vicepresidenta segunda saliente, Yolanda Díaz, la única mujer entre los cuatro principales candidatos.

Como ningún partido llegaría a la mayoría absoluta, las alternativas son, básicamente, otra coalición progresista o una alianza entre la derecha y la extrema derecha.

Abascal dijo que esperaba una «movilización masiva (de votantes) que permita a España cambiar de dirección». Su partido, Vox, es una escisión del PP surgida en 2013.

Tras las elecciones de mayo, PP y Vox pactaron gobiernos locales y regionales en los que la extrema derecha mantuvo sus posturas más polémicas.

En los días previos a las elecciones, Feijóo dijo que una coalición con Vox «no es lo óptimo».

Sánchez ha dicho que tal posibilidad sería «un retroceso para España», con la derecha y la extrema derecha prometiendo revertir buena parte de los logros legislativos de estos últimos años.

Podemos, el socio incómodo de Sánchez desde inicios de 2020, fue absorbido y sustituido este año por Sumar, la formación de Díaz, que es comunista y fue ministra de Trabajo en el Gobierno saliente.

Ciudadanos, que tiene nueve diputados en el Parlamento saliente, está en franco declive, y no presentó candidatos.

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Piden nuevas elecciones en Venezuela

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sugirió este jueves que su par venezolano, Nicolás Maduro, convoque nuevas elecciones en su país para despejar las fuertes sospechas de un presunto fraude que lo dio por reelecto para un tercer período en los comicios de julio.

En un reportaje en Brasil, Lula se sorprendió una vez más de que a casi tres semanas de celebrados los comicios en Venezuela el tribunal electoral no haya mostrado los resultados.

"Tienen que mostrar los resultados", exigió nuevamente, y se mostró en desacuerdo con su colega Maduro de que el tema lo deba resolver el tribunal (corte) supremo de justicia de ese país.

Poco después, sus pares de Colombia, Gustavo Petro, y de Estados Unidos, Joe Biden, respaldaron la idea de una nueva elección en el país caribeño.

Biden se refirió rápidamente al tema. Cuando un periodista le preguntó si apoyaba la convocatoria de nuevos comicios en Venezuela, se limitó a contestar "Sí, lo hago", sin ofrecer más detalles.

Sin embargo, la líder opositora María Corina Machado, como lo venía haciendo en los últimos días, rechazó enfáticamente la iniciativa.

"Plantear desconocer lo ocurrido el 28 de julio para mí es una falta de respeto a los venezolanos que lo han dado todo (...) la soberanía popular se respeta", dijo Machado en una conferencia virtual con medios chilenos y argentinos.

"Las elecciones tuvieron lugar y la sociedad venezolana se expresó en condiciones muy adversas donde hubo fraude y aun así logramos ganar".

Lula por Radio T. “A Maduro todavía le quedan seis meses de mandato. Es el presidente independientemente de las elecciones. Si tiene buen sentido, podría convocar al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar nuevas elecciones, crear un comité electoral y permitir que observadores de todo el mundo realicen un seguimiento”, subrayó Lula en una entrevista con una radio brasileña.

El líder del Partido de los Trabajadores agregó que su par venezolano "podría intentar hacer un llamado al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar un programa electoral, establecer criterios para la participación de todos los candidatos, y dejar que observadores de todo el mundo vayan a ver las elecciones".

Añadió que Maduro aún debe una explicación a los brasileños y al resto del mundo.

“Queremos que el Consejo Nacional Electoral, que gestionó las elecciones, anuncie públicamente quién ganó”, indicó.

Lula agregó que "aún no" reconoce los resultados que dio el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que proclamó a Maduro reelecto con 52% de los votos, sin presentar públicamente los resultados por mesas.

La oposición denunció ese proceso como un fraude y divulgó actas electorales que dan como amplio triunfador a su candidato, Edmundo González Urrutia.

Maduro "sabe que debe una explicación a la sociedad brasileña y al mundo, él sabe eso", dijo el mandatario brasileño.

"No es fácil y no es bueno que un presidente de un país opine sobre la política de un presidente de otro país. Yo mantengo relaciones con Venezuela desde cuando asumí en 200, tuve mucha relación con (Hugo) Chávez. Y esa relación quedó deteriorada porque la situación política está quedando deteriorada en Venezuela", afirmó Lula a Radio T.

"Conversé con Maduro antes de las elecciones, ahora no hablé, pero le dije que la transparencia y la legitimidad del resultado era lo que iba a permitir que la gente siguiera peleando para que se suspendan las sanciones contra Venezuela", agregó el líder brasileño.

Lula sumó así su voz a la de su principal asesor en temas internacionales, el ex canciller Celso Amorim, quien días atrás criticó la ausencia de las actas que confirmen la supuesta victoria electoral de Maduro y eludió avalar que la justicia venezolana resuelva este diferendo como pretende el liderazgo chavista.

La postura de Colombia. El presidente Petro se sumó a la voz de Lula y pidió este jueves que se realicen "nuevas elecciones libres" en Venezuela.

En un mensaje divulgado en la red social X, el mandatario de izquierda hizo un listado de sugerencias para solucionar la crisis política de Venezuela ante las denuncias de fraude de la oposición. Entre sus propuestas mencionó el "levantamiento de todas las sanciones" económicas y "garantías totales a la acción política".

Los gobiernos de centroizquierda de Brasil, Colombia y México han realizado persistentes esfuerzos diplomáticos en la búsqueda de una salida a la crisis desatada tras las presidenciales del 28 de julio.

Sus presidentes han sido históricos amigos y aliados de Maduro.

El mandatario mexicano Manuel López Obrador es el que menos se ha inquietado hasta ahora y su deseo íntimo es que Maduro continúe en el poder sin cuestionamientos más allá de las sospechas de que robó la elección escandalosamente.

El canciller brasileño, Mauro Vieira, será recibido el jueves en Bogotá por su par colombiano, Luis Gilberto Murillo, para una visita oficial en la que abordarán el asunto.

Los cancilleres se reúnen después de que los presidentes de ambos países conversaran el miércoles por teléfono para intentar intermediar en la crisis abierta en el país caribeño tras las elecciones.

Lo tratado en la llamada entre el mandatario colombiano, Gustavo Petro, y el brasileño, Lula da Silva, se mantuvo en términos confidenciales, según informó una fuente cercana al gobierno de Bogotá, pero enmarcado en los esfuerzos de estos países para ayudar a encontrar una solución a la actual situación de Venezuela.

En esa conversación telefónica participaron también Celso Amorim, el asesor de Lula, y los cancilleres de ambos países.

La semana pasada el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que tenía pendiente hablar con Petro, Lula y con el mexicano Andrés Manuel López Obrador, quienes han mantenido una postura pareja, sin reconocer a ningún ganador y exigiendo la publicación de las actas de las elecciones.

Según estos tres países, al Consejo Nacional Electoral (CNE) "le corresponde, por mandato legal, la divulgación transparente de los resultados electorales".

En una nota conjunta divulgada la semana pasada, los cancilleres de Brasil, Colombia y México dijeron que mantendrán sus consultas de "alto nivel", pero con pleno respeto a la "soberanía y la voluntad del pueblo venezolano".

a oposición venezolana ha convocado a protestas contra los resultados oficiales el próximo sábado y se espera que en Colombia se realicen en la principales ciudades del país.

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Trump elogió a Milei en los Estados Unidos…

El candidato republicano dijo que el libertario está haciendo un "trabajo fantástico" y destacó el "enorme ajuste" que realizó.

Una vez más, el candidato presidencial republicano de Estados Unidos, Donald Trump, elogió a su par argentino Javier Milei. Destacó el ajuste y la baja inflacionaria y curiosamente se refirió al país como “un lugar llamado Argentina”.

Donald Trump y Javier Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora.
Donald Trump y Javier Milei en la Conferencia de Acción Política Conservadora.

Trump alertó sobre un posible rebrote inflacionario en Estados Unidos: "Nosotros vamos a tener esos problemas pronto... Ahora tenemos la peor inflación en los últimos cien años".

El piropo a Milei

"La nueva cabeza de un lugar llamado Argentina es genial. Él es grande, ya sabes, es genial", agregó el expresidente estadounidense sobre el mandatario argentino y señaló: "Es un gran fanático de MAGA (Make America Great Again). Hizo campaña con MAGA. Lo llevó al extremo, también. Está haciendo un trabajo fantástico. Se llama 'Hacer que Argentina sea grande de nuevo'".

Por su parte, Milei reposteó varios mensajes que hablaban sobre la mención de Trump y replicaban ese fragmento de la entrevista. "Fenómeno barrial", agregó con ironía el libertario.

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… y Andrés López Obrador rechazó recibir a Milei en México

La visita a México del presidente Javier Milei para participar en una cumbre de la ultraderecha tensó la relación con su colega mexicano, Andrés López Obrador.

Milei tiene previsto participar en un foro de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) el 24 de agosto en Ciudad de México. Los organizadores del evento confirmaron esta semana la asistencia del mandatario, quien clausurará el evento con “un firme mensaje sobre la imperiosa necesidad de seguir luchando por la libertad en América Latina y el mundo”, según un comunicado de la CPAC.

Este martes, López Obrador ha dicho que Milei, como cualquier persona, tiene la libertad de visitar México para atender cualquier agenda, pero ha rechazado reunirse con él por diferencias de carácter político. “No coincido con su manera de pensar y su forma de ser”, ha dicho el mandatario mexicano.

Es la segunda vez que Milei visitará México para atender una cumbre de la CPAC, que reúne a líderes conservadores y ultraderechistas de todo el mundo (la primera vez, en 2022, aún no era presidente de Argentina).

En México, el líder más reconocido de la conferencia es el político y otrora actor de telenovelas Eduardo Verástegui, que en las pasadas elecciones presidenciales intentó, sin éxito, convertirse en candidato independiente.

López Obrador reconoció el derecho de reunión del foro y la presencia de líderes conservadores en México. “Es algo normal, en nuestro país hay libertades, puede venir cualquier persona: presidente, dirigente de oposición, representante de los bloques de derecha que hay en el mundo”, ha dicho. “Este es un país libre, no hay censura, no hay persecución, hay libertades plenas. No hay ningún problema”.

Sobre la nueva visita de su homólogo argentino, López Obrador precisó: “Él es libre, y una cosa es el Gobierno de México y otra cosa es el pueblo de México, y nuestro pueblo siempre ha sido muy hospitalario, fraterno y respetuoso”.

La relación entre Milei y López Obrador atraviesa un momento de tensión, que hasta ahora se ha mantenido en el nivel de las descalificaciones verbales, sin llegar a lastimar los lazos diplomáticos. Mientras el argentino calificó a su homólogo mexicano de “ignorante” en una entrevista, López Obrador dijo que no comprendía cómo los ciudadanos argentinos habían votado a un político que “desprecia al pueblo”.

Este será el 14º viaje de Milei al exterior desde que asumió como presidente en diciembre pasado y el tercero para participar en los encuentros de la CPAC: ya estuvo en febrero en Washington, donde se cruzó con Donald Trump, y en julio en Camboriú, Brasil, donde se encontró con el expresidente Jair Bolsonaro.

Este martes, el vocero de la Casa Rosada, Manuel Adorni, anunció que el 23 de agosto, el día previo a la conferencia conservadora, el presidente argentino tiene previsto reunirse en México con empresarios.

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