19 de abril de 2022

La joven base de Peñarol, Guadalupe Demársico, obtuvo una beca para jugar al básquet y seguir sus estudios en Colorado con la intención de terminar el College para acceder a una universidad estadounidense.

Empezó con el básquet con sus hermanos y desde chica fue algo normal jugar entre varones. Cuando a los 12 años pasó a jugar en la rama femenina no estaba muy convencida porque quería seguir teniendo una mayor competencia. Sin embargo, se encontró con un exigente grupo de chicas de Peñarol que la potenciaron a mejorar su juego y alimentar el sueño de ser profesional.

Guadalupe Demársico arrancó el año pasado a pensar en su opción cuando se abrió la posibilidad de reclutar jugadoras. De hecho, la búsqueda de una beca en Estados Unidos la encaró junto a su compañera de equipo Federica Laganá, quien también logró asegurarse un lugar para probarse en Norteamérica.

A través de internet, se contactó con una agencia de representación para iniciar el proceso que incluyó varias charlas virtuales, el envío de un video y entrevistas con entrenadores. «Te piden un video de highlights con puntos, asistencias, rebotes, robos… Y tenés que tener un buen nivel de inglés porque si no sabés inglés en las entrevistas hacés agua. Depende del College, algunos te piden TOEFL o Duolingo. Ven las notas de inglés del colegio de acá también», contó Guada sobre los requisitos para aplicar.

«Ellos se contactan de acuerdo a lo que quieren los entrenadores. Tuve varias ofertas de becas. Te dan a elegir lo que más te guste. El equipo al que voy necesita una base con goleo. Eso se veía en los videos que mandé. Ya tuve una charla con el entrenador y me dijo lo que necesitaba», detalló.

Con la mente puesta en su próximo desafío, ya sabe que se va a mudar al estado de Colorado, cerca de Denver, con la ilusión de poder estar cerca de Facundo Campazzo, el ídolo de Peñarol que integra el equipo de los Nuggets en la NBA. «La semana pasada recién tuve la oferta de beca para firmar. No le dije nada a nadie. No lo quería hacer público hasta no firmar. La Junta es como un pueblo de 8.000 habitantes en Colorado, a dos horas de Denver, el College es hermoso, es como las películas«, dijo entusiasmada.

Si bien tiene en claro que el estudio y el deporte van de la mano, una vez que se confirmó su oportunidad dejó la carrera que había iniciado en Mar del Plata en Administración de Empresas. «Había empezado por si no se daba la beca porque sabía que iba a ser bastante difícil. Cuando me llegó la confirmación de la beca, dejé. Me voy a preparar a full para llegar allá como un avión«, reconoció sobre su foco puesto en el entrenamiento aunque sabe que la parte académica también será clave en su nueva realidad como estudiante-atleta.

Más allá de la ilusión de ir por sus sueños, Demársico sabe que la experiencia será muy movilizante. Al respecto, reconoció: «Estoy bastante ansiosa. En agosto debería irme y tengo una mezcla de sensaciones.  Mis papás siempre me apoyaron porque saben que es lo que yo quiero. Voy a extrañar a mis papás, a mis hermanos, a mis amigos. Sé que por esa parte va a ser difícil. Estoy contenta porque es lo que quiero, pero dejo a mi familia y eso me pone triste».

En diálogo con Radio Brisas, la trilliza marplatense de Peñarol recordó cómo fueron sus inicios con la pelota naranja: «Empecé a jugar al básquet con mi hermano más grande. Siempre jugaba con mis hermanos y con varones. Era un chico más. Nunca tuve diferencias por ser mujer».

«Arranqué en Quilmes hace 10 años con mi hermano entre varones. Me cambié a Kimberley y ahora estoy en Peñarol. A los 12 años, ya cuando integré la selección de Mar del Plata, me vi jugando al básquet profesionalmente. No me quería pasar a Peñarol porque quería seguir jugando con chicos. Pero cuando entrené con ellas por primera vez entendí que estaban muy concentradas y son muy responsables. Federica Laganá ya era una bestia. Desde los primeros entrenamientos vi que el nivel era parecido», admitió.

Y mencionó a sus referentes a la hora de ver en acción a los jugadores que se desempeñan en su mismo puesto: «Peñarol tiene un equipo hermoso. Voy mucho a la cancha, me identifico mucho con Joaquín Valinotti y con Campazzo. También me gusta mucho Irving de la NBA».

Si bien el básquet es su prioridad, Guada Demársico emprende lo que viene con el compromiso de aprovechar la experiencia al máximo para su vida personal y ya planifica el futuro inmediato.

«La carrera que siga va a estar relacionada a Administración. Nunca fui mala con el estudio, pero sé que allá va a ser distinto porque va a ser todo en inglés. Espero poder ir manejando los tiempos. Ahora voy al College por dos años y me gustaría quedarme allá cuatro años para ir a la Universidad. Y después de eso, si se me llega a dar, volveré y ya se verá. Mi objetivo es quedarme allá en Estados Unidos por cuatro años», remarcó.

Por último, aconsejó a otros jóvenes que también pueden intentar acceder a una beca en el exterior a través del deporte: «Que estudien inglés que es muy importante. Allá es otro nivel, otro mundo. Que se animen. Si no lo intentás, no vas a poder. Que estudien, se preparen y tengan fe».

Gentileza Libreexpresion.net